Venezuela: lo grande y lo chico

En Venezuela se hallaba el pueblo al corriente de los preparativos y de los recursos. Porque nadie dudaba que, a pesar de la crisis que había precedido a su acción, no se mató por su voluntad y con la noción exacta de lo que hacía.

El hecho de que la clase dirigente no se hubiera contentado simplemente con retirarse del cargo que ocupaban se explicaba, con verosimilitud, por su orgullo, demasiado grande para que le permitiera confesar que había podido equivocarse; ni siquiera habría confesado un error en una conversación, y, a la razón, había cometido un triple error: había creído en la sinceridad al prometerle al pueblo.

Nunca un pueblo desdichado ha sido gobernado por semejantes imbéciles. Diríase que los dirigentes han tenido un ataque de locura, en realidad, estamos rodeados de aduladores, malandros, incapaces abominables; pero que no se atreven a participar al presidente su convicción, a causa de que él mismo había ocupado poco de semejantes cosas y se había embrollado un tanto los planes, lo que, en el lenguaje oficial, se traduce diciendo que ha inventado un plan para sacarlo de "abajo" al pueblo. Nunca habido tan poca cabeza en ninguno de los ministerios del presidente, y así lo ha comprendido él mismo; conoceremos a alguien que lo ha dicho; pero esto no le impedido hacer el plan con semejantes ministros. Nunca se ha visto una locura semejante. ¿No esto no es desgarrador?

¡Somos un pueblo desarticulado hace mucho tiempo, desde que se fue el Comandante! Y pensemos que todo lo que nosotros, el pueblo, nos hemos esforzado en crear durante los últimos tres año de esfuerzos, las simpatías de nación, la compresión recíproca, la colaboración fecunda, todo esto queda suprimido de un solo golpe. ¡Y una incapacidad de los dirigentes mata todo respecto a la verdad y a la justicia!

Consideremos a los dirigentes, como pueblo, como desprovistos de todo sentido de rectitud; los encontramos groseros e insoportables como individuos; pero profesan siempre mucho respeto a sus capacidades. El desorden de su alma es tal, que dejan expansionarse su cólera e imprecaciones contra el pueblo que, si se podía creer en su opinión, desprovisto de "matices", no eran más que unos imbéciles y unos, mafiosos, robaron al pueblo 350.000 millones de dólares, lo tienen en un banco "Morgan de Nueva York". Un ladrón, un ladrón notorio, para el que están cerradas todas las personas respetables. ¡Y entre las manos de tales hombres se encuentra nuestro destino!

—Señor Presidente: Tienes conocimiento de las colas de "bachacos" (estos malandros el 80% no son de estos lares) que se forman "métricamente" de cuatro y cinco en fondo de 300, 400 y 500 metros de largo, diariamente que se forman en los alrededores de los Supermercados. Señor Presidente, los vecinos de los Altos Mirandinos no podemos meternos en esas colas, el que trabaja, sale de la casa a 5 Am y regresar a las 7 Pm, los viejos no podemos aguantar 10 o 12 horas en esas tremendas colas, por otro lado; porque los bachacos nos agreden físicamente, están armados con cuchillos y pistolas; (los que tenemos: Parkinson o parapléjicos; u otro mal) Que necesitamos los alimentos; lo tenemos que pagar más caro que cuestan en los Supermercados. (Por ejemplo: 800 gramos de leche en polvo, Bs. 5.550; la harina de maíz precocida (PAN) el kilo Bs. 1.550; el café de 400 gramos Bs. 4.550). "La sopa de Boves, tomas o pelas bolas".

¡Todas las mentiras, toda las maledicencias contra el pueblo serán ávidamente recogidos por unos y otros, mentiras que los separarán por un tiempo incalculable…!

¿Qué piensa hacer señor Presidente?

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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