La oposición no asienta cabeza

"Quisiera yo tener un adversario digno, de altura, con el cual debatir proyectos; porque nosotros si tenemos un proyecto, un proyecto político; la democracia participativa, la democracia protagónica".

Hugo Rafael Chávez Frías, "Aló Presidente Nº 249" (marzo 2006)

Desde la llegada al poder de la Revolución Bolivariana con el Comandante Hugo Chávez, luego del triunfo electoral de 1998 y el inició de un proceso constituyente en Venezuela, los parámetros de hacer política cambiaron y comenzó un viacrucis para la oposición de nuestro país.

Las relaciones de poder cambiaron una vez que el nuevo gobierno decidió romper los lazos que nos ataban al imperialismo norteamericano y/o, se le acabó la mangua gua que tenía la oposición lacaya, gracias al chorro de petróleo que chuleaban junto a la burguesía parasitaria al Estado venezolano.

Desde entonces los intentos desestabilizadores y los planes por orquestar un golpe de Estado no han cesado, con reiterados fracasos (como el Golpe del 2002, el paro petrolero y las guarimbas) y nuevos planes operados por el imperialismo, desde distintos centros de poder como Madrid, Miami y Bogotá.

La reacción del imperialismo y sus intenciones por retomar las riendas de su patio trasero están a la vista, con sus golpes de estado parlamentarios aplicados con éxito en Honduras, Paraguay y Brasil y con sus favorables resultados electorales en Argentina y el Perú.

Venezuela sigue en el ojo del huracán en el escenario mundial, su rol y liderazgo no ha dejado de ser un bocado apetecible para los amos del capitalismo mundial, motorizados por el capital financiero del mundo y las garras de las trasnacionales.

Todo el poder mundial ante el repunte de la Revolución Bolivariana en Venezuela y el de varios gobiernos revolucionarios de América Latina (Cuba, Nicaragua, Ecuador y Bolivia) han volcado sus estrategias para frenar el avance de estos gobiernos progresistas.

Para ello han desempolvado viejos manuales (como el aplicado en el Chile de Allende) o los más recientes planes del imperio ejecutados en países del medio oriente como Libia, Iraq, Afganistán y Siria (Primavera Árabe).

En Venezuela se han estrellado contra un muro infranqueable que representa el pueblo venezolano, entrenado por Chávez y sus discípulos (actualmente liderado por el presidente Nicolás Maduro) y por el fracaso de una oposición testaruda y carente de líderes con una mediana inteligencia.

El afán reiterado de doble rasero, al usar la violencia y mostrar una conducta de mansos corderitos cuando les conviene, ha conducido a la oposición venezolana a vivir de derrota en derrota y a generar una frustración en un amplio sector de la población venezolana, la cual no abraza las ideas del proyecto bolivariano.

La más reciente muestra del fracaso de la oposición en nuestro país quedó demostrada este 1º de septiembre (cuando en lo que ya llamaban un septiembre negro) se condujo a una respetable masa de venezolanos a lo que habían bautizado como la "Gran Toma de Caracas" o el fin del régimen de Nicolás Maduro, el hijo de Chávez.

Inspirados por la manipulación de la economía con una inflación inducida y el acaparamiento de productos de primera necesidad, que ha castigado al pueblo venezolano; muchos políticos de derecha han capitalizado esta situación de desagrado para manipular a un gran número de venezolanos, quienes no comulgan con las ideas de la Revolución Bolivariana.

Bajo cartas marcadas y la promesa de salir de Maduro, luego de la "Toma de Caracas" del pasado 1º de septiembre, la dirigencia de la oposición fue desenmascarada por el gobierno revolucionario, quien gracias a una efectiva acción de inteligencia de las fuerzas de seguridad y la alta movilización organizada de chavistas en la capital, frenaron las pretensiones de repetir la vieja fórmula de un nuevo golpe de Estado en Venezuela.

Si bien triunfó la paz en este nuevo capítulo del escenario político venezolano, nuevamente quedó demostrado que el pueblo venezolano ha madurado políticamente y la dinámica política descubre y quita la careta a los falsos demócratas.

Los lacayos del imperialismo quienes convocaron al pueblo venezolano como carne de cañón y después se hacen como siempre los yo no fui, ante el reclamo de los sicarios, francotiradores y los mercenarios a sueldos de la derecha venezolana, fracasaron de nuevo.

La Revolución Bolivariana superó con éxito este nuevo escollo de la coyuntura política y continuará afianzando su tesis del socialismo y de la justa distribución de la riqueza, entre los más necesitados de la sociedad venezolana.

Nuevamente quedaron desnudos y al descubierto sin ningún proyecto político para el país y para su propia militancia, los líderes de esta fracasada oposición venezolana quienes "no asientan cabeza", como decía mi mamá Eloísa allá por los Andes.

¡Amanecerá y veremos!



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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