La historia de amalivaca está plasmada en un impresionante mosaico de César Rengifo en la plaza cubierta Diego Ibarra, del Centro Simón Bolívar de Caracas. Desde mi niñez me cuento entre los millones de personas que han sido influenciados por esta obra.
César Rengifo artista plástico, dramaturgo, poeta, maestro, pero por sobre todo un gran patriota, bolivariano y socialista, que defendió y difundió el pensamiento bolivariano como nadie.
Tuve el privilegio de ser su alumno tanto en el escenario teatral, como en las aulas de la escuela de periodismo de la UCV. María Rosario Nava, cantata sobre la heroína merideña, Manuelote, Lo que dejó la tempestad (drama sobre la Ezequiel Zamora y la guerra federal), y especialmente Esa espiga sembrada en Carabobo, obra de la cual hago especial referencia por haber sido parte de su primer elenco, (comenzando los años 70, bajo la dirección de Levy Rossell), y esa especial mención que hizo Hugo Chávez Frías y que recordamos cada año, al conmemorar el aniversario de nuestra batalla de Carabobo.
Con la obra de César Rengifo recorrimos gran parte de Venezuela, llevando con sus obras el mensaje bolivariano por plazas, escuelas, teatros y cuarteles. Recordamos sus apasionadas orientaciones sobre la Batalla y los más mínimos detalles de nuestra heroica historia.
Rengifo nació y murió en Caracas (1915-1980) y recibió el premio nacional de artes plásticas Arturo Michelena en 1954, por su obra La Flor del Hijo y el premio nacional de teatro en 1980.
El presidente Nicolás Maduro también se cuenta entre los venezolanos agradecidos por la influencia del gran artista, y en su honor, con acertado conocimiento de causa creó el movimiento teatral nacional, para niños, niñas y adolescentes.
