Perdón, pido la palabra

PERDON, PIDO LA PALABRA.

No quiero abonar sobre árbol caído, pero creo necesario escribir algo sobre lo que el pueblo acaba de hablar. El pueblo hablo y solo el pueblo salva al pueblo. No gano la oposición, gano la situación económica que el pueblo venia señalando. Por más aumentos salariales y controles de precios, se impuso la “guerra económica”. Pero una guerra donde la derecha exógena y los traidores y corruptos internos, lograron imponerse. Lamentablemente, hay que decirlo con conciencia revolucionaria y siendo critico constructivo, el gobierno central “no supo o no pudo actuar a tiempo”. No es posible, que el pueblo venía anunciando la guerra económica con el contrabando de extracción, con la desaparición en los anaqueles de la bodegas, supermercados de productos de la cesta básica; y el gobierno, tardíamente actúo, o la derecha endógena, no dejo que se tomara a tiempo, tal como el de sustituir urgentemente con importaciones estos productos que fallaban en nuestros anaqueles. No es que no estoy de acuerdo con la importación de vehículos, pero no es posible que se le dio preferencia, en grandes barcos a estas importaciones y a la línea blanca, pero los alimentos y la medicina no llegaron para satisfacer la demanda del pueblo. Por eso digo, que el pueblo habló; le dijo al gobierno y a aquellos que se beneficiaron con las importaciones de vehículos y línea blanca, ya basta.

Es necesario que el gobierno central comience a tomar medidas “ya”. Lo primero es cambiar todo el tren ministerial, especialmente el económico, antes que la nueva asamblea lo haga. Hay que inyectar nueva sangre con conocimiento en “política económica”. En toda Venezuela abundan camaradas preparados y honestos. Hay que llamar a estudiosos, tales como Víctor Alvarez, Boza, Alberto Aranguibel, Brito Figueroa, el ex ministro Ramirez, etc., para solicitarles su opinión y propuestas. Hay que acabar con la cantidad de militares que hacen lobin como empresarios de las importaciones, hay que acabar con esas mafias que se han constituido alrededor del dólar. No podemos continuar llenando en sacos rotos tanto dinero y luego no tenemos resultados productivos; pero lo hemos hecho para complacer algunos intereses, tanto políticos como con fines lucrativos. Hay que revisar todo lo hecho especialmente la inversión realizada en el sector agrícola, y hasta el presente no tenemos resultados positivos.

Para finalizar, creo y por eso pido la palabra, para decir: ya basta de tanto señalar la corrupción, pero no vemos los resultados. Estamos a tiempo de recuperarnos. No vayamos a mirar por encima de nuestras pestañas y decir como dice el ladrón cuando se ve acorralado “allá va el ladrón”.

Es hora de tomar decisiones con relación a la gasolina.


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Nestor Avila


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