Buscando a Cantinflas topé con El Gabo y he ahí el hallazgo

Leitmotiv entonces, escapar; escapar de no sé qué; quise yo siempre y aún es así, no precisamente prescindir de la carga del trabajo duro sino de contar con un esqueleto más fuerte para sobrellevar lo que viniere a mí que tengo flor -o mejor dicho, que tuve flor- pero la realidad no come cuentos y te pasa factura, especialmente después de tanto julepe y que sin embargo uno se la echa de "charles atlas", pero ¡qué va! y, ¡chupulún!

El caso es que tuve que ir en contra de mi voluntad a un lugar al que no me gusta nada, a Fermo, pero qué carajo, no hay mal que no venga por bien.

Dando y dando la gotera va horadando, que si te la echas de carajito, que si te la quieres dar de "charles atlas", que si ya tú no sirves pa´esas vainas, que si mira a fulano que se quebró una pata por andar de guebón y ahora anda como un pendejo por bolsa, que si patatín y que si patatán y etcétera.

Lo bueno de estar en Fermo es que ciertamente se puede descansar y ver la pantallita, fue así como dispuse escarbar para ver si hallaba una película de Cantinflas -o de Tintán, de Borola y Capulina, de Resortes, de Clavillazo, de Jorge Negrete y pare de contar películas buenas de verdad y sin descartar (secretamente) a la Tongolele (Avemaríapurísima)- pero, oh, que en ese ínterin de entrecanales topé con la figura de Gabriel García Márquez "El Gabo", por lo que detuve la escarbadera y dispuse recrearme con lo que decía el escritor.

Por cierto, andaba yo acicateado por lo de "El general en su laberinto" y que cargo en mi morral, no a la mano en ese momento, por mera casualidad apuntado en la página 111 en la que dice "unidad o anarquía" (es en la página 111 ó en la próxima anterior o posterior); todo lo narrado ocurrió un par de meses atrás.

Al hueso, dijo el insigne escritor colombiano, más o menos lo siguiente: "…muchos creen que los problemas de una pareja se resuelven discutiendo pero yo pienso que no es así, al contrario, creo que se resuelven dándole vuelta a la página…".

El escritor se refirió expresamente a la discutidera entre una mujer y su hombre o, si usted prefiere, entre un hombre y su mujer, que yo prefiero indicar en un contexto más exacto como la discutidera de una mujer contra su hombre.

Y es que a mi modo de ver, cuando Dios hizo a la mujer tuvo una sola tijera y es por lo que a la mujer le gusta pelear, darle a la sinhueso; por lo que uno debe hacer mutis y nunca contradecirla sino dejarla pelear hasta que se canse.

Yo pensé que el laureado escritor del realismo mágico, en su prodigiosa vida, supo de telepatía y que por tal vía él escarbó mi mente antes de haber proferido tan magnífica opinión que más que tal fue una sentencia centelleante y que aplaudo.

Es que hay cosas que no admiten discusión y que si se llevan a ese plano lo que hacen es confundir. Sepamos que la confusión bloquea la mente mientras que el conocimiento la desbloquea, y este señalamiento lo hago a propósito de la entrevista en cierne del Presidente Maduro con el Presidente Santos.

Traigo a colación lo del compatriota Gabriel García Márquez precisamente a propósito de lo que está sobre el tapete por el conflicto entre Colombia y Venezuela, obviamente tratando de extrapolar, en lo que cabe, y perfectamente soy consciente (o creo serlo) de que la referencia de apoyo podría parecer insustancial pero la diplomacia colombiana tiene por costumbre tratar de confundir a su opuesta venezolana, con potes de humo y con arrogancia intolerable pero a falta de pan buenas son tortas y he ahí que no hay peor cuña que la del mismo palo.

Si no topamos con la realidad el tratar de definirla nos deja en un limbo, mira tú que el Presidente Santos no atiende su frontera pero pretende darle lecciones a Maduro, pretende que la realidad de esa frontera se adapte a su descripción chimba pero puesto que él cuenta con esa gran máquina de guerra que es la prensa sedicente, propaladora de mensajes envenenados, envenena a su propia gente en contra de Maduro y esa es su estrategia.

Los factores que perturban la paz fronteriza que ocupa son entre otros las insatisfechas necesidades de la gente del lado colombiano, especialmente, salud, alimentación, vivienda, agua potable, seguridad personal, educación, trabajo, recreación y pare de contar servicios, y si no se satisfacen esas necesidades, entonces hablar de paz se hace demasiado complejo, y algo muy importante es que en tales circunstancias tampoco se podrá hablar de tranquilidad interior porque esa importante población fronteriza sobrevive atormentada por la injusticia que la despoja de la felicidad a la que tiene derecho, así que mucha gente del lado colombiano puja por venirse hacia nosotros y he ahí lo patético de la confrontación de dos modelos, el colombiano neoliberal chupasangre y el venezolano socialista inclusivo, por decir lo más simple.

Que un problema se inicie donde no ha terminado el otro dificulta alcanzar la paz, por tanto es repudiable que ahora Santos salga conque nosotros violamos su espacio aéreo sabiendo él perfectamente que eso es coba. De ahí que la determinación de Maduro de plantarse como un hombre y fijar sin guabineo la posición de Venezuela, forjar una frontera de paz, es vital.

De la cabeza al corazón hay apenas un pasito y Maduro lo sabe, la duda en sí no es mala pero la duda se combate con conocimientos, aunque un poco de intuición también debe jugar su papel en el desenlace de esta reunión pautada para el lunes próximo.

Maduro llegará a esa reunión con Santos, con una fortaleza inexpugnable, la verdad en cifras; mientras que Santos acudirá (si es que Obama no le cambia el guión a ultima hora) vulnerable por apelar a embustes que ni el mismo cree.

Y, por añadidura, para que le dé pena a Santos, si es que tiene vergüenza, es vox populi que el actual Procurador General de Colombia, Alejandro Ordoñez, quema libros de Gabriel García Márquez como si estuviese en la Edad Media o acaso un poco más acá en "El Tiempo" de Bogotá, en el fascismo hitleriano.

Y Alejandro Ordoñez -"¡Avemaríapurísima!"- es, en tanto que su Procurador, mano derecha de Santos.

El imperio tiene su nariz metida en este asunto, quiere ponernos a pelear entre sí a venezolanos y colombianos, pueblos hermanos aunque con gobiernos antagónicos y de eso se trata, y es por lo que debemos hacer todos los esfuerzos para escapar de esa trampa, pero sin bajar la cabeza y Maduro lo sabe.

Pero, volviendo a lo del principio, cuando algunos se ponen viejos tienden a escapar de sí mismos creyendo que siguen siendo jovencitos, erróneo; y se ponen torpes y lentos para todo, inclusive hasta para echarle kerosén a la lamparita.

¡Menos mal que yo no llegaré a viejo!

(Pero, por sí las dípteras, dado el caso, yo recordaría eso de "inventamos o erramos").



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Guillermo Guzmán


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