La Revolución sin conciencia, estamos perdidos

Salir de la casa y ya no saber cuántos Padres
Nuestros y cuantas Aves María se ha de rezar
para regresar vivo nuevamente al seno familiar.

Es difícil conciliar el sueño cuando vivimos en un estado de indefensión total. El derecho constitucional a la vida se diluye ante la arremetida brutal de la delincuencia. El odio social se ha trasformado en una revancha en contra de todos aquellos que queremos vivir en paz y que nos ganamos la vida con el sudor de nuestro trabajo. Poco a poco entendemos lo difícil de seguir viviendo en esta tierra que nos vio nacer, la familia ha comenzado un proceso de degeneración y de descomposición en su núcleo originario, se desmiembra día a día y nuevas opciones de vida afloran en países extraños. La farsa política de sectores contrarios, sumado a la ineficiencia, desmoronan sin piedad el amor.

La corrupción es, sin lugar a dudas, otro entretenimiento en la conciencia de aquellos que no la poseen. Surgen estereotipos de delincuencia organizada, asesina de sueños y de un legado político que se debilita con el pasar del tiempo. Al parecer a pocos les importa los esfuerzos y la entrega de la vida misma no parece importarle a nadie. Todos quieren saquear y profanar la poca felicidad que abraza la utopía, se contraen los pensamientos y la reflexión surge como un modelo de institucionalidad que socava las bases de la Revolución Bolivariana. El imperialismo es culpable de que ellos sean corruptos, debemos denunciarlo en todas las organizaciones mundiales que velan por el derecho de no sé qué carajo, pero están ahí y debemos utilizarlas.

La Revolución Bolivariana se diluye en el discurso de un ideario, la praxis no deja de ser igualmente un ideario, se hace necesario buscar un chinito de recadi y culparlo de toda esta vaina, quien mejor que el imperialismo y una guerra económica de la cual tenemos más de 2 años nombrándola y no acabamos de ganar una mísera batalla.

De qué nos sirve ser un país petrolero con la reserva más grande de petróleo del mundo si tenemos que hacer cola hasta para comprar un jabón y limpiarnos las manos de tanto oro negro que brota en nuestra tierra? Somos uno de los países más ricos del mundo en un cementerio de sueños! Qué sería de nosotros sino fuéramos tan ricos de nada? La especulación se adueña de los bolsillos de todos sin excepción, nadie nos protege, a pesar de tener todo un aparato burocrático creado para que la especulación no nos consuman. Cuando salen los inspectores de esos organismos sólo atinan a pensar en sus retorcidas mentes cuánto les dejará el día de tanto martillar. El soborno no existe, sólo existe la sanción para aquel que se niega a pagar la cuota por no tener un registro al día.

Los jóvenes alimentan la esperanza de formar una familia, tener un apartamento propio, pero trabajando honradamente es imposible, hay que jugar en el bando de los corruptos. El dólar es hoy nuestro mayor dolor de cabeza, nos hacen soñar, delirar con él. Hoy quien vende cualquier cosa, lo vende en función de un dólar paralelo, sea un carro, un apartamento, un repuesto para cualquier vaina. Hoy somos tan tecnificados que buscamos por internet cualquier cosa, hasta Amazon hoy VENDE Harina Pan, es obvio, en los estantes de los supermercados no se consigue nada.

El ministro de transporte hoy nos busca soluciones viales para mejorar nuestra vida y no pasar tanto tiempo en las autopistas detenidos en esas colas infernales, un gesto de buena voluntad de su parte, eso nos posibilita tener más tiempo para hacer otras cosas y con suerte, acceder a algunos productos que sean regulados, en otras colas en los supermercados (amén que nos ayudará a no ser despojados, en plena autopista, de todo lo de valor que llevemos, muchas veces, hasta de nuestro propio medio de transporte!)

La vivienda es un lujo que no se puede adquirir trabajando honestamente, los precios están dolarizados, duro, muy duro para aquellos jóvenes que quieren formar un hogar. Ni que decir cómo equipar sus hogares si logran comprarlo!

Países extranjeros, contrarios al bienestar de los venezolanos, desarrollan un apocalipsis mediático en contra de nuestro país y aliados internos son los encargados de direccionarlos. El problema no es lo que ellos han querido, sino lo que nosotros hemos permitido que nos hagan, pareciera que no tenemos derecho a tener todas las riquezas naturales que poseemos ya que no sabemos cómo utilizarlas. Ellos, los enemigos, se valen de esas debilidades y nos atacan despiadadamente y con miedo nos escondemos en un discurso difuso y poco esperanzador. La perorata de solidaridad internacional, la confundimos y nos toman de pendejos donde muchos invitados viven mejor que los dueños de casa, invitados que sólo saben joder y fomentar el desorden en un país que ha sido permisivo, triste y lamentable de cómo nos han robado la paz.

Las leyes existen y no hay justicia que se aplique para hacer las cumplir. Ley y justica van por caminos separados.

En fin, la conciencia se pierde ante la delincuencia, la corrupción y el no tener derecho a vivir ese sueño de justicia social. Muchos factores atentan en contra de la Revolución Bolivariana, no hemos sabido defenderla. No poseemos los niveles de conciencia que nos permitan afrontar todas las calamidades de las cuales somos víctimas. Aun así, los más soñadores seguimos alimentando esperanzas, seguimos teniendo fe. Luchas por ese legado de bondad, de amor, de Patria, muy a pesar de todos aquellos que no quieren vivir en paz y libertad.

 



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Ricardo Abud

Estudios de Pre, Post-Grado. URSS. Ing. Agrónomo, Universidad Patricio Lumumba, Moscú. Estudios en Union County College, NJ, USA.

 chamosaurio@gmail.com

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