¿Por qué tanta alharaca en el chavismo con esos 3.162.400 votantes en primarias?

Cierto que el domingo pudieron haber acudido a las primarias 5.000.000 de chavistas o incluso un poco más, considerando que desde hace un tiempo se maneja el dato de 7.500.000 de militantes del PSUV; no menos cierto también es que pudieron haber acudido menos de 2.000.000 de personas como consecuencia directa del acoso que sufre el chavismo, arreciado desde la partida física de Hugo Chávez en 2013.

Los datos finales del número de asistentes a las primarias de 3.162.400 votantes nos indican que el chavismo ni está tan fuerte como desearíamos ni tan debilitado como lo repite la derecha y sus aliados.

Muchos fuimos sorprendidos, al esperar un menor número de personas interesadas en participar en las primarias del domingo, quizás tomando como referente las primarias de 2014, para elegir los voceros al Congreso del Partido, donde la participación fue casi nula; pero viendo los resultados en frío, es claro que esos niveles de participación indican que efectivamente el chavismo tienen consciencia de los desafíos que enfrenta en las actuales circunstancias.

El chavismo de base ha sido capaz de entender que más allá de los errores de la dirigencia, más allá de desviaciones de dirigentes, más allá de la corrupción, de la ineficiencia, de las colas, de las debilidades de los gobernantes el futuro del chavismo, que es el futuro del pueblo, depende básicamente de la continuidad del Legado de Chávez, por ahora, esa continuidad depende de la permanencia de Nicolás Maduro en el gobierno y de que el chavismo se mantenga en el poder.

Deben estos resultados, desde la visión optimista del asunto, ser una invitación a la reflexión y al cambio a los chavistas descontentos, con razones o sin ellas, a los chavistas desencantados, a los chavistas alejados y distanciados y a todos aquellos y aquellas que en algún momento no dudaron en favorecer con su voto a Chávez y a su proyecto; pero desde la visión pesimista, deben ser utilizados como un referente para la dirigencia del Partido para plantearse estrategias para atraer a quienes en algún momento confiaron en el Partido y en su dirigencia.

Desde que surgió el PSUV ha sido una maquinaria electoral por excelencia, entendida como Partido para ganar elecciones, es necesario que el Partido desarrolle actividades que vayan más allá de lo electoral y que sirvan de medio para atraer a su militancia para la formación y la organización en función de tareas revolucionarias superando las convocatorias esporádicas a eventos electorales.

No debe la dirigencia del chavismo ver los resultados de las primarias desde una postura arrogante que impida la crítica y autocrítica en su seno; sino más bien asumiendo que es imprescindible que el chavismo mantenga la unidad en la diversidad que desde 1998 Chávez utilizó como arma estratégica para derrotar al enemigo común del pueblo mayoritario.

La derecha está más unida que nunca, a pesar de las apariencias, el chavismo ahora más que nunca debe permanecer unido y enfrentar como un bloque monolítico a los enemigos de la Patria.



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Carlos Luna Arvelo


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