LA COLUMNácida

Pa’ que vos viáis

Pa’ que vos viáis

A los que me piden opinión sobre la propuesta absurda de separar al estado Zulia del resto del país, les respondo con la Constitución en la mano. El Artículo 7 de la Constitución, reza lo siguiente: La Constitución es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta Constitución. El Artículo 1, dice en su segundo párrafo: Son derechos irrenunciables de la Nación, la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional. El Artículo 4, dice: La República Bolivariana de Venezuela es un Estado federal descentralizado en los términos consagrados en esta Constitución, y se rige por los principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad, .... El Artículo 10 reza: El territorio y demás espacios geográficos de la República son los que correspondían a la Capitanía General de Venezuela antes de la transformación política iniciada el 19 de Abril de 1810, con las modificaciones resultantes de los tratados y laudos arbitrales no viciados de nulidad. Y el primer párrafo del Artículo 13, dice: El territorio nacional no podrá ser jamás cedido, traspasado, arrendado, ni en forma alguna enajenado, ni aún temporal o parcialmente, a Estados extranjeros u otros sujetos de derecho internacional. Hasta aquí lo que se refiere a Territorio e integridad territorial. Por otra parte, la Constitución en su Artículo 25, tiene una advertencia para aquellos funcionarios que quieran involucrarse en esa “vaca-loca”: Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la Ley, es nulo. Y los funcionarios públicos que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos, sin que les sirvan de excusa órdenes superiores (en este caso, léase Bush o Brownfield). Y para que los lectores recuerden o se enteren, el Artículo 5, dice: La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la Ley, e indirectamente mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público. Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos. Por todo lo anterior, creo que los truhanes que andan impulsando esta secesión, deberían ser juzgados por traición a la patria, y para ello, deberíamos convocar un referéndum nacional, preguntando si estaríamos de acuerdo en juzgarlos por traición. Este grupúsculo de vende-patria zulianos puso en tres y dos a los líderes de la oposición venezolana, quienes por más vende-patrias que sean, no pueden estar de acuerdo con semejante estupidez. Y a los compatriotas zulianos les recomiendo estudiar historia y geopolítica contemporáneas para que sepan “cómo ayudaron los gringos y los ingleses a escindir territorios, en el medio oriente”. Vg.: Kuwait, Qatar, etc.

Arrancar de una buena vez la lucha contra la corrupción

Esperamos que el juicio a los corruptores del proyecto del Central Azucarero Ezequiel Zamora, de Barinas, se lleve a cabo con celeridad y marque el inicio de una guerra a fondo en contra del robo y la malversación de fondos públicos. Los que hacen semejantes rapiñas no pueden ser “amigos” del Presidente Chávez, ni del proceso que trata de adelantar, ni del pueblo venezolano. A los enemigos del pueblo se les fusila en China y en Cuba. Aquí no debemos conformarnos con que los quiten de los cargos. Queremos una respuesta contundente del Poder Judicial. Y no precisamente en los tiempos del cólera, sino en los de la administración Chávez.

No deberíamos ser todos iguales ante la Ley

No como lo establece la Constitución. Debería elaborarse una enmienda para cambiar el artículo 21, que dice que todas las personas son iguales ante la Ley y en consecuencia prohibe discriminaciones de diversas clases, garantizando condiciones jurídicas y administrativas para que la igualdad ante la Ley sea real y efectiva, y se establezcan sanciones DOBLES o, al menos, penas de prisión y multas mayores, a aquellos ciudadanos que ostentando uniformes y “chapas”, llámense policías, militares, bomberos, sacerdotes, etc., cometan delitos. Es decir, que todo espécimen de uniforme y placa, que transgreda la Ley, prevalido o no de su uniforme y equipo (sea éste armamento o no), y así ande en su “tiempo libre”, reciba mayores sanciones. No podemos continuar llenando las estadísticas de delitos en el país, con participaciones de ciudadanos prevalidos de disfraces que aparentan imágenes de seguridad para la población, cuando en realidad sirven para lo contrario. O mejor dicho: Si podemos, pero no debemos.

¿Y la ética qué?

La muy respetada, inteligente y querida colega María Teresa Linares, escribe atinados artículos de opinión los domingos en Últimas Noticias. El pasado 26-F nos dejó un párrafo de antología, refiriéndose el tratamiento periodístico del Caso Anderson, proporcionado por la prensa opositora: “Repentinamente, abundan las fuentes de información y sobran las versiones tarifadas sobre el hecho. Pocos colegas se preguntan a quién beneficia el crimen. Casi todos se orientan a ver cómo hacer para que esa muerte perjudique al gobierno”. Remata el artículo, diciendo: “Para lograr eso (el equilibrio periodístico) se necesita ética y la ética no abunda donde hay intereses sucios que defender”..

Las sectas diezman a los venezolanos

El separatismo por los lados del Estado Táchira no está planteado abiertamente como en el Zulia, pero lo llevan a cabo “pastores” evangélicos que andan desatados por todo el territorio de ese Estado fronterizo, tratando -en forma compulsiva- de conquistar adeptos para esa dañina secta. Apoyados lamentablemente desde el máximo comando del gobierno regional. Muchos campesinos se quejan porque el cristianismo pretende cobrarles obligatoriamente el llamado “diezmo”, que lo que hace es diezmarles sus pequeñas economías a los más pobres. Porque si a ver vamos, a los curas católicos puedes darles si quieres y en la medida que quieras. Y para ello tienes que asistir a sus iglesias. Con los evangélicos no pasa así porque andan cual cobradores de casa en casa campesina cobrando diezmos (léase diez por ciento de los ingresos de las personas) a diestra y siniestra. Los dineros del Estado (no sólo del Estado Táchira, sino de Banfoandes y de Bandes) que salen vía donaciones van mayoritariamente a organizaciones evangélicas. Los que salen vía Contratos por concepto de obras públicas llegan previo descuento del diezmo, que “dizque es para la iglesia”. Creo que un gobierno que se precie de revolucionario –y laico como el nuestro- debería acabar con todas esas patrañas montadas por sectas religiosas que buscan llenarle las mentes a nuestros sencillos pobladores (y a otros no tan sencillos), de mensajes anti-científicos, y en el fondo, anti-socialistas. Estas sectas se han convertido en el mayor elemento de choque frente a las Misiones educativas. Si de verdad estamos tratando de quitarles la venda de los ojos (léase la ignorancia) a nuestro noble pueblo, por qué permitir que incluso a través de la TV, se engañe a la gente en forma tan descarada, sólo con la motivación de sacarles dinero. ¿O es que acaso esa es la forma de “absorber” la liquidez de dinero en manos de la gente, que ha traído la bonanza económica? Copiemos de Cuba las cosas buenas. Allá los pastores religiosos pueden “caerle a cotorra” a potenciales seguidores en lo que a creencias se refiere, pero tienen que trabajar y obtener ingresos para comer y vivir. No pueden sacarle dinero a nadie a cuenta de la “fabulación religiosa”. ¿Por qué razón aquí eso se permite con el mayor descaro?

¿Y la Responsabilidad de los encargados de hacer cumplir la Ley?

No alcanzo a entender qué está pasando con la Ley de Responsabilidad en Radio y TV, ya que vemos casi a diario contravenciones a la misma, cobijadas bajo el manto de la impunidad. Estuvimos en total desacuerdo con CONATEL cuando permitió a las transnacionales que nos llegan vía cable, pasar cuñas de licores y otras sustancias nocivas. En días pasados pude observar un programa que pasa una de estas televisoras transnacionales, llamado “Sexo Urbano”. Pues bien, este no consiste en otra cosa que en la promoción descarada de la prostitución, en ciudades latinoamericanas y norteamericanas de habla hispana. En el último que ví, promovían el “turismo sexual” en Santo Domingo, República Dominicana. Explicaban las una y mil formas de abordar a personas de todo sexo y pelaje que ejercen la prostitución en esa ciudad. Lo que no dicen es que en el escenario del Caribe, Dominicana cuenta con uno de los mayores índices de contaminación por virus VIH. Tampoco dicen que en la hermosa zona del Caribe-mar murieron alrededor de 24 mil personas de Sida, el año pasado (2005) y otras 30 mil son portadoras del VIH. El índice más bajo, como “cosa rara”, lo tiene Cuba. Y no lo digo yo, lo dice la ONUSIDA que es la organización que tiene la ONU para detectar, medir y combatir el Sida.

La marihuana, mariguana o marimba

Según los últimos sondeos, es la droga más consumida en Venezuela. Fumarla en su estado más puro puede ser más peligroso para los pulmones que los cigarros. Al que la fuma, los ojos se le “ponen rojos” porque disminuye la presión ocular, aumenta la sensibilidad de la piel, la boca se le reseca y le detiene la secreción salival, le altera la presión sanguínea al corazón y acelera el pulso, además afecta la memoria en el cerebro al igual que la coordinación de movimientos y pensamientos. Lleva a sus usuarios a decir incongruencias. En los pulmones aumenta el riesgo de contraer cancer, debido a la inhalación más profunda del humo, y a que el alquitrán de la marihuana contiene 50 % más carcinógenos que el tabaco. Tres cigarros de cannabis al día, hacen el mismo daño que 20 cigarros convencionales. La marihuana contiene más de 400 químicos y su principal ingrediente psicoactivo, el Tetrahidrocanabinol, afecta directamente las células del sistema nervioso en el cerebro. En muchos casos se reportan mitomanías, por la afectación de la memoria y la percepción distorsionada de los sonidos. A mediano y largo plazo, su consumo lleva a la descoordinación total del cerebro. En los últimos tiempos y gracias a los avances agrícolas, dejó de ser una “droga blanda”, para convertirse en “dura” y más dañina.

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Manuel Rugeles Acevedo


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