En Cantaura no pudieron matar al Socialismo Revolucionario

Aun se escuchan las bombas y las metrallas y se siente la lucha inquebrantable y la dignidad de un pueblo que no se rinde.

Qué dolor se siente cuando se acerca el 04 de octubre y recordamos, quienes aún quedamos vivos, lo sucedido ese día del año 1982, en el gobierno presidido por Luis Herrera Campins, donde se aplicó la política de exterminio a los partidos de izquierda revolucionaria. Quien no se acogiera a la política de pacificación, se le aplicaría la política de exterminio. Para ese año los que se mantenía firme en la lucha de clases era el  Frente Guerrillero Américo Silva (FAS); para entender mejor recordemos un poco lo sucedido en los años setenta.

En el periodo de 1974 al 1979, llamado el periodo de la Venezuela Saudita,  los precios del petróleo se dispararon producto de la crisis del medio Oriente,  la Gran Venezuela se decía. Gobernaba Carlos Andrés Pérez, el cual manifestó en su campaña  que administraría la  abundancia con criterio de escasez, solicitó al Congreso Nacional poderes extraordinarios para canalizar los ingresos petroleros, los cuales le fueron plenamente concedidos, creó el Fondo de Inversiones de  Venezuela (FIV), pero los resultados fueron todo lo contrario: despilfarró los ingresos petroleros, dando paso a una nueva burguesía, dirigentes sindicales millonarios,  incremento el gasto público muy por encima de lo que podía aguantar la economía, se endeudó con el Fondo Monetario Internacional, se incrementaron las importaciones y la dependencia con el exterior era enorme para poder abastecer el mercado interno, la inflación creció en 68%, la deuda externa se incrementó enormemente para el año 1979             “la deuda externa aumentó de 1.200 millones, en 1973 y a 11.000 millones de dólares en 1978”. (http://www.avn.info.ve/contenido/venezuela-saudita-venezuela-hipotecada).

Se incrementó la pobreza, el desempleo, la falta de viviendas, deterioro en el sector salud y educación, no había políticas de mejoramiento al sector agrícola, no había acceso a las universidades nacionales para los sectores de bajos recursos, los bachilleres sin cupo se organizaban y comienzan los “comités de bachilleres sin cupo”, se incrementaron las luchas sociales, la clase obrera se organizó para defenderse, debido a todos estos acontecimiento el gobierno de Carlos Andrés Pérez, trata de frenar las luchas sociales mediante el recurso de todo Estado burgués: la violencia represiva.

En el año de 1979 asume el gobierno Luis Herrera Campins. Dice recibir “un gobierno hipotecado” (y nadie lo duda) y da continuidad a la política de pacificación aplicada por Rafael Caldera en su periodo de gobierno (1969-1974), alegando que con su gobierno se “abrirían amplias libertades democráticas”.  Se acogieron a esta política de pacificación, los partidos de izquierda revolucionaria y frentes Guerrilleros: El Frente Antonio José de Sucre (FAJS), el PRV-RUPTURA y la LIGA SOCIALISTA-OR, quedando en armas el FRENTE AMERICO SILVA, y una parte de los Comités de Luchas Populares (CLP), brazo legal del FAS,  los cuales se planteaban que las condiciones en que vivía el país no estaban dadas para dejar las armas y, mucho menos, para abandonar las luchas sociales, por ello continúan firmes en la lucha armada.

Quienes se acogieron a esta política de pacificación se desempeñaron en cargos públicos y participaron en elecciones para el Congreso Nacional (actualmente Asamblea Nacional); mientras, los que no se acogieron a esta política fueron  perseguidos, encarcelados, dirigentes estudiantiles de esta organización política (FAS-CLP) tuvieron que abandonar los estudios para resguardar sus vidas, la persecución fue a muerte, te acoges a la política de pacificación o te mueres.

El año 1982 arrecia con fuerza la cacería de revolucionarios y dirigentes políticos, la orden fue la de exterminar todo lo que se pareciera a un revolucionario o dirigentes, legales y clandestinos. Para lograrlo el gobierno logra infiltrar el FAS, con algunos miembros del antiguo Frente Antonio José de Sucre (FAJS), ya acogidos a la política de pacificación y pasados con armas y bagaje al cuerpo de policía política represiva de la época (DISIP), se comienza con una serie de detenciones y allanamientos en Caracas, Aragua y Oriente del país, logrando detener a buena parte de la dirección nacional y cuadros de esa organización.

A las cárceles de Tocuyito, La Pica y el Cuartel San Carlos son  llevados los  detenidos y las detenidas, dirigentes políticos, obreros, campesinos y estudiantiles de educación media y universitaria, de los Comité de Luchas Populares (CLP), brazo legal del Frente Américo Silva, el ensañamiento es a muerte, con torturas y violaciones despiadadas de los Derechos Humanos.

Para el 03 de octubre de 1982, se perciben desde la Universidad Central de Venezuela, movimientos en la sede de la DISIP en Santa Mónica, de vehículos con agentes policiales que toman la autopista, no sabíamos a dónde iban. Amaneciendo el 04 de octubre nos enteramos de lo ocurrido: fue una entrega vil y cobarde de aquellos hombres y mujeres que se negaron a entrar al juego político y macabro de la falsa pacificación y del gobierno “democrático ideal” vendido por Luís Herrera y COPEI.

Con dignidad 6 mujeres y 17 hombres, fueron sorprendidos por las manos asesinas de militares y funcionarios de la DISIP, dándole cumplimiento a la política de exterminio del gobierno de Luis Herrera Campins, utilizaron bombas que lanzaron desde sus aviones Bronco y Camberra, pero ya habían sido rodeados por militares, siendo muy difícil la escapatoria. Los aviones  fueron los primeros en tomar el improvisado campamento, en el sector “Los Changurriales”, de Cantaura, en el estado Anzoátegui. Claro, tenían la gran ventaja de tener agentes infiltrados, antiguos guerrilleros traidores, quienes les habían suministrado los detalles precisos para garantizar el crimen horrendo. 

Fue una gran movilización que hizo el gobierno, utilizaron dos aviones Bronco, dos Camberra y 3 Helicópteros UH artillados, los efectivos de Infantería del Ejército, más de Cien Comandos de la DISIP, Guardias Nacionales y Policías uniformados.

La orden fue “que nadie quedara vivo”, pero algunos Camaradas pudieron burlar el cerco y contar lo sucedido. El día anterior de la masacre, sale el traidor infiltrado Norberto Rabanales alias Torres y se une con su grupo de la DISIP, fue un ensañamiento cruel, peor que en algunas “guerras convencionales” (cada vez más raras) donde hay alguna ética entre los combatientes. Después de cometido el hecho, con torturas y tiros de gracia incluidos, los enterraron en fosas comunes, donde no hubiera posibilidad de reclamo de los cuerpos de los camaradas.

El Comité de Defensa de los Derechos Humanos de Caracas, se presentó a Pto. La Cruz estado Anzoátegui. En esta labor de rescate me acompañaron José Miguez, Richard Carrillo y Humberto Palacios (+), la otra parte del Comité estaba de apoyo en Caracas, María José Parada, Argelia Velásquez de Silva (+), Xiomara González, Mirian Monasterio, Leída Arias (+), Jessica Souffront y Armando Sánchez Torrealba, preparando el recibimiento de las compañeras y compañeros que serían sepultados en el cementerio del Sur y el Cementerio del Este. 

Después de 15 días de los hechos, obtuvimos información que los camaradas habían sido enterrados en fosas comunes en el cementerio de EL Tigre. Allí comienzo el viacrucis del CDDH y familiares, primer  paso obligatorio pasar para ser reseñado por la oficina de la DISIP de El Tigre, segundo paso pasar por las vejaciones y humillaciones de los cuerpos represivos del Estado, y tercer paso el traslado de los camaradas para ser sepultados.

En el cementerio de El Tigre, comienzan los reconocimientos, uno de los primeros combatientes, que estaba en una tumba aparte, fue el segundo comandante de FAS, Enrique José Márquez Velásquez (Florencio), quemado por las bombas arrojadas desde los aviones Camberra y Bronco, hubo que tomar huellas digitales para su reconocimiento.

El cementerio de El Tigre era el gran escenario de esta masacre bestial y brutal, no dejaban pasar periodistas, como tampoco pudo pasar la fiscala del Ministerio Publico de ese Estado, solo militares, DISIP y el fiscal militar del Ejército.  

Comienzan a extraer de la tierra a los camaradas, hubo que buscar un tractor para abrir el enorme hueco donde fueron sepultados las compañeras y compañeros caídos, fue una situación impresionante con los familiares presentes, ataúdes de lata, que sacaba la pala de la maquina casi abiertos,  donde desde el aire a través del ataúd abierto salían las manos y brazos de los compañeras y compañeros.

Fueron colocados uno a uno en el terreno, para los reconocimientos, me toco reconocer a varios de ellos, a Nelson Antonio Pacín Collazo, Estudiante de Economía de la UCV, con un tiro en la pierna que le destrozo el hueso, con los brazos que estaba rampando; esa herida no fue la causa de la muerte, fue una bala de remate en la espalda, su cuerpo llego todavía caliente a la morgue, fue al único que le hicieron autopsia para poder determinar la causa de muerte, allí se descubre que se utilizaron balas DUM-DUM.

José Miguez Núñez (el Españolito), único hijo de un matrimonio español, llamado en la facultad de Economía como Zanahoria por su color de pelo, fue fusilado una ráfaga de tiros en el pecho, por ser muy blanco las perforaciones y los tatuajes de los tiros a corta distancia eran muy visibles.  

María Luisa Estévez Arranz, de familia pudiente, propietaria de caballos, Estudiante  de Arquitectura de la Universidad Simón Bolívar y  Zootecnia de la Universidad de Oriente UDO, un tiro de gracia y sus piernas acribilladas, su madre la  Sra. Arranz quedo impactada al ver como se ensañaron y luego asesinaron su hija.

Mientras iban saliendo los cuerpos de los camaradas, había un DISIP que se hacía llamar Alexis, que relataba con sadismo todo lo que había sucedido, cómo acribillaron a los que quedaron vivos: “el catire Rincón se la daba de arrecho, todavía herido daba la pelea, pero le caí a tiros hasta que le explote el corazón”. Cuando sacan la urna del catire Roberto Rincón Cabrera, uniformado de guerrillero, estaba tal cual lo describió el sanguinario DISIP. La respuesta no se hizo esperar, lo increpamos entre todos los dolientes, logrando que lo sacaran del cementerio, luego comprobamos cada vez que salía cada uno de los camaradas caídos lo que había dicho ese criminal DISIP.

Beatriz del Carmen Jiménez (Mayra), acribillada y con un tiro de gracia que le traspaso la mandíbula. Rubén Alfredo Castro Batista fue rematado con un tiro de gracia que le destrozo la dentadura; igualmente recibieron el mismo trato  Carlos Alberto Hernández Anzola, dirigente obrero y vecinal, Baudelio Herrera Veracierta, Ildemar Lorenzo Morillo, Eusebio Martel Daza, José Becerra Navarro, Carlos Hernández Anzola; Diego Alfonso Carrasquel, Luis Gómez, Antonio Echarrageta, Eusebio Martel Daza, Rubén Castro Batista, José Zerpa, Carlos Zambrano, Julio César Farías Mejías.

Estas muertes no pueden ser olvidadas, claman justicia, no puede quedar impune esta masacre, como tampoco podemos permitir que se aplique una pena moral a los que causaron todas estas muertes. Seguimos firmes en pie de lucha, hasta lograr el castigo a los culpables.

Siguen presente por siempre, Revolucionarios Inmortales:

Roberto Antonio Rincón Cabrera, ( Sergio y El Catire, Primer Comandante del Frente); Enrique José Márquez Velásquez ( Florencio, El Gato, Segundo Comandante); Emperatriz Guzmán Cordero, (Sonia o Chepa, Tercer Comandanta); Sor Fanny Alfonzo Salazar (alias Patricia y Pat, Miembro de la Comandancia);Carlos Jesús Arzola Hernández; José Miguez Núñez, ( Rivas y el españolito); Mauricio Tejada, (Plaza) Carmen Rosa García, ( Rosi); Ildemar Lorenzo Morillo; (Rafael); Carlos Alberto Sambrano Mira; (Jaime)María Luisa Estévez Arranz (Natalia) Antonio María Echegarreta Hernández; (Ramon); Beatriz del Carmen Jiménez, ( Mayra); Baudilio Valdemar Herrera Veracierta; (Robin) Jorge Luis Becerra Navarro, ( Gilberto);  Euménides Ysoida Gutiérrez Rojas, (La Maestra); Diego Alfredo Alfonso Carrasquel ( Alejandro); Luis José Gómez (Pomponio); Eusebio Martel Daza (Domingo); Rubén Alfredo Castro Batista ; Nelson Antonio Pacín Collazo; ( Freddy); Julio César Farías Mejías (Miguel);  José Isidro Zerpa Colina.

Cuatro meses después de la masacre,  l8 de febrero del 1983, aplican el llamado  viernes negro, se devalúa la moneda, aplican un paquetazo de medidas económicas, quedando demostrada la posición del FAS que no existían condiciones para acogerse a una política de pacificación y que hacerlo era parte de un plan para desarmar y desorganizar al pueblo pobre para que se calara la agenda neoliberal.

Sus ideales y sus sueños siguen vigentes. La revolución bolivariana ha reivindicado estas luchas como parte de las desarrolladas por el pueblo pobre para su liberación, las cuales deben conducir al socialismo como transición y luego al comunismo, donde no exista Estado ni la división en clases sociales.

*Judith López Guevara (La China), defensora de los derechos humanos (desde loa años 70´), Coordinadora del Frente de Mujeres “Argelia Velásquez de Silva, miembra de la Fundación “Américo Silva”.



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Judith López Guevara

Pertenece al Frente de Mujeres Argelia Velásquez Carrizales. Defensora de los Derechos Humanos

 chinajulop@gmail.com

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