Auditórium

Lealtad sin límite a las personas: ¿Y no a las ideas?

“La lealtad no depende de las circunstancias porque es de la permanencia de los principios”.
Francisco Garzón Céspedes…

Mis sospechas sobre la conducción del proceso revolucionarios me alertan, y esto me da pie para seguir opinando sobre este espinoso tema provocado por Jorge Giordani, quien no es santo de mi devoción; y al observar al Presidente Nicolás Maduro decir: “La lealtad debe ser sin limites”. Una declaración para consolidar con mano de hierro el manejo de las instituciones del Estado venezolano, mediante las expulsiones de ex ministros, para continuar el camino hacia el despeñadero en la época de la más alta inflación, y escasez en la que ha estado sometida Venezuela en toda su historia republicana, una extraña combinación de pretender juntar el agua y el aceite, haciendo posible ponerle alas a los burros para que vuelen, el pueblo venezolano tiene una visión muy lógica de los estragos que esta causando en sus presupuestos familiares la estanflación, donde las colas y la especulación lo grafican muy bien: donde se juntan muy bien en la mesa el hambre, y la necesidad , o sea los ex ministros fracasados, y la izquierda trasnochada, según dice el presidente Maduro.

Charles Dickens sostuvo: "Los caminos de la lealtad son siempre rectos", sirven para recordar que la lealtad es un valor que implica un sentido muy alto del compromiso con las personas a la cual respetamos, y que nos respetan, donde no debe existir la obligación de infringir la ley, porque si no estaríamos hablando entonces de una incondicionalidad ramplona para delinquir en las instituciones del estado, y pervertir sus valores, así como las aspiraciones del pueblo en que las actuaciones de sus autoridades sean correctas en el manejo de los dineros públicos, y no la oportunidad que tengan para lograr inconfesables propósitos al robarse los dineros públicos.

El objetivo de Nicolás Maduro es claro cuando habla de los que sacan “cartas”, basta observar los mecanismos obviados de la autocritica frente a la critica, evadiendo el comportamiento público cuando se ejerció un alto cargo publico o manipulando los criterios de la misma, se requiere un mínimo de responsabilidad de ambos lados más allá de donde se buscan las verdades absolutas, porque nada es casual sino muy premeditado cuando se busca subordinar a funcionarios, y las instituciones que dirigen , a una aparente corriente ideológica de control político, bajo el perverso argumento de cuidar los intereses del gobierno pero alejados de la ley, y de la normas y procedimientos administrativos transparentes, porque la mano de la influencia corrupta, decide todo sin aparecer (caso cadivi) para eximirse de toda responsabilidad civil o penal ante cualquier descalabro que quede al descubierto en cualquier gestión después de abandonar el cargo.

En Venezuela desde la época de Pérez Jiménez hasta la V Republica, no ha existido optimización de los recursos, y en el cumplimiento de los objetivos institucionales, se hacen visibles las ostentaciones de los dineros públicos mal habidos reflejados en la permisividad lograda por la total impunidad de los “ungidos de turno ” por la vía de la injerencia indebida de la lealtad al que lo nombró en el cargo, para que las sucias ganancias, garanticen la mal llamada lealtad aun cuando pierda el Estado venezolano , mediante la inacción en cuanto a los precios especulativos, inflación, escasez, y promesas no cumplidas, lo cual no puede ni debe permitirse por cualquier jefe de estado que se precie de respeto a sí mismo, es inadmisible tolerar o sobrevivir en un cargo subordinando a la institución que debería administrar con pulcritud , y para dar repuestas a una de las mayores demandas sociales insatisfechas como lo es la calidad de vida del pueblo venezolano.

Tamaña irresponsabilidad en beneficio propio es la dimensión de la decadencia para servirse a costa de los presupuestos de la nación, donde la demanda social incumplida está condicionada a un interés particular de una mal entendida lealtad, para nada revolucionaria, y menos leal a sus ejes doctrinarios, donde solo existe una lealtad hacia quien les ha entregado su posición o cargo, bien valdría la pena preguntarse: ¿porque la autoridad es intocable, y se crece en su manejo fáctico extorsionador?, todo esto se cae por su propio peso , cuando vemos cuando personas honestas con sentido de patria han ido cubriendo espacios estratégicos para consolidar una revolución dinámica alejados de las típicas corruptelas que da el poder, por supuesto no hago juicio de valor ni exijo la separación de ningún funcionario, pero si exigimos el apego a la ley, y el respeto a los postulados de quien elegimos para construir una patria socialista con valores, precisamente para que desaparezcan estos especímenes depredadores de la fe pública depositadas en ellos.
Hay que desterrar de la administración publica la incondicionalidad, y la funcionalidad a intereses corruptos que deben ser investigados, no se puede seguir pidiendo lealtad sin limites en las instituciones cuyo destino debería ser la pulcritud, y no el sembrado de dudas respecto al uso eficiente de los presupuestos , que es lo que debe exigir el mandatario Nicolás Maduro Moros. Sin duda en los corrillos políticos dicen que conviene más practicar la lealtad a las personas en el poder, que ser uno mismo con criterio de dignidad, suceda lo que suceda, y por ello cuando la circunstancia obliga a definir entre estos dos caminos, se prefiere el rumbo de la lealtad al de las ideas para sostener la sumisión a ciertas convicciones políticas.

El que se aparte de esto se ordena su investigación, lo más probable es que sea destituido o vaya preso, un abuso que activa sus mecanismos para defender acciones fácticas, beneficios personales, mediante una mezcla de arrogancia e impunidad que se disfraza de obediencia, y lealtad ante el Presidente que no todo lo puede saber, y poco sabe apreciar de quienes dicen defenderlo de sus enemigos políticos, pero siempre un buen estadista debe saber distinguir entre lealtad , y la vital lealtad a la verdadera causa justa, para que no muera la revolución , y se adecente la patria, en esto siempre estaré ojo avizor siempre para no dejar solo al Presidente Maduro frente a quienes lo defienden con una buena gestión, mientras otros solo la traicionan cuando apelan al latrocinio de los dineros públicos. Recordando los besos y golpes de Judas y Caín. Donde la astucia siempre ha prevalecido sobre la inteligencia y la virtud, y la conciencia revolucionaria sea apagada por el dinero.


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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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