Pildoritas l22 (año VII

Mi opinión sobre la actitud de Giordani

Lo de Giordani se veía venir, bastaba verle la cara cuando asistía a los actos públicos del Presidente Maduro, era un poema de incomodidad inocultable, lo difícil de creer es que un personaje que se supone, a su edad y con su curriculum, debe tener claros y sólidos sus criterios y saber, que no se pueden tomar posiciones que puedan contribuir a darle armas y argumentos, a un enemigo como el que estamos enfrentando, bien dispuesto, por cualquier vía, a dar al traste con la obra y el legado de Chávez, en el cual se incluye su decisión de escoger a su sucesor, razón suficiente para que todos los verdaderos revolucionarios cerremos filas con él, sobre todo cuando, como jefe indiscutible de este proceso, está enfrentando y vaya con qué éxito, toda clase de agresiones,

Premeditadamente después de leer el documento publicado por Giordani en Aporrea, esperé hasta hoy para decir algo, y enterarme antes de la reacción dentro y fuera de las filas revolucionarias, en ambos casos sucedió lo lógico, la contrarrevolución con sus medios sobredimensionó al extremo, la postura del ex ministro, y los revolucionarios, lo que mostraron, hasta ahora,con excepciones, ha sido la solidez de un movimiento que de entrada difumina la pretensión del autor del documento, por crear un sisma que le pueda facilitar al imperio y sus lacayos de aquí, retrotraer al país a la época anterior al “por ahora” que Giordani celebró, tanto que logró ganarse la confianza de quien en minuto y medio, se ganó el amor de un pueblo que ha permanecido inalterable, aún después de su inmolación por él, al endosarle el mismo sentimiento a quien él designó en su última proclama para que le entregáramos nuestra confianza incondicional.

O Giordani, no oyó al Gigante eterno ese día, o se olvidó de lo que para los revolucionarios fue una orden para no discutirla, sino para cumplirla, pero además olvidó que dejó un plan de gobierno, en legado contenido en el Plan de la Patria, que es lo que guía la gestión del Presidente Maduro.

A mi particularmente, el ex ministro, me parecía un tanto prepotente y autosuficiente, de esa clase de personajes que se siente estar por encima del resto de los mortales a quien desde el Presidente para abajo debería rendirle pleitesía y no dar paso alguno sin su previa aprobación.

Tal vez con Maduro no le fue tan bien en ese sentido y por ello su reacción ante la decisión de colocar al frente de la Planificación a un venezolano que se ha destacado por su capacidad de trabajo, por su entrega y por sus exitosas gestiones en todas las responsabilidades encomendadas, antes por Chávez y ahora por Maduro.

De todas maneras, quizá por haber presenciado cómo Giordani siempre concitó y fue blanco, por parte de la derecha de arteros y continuos ataques, supedité mis criterios, por la impresión que me daba y por ello fui solidario y salí en su defensa cuando en el círculo en que me desenvuelvo, era atacado inmisericordemente.

Es lo menos que él pudo haber hecho y no salir con lo que ha salido, más cuando la Revolución Bolivariana está enfrentada a una guerra multifactorial y difícil, situación cuando, como cualquier familia, todos sin excepción debemos cerrar filas, sin condicionamientos de ningún tipo, se sea gobierno o no y una de las mejores formas de manifestarse, en consecuencia, es demostrar la disciplina y la unidad, tantas veces requerida por nuestro eterno Comandante y que ha continuado inalterable en la gestión de su hijo Nicolás.

O ¿será que el ex ministro no se avino a tener como jefe a un obrero, su incomodidad pudo más que sus supuestas convicciones y apenas creyó que se le presentaba una oportunidad, en una demostración de inmadurez revolucionaria, inexplicable en él, salió a lavar los supuestos trapos sucios a pleno sol y ante un publico como el contrarrevolucionario que ha salido a aplaudirlo a rabiar?.

De todo hay en la Viña del Señor y si este tuvo su Judas, qué se puede esperar tenga Nicolás, un simple mortal que emulando, aunque Giordani lo critique, a quien le formó y preparó para conducir el barco de la Patria a puerto seguro, lo está haciendo rodeado de pueblo manteniendo inalterable su legado, a pesar de la derecha y de el innegable descarrilamiento de un personaje como Giordani a cuyo pesar la Revolución no se parará y como en ocasiones anteriores, no menos criticas y dolorosas, saldrá victoriosa, simplemente porque es un sentimiento nacional muy profundo, tanto que quienes la han traicionado han quedado en el camino, secándose al sol de su desierto.-


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Saúl Molina


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