Nunca creí en los partidos políticos. luego del caso Navarro menos creo

Insólito, inaudito. Ya la ingenuidad, diría hasta la estupidez, de las que me acusan mis familiares y amigos escuálidos, está desapareciendo forzosamente, casi sin quererlo. A un ritmo acelerado cuando uno va conociendo la verdad. El profesor Navarro merece todo mi respeto como compañero universitario de hace muchísimos años, antes de Chávez, luego como chavista leal, honrado, comprometido, extremadamente trabajador. Por eso su denuncia al PSUV tiene todo el valor de un verdadero revolucionario, indiferente a las conveniencias políticas, y defendiendo no sólo su dignidad personal, ineludible, sino la concepción del partido revolucionario que quiso el Presidente Chávez para mantener la revolución hacia la Patria bonita.
Nunca creí en los partidos ni agrupaciones de ningún tipo. Siempre tuve la idea de que agruparse es una manera de eludir responsabilidades directas, de escabullir el bulto, de tener una defensa y garantías directas, mostrando un carnet.

Sin embargo, siempre, más bien desde que oí el discurso de Chávez en su primera toma presidencial, creí en la revolución, en sus bondades, en el poder de líder del Presidente, en su fuerza para trasformar la realidad, casi milagrosamente, su gran Fe, y en el poder que tenía de motivarnos a los sensibles, hacia ello. Nunca me inscribí en el partido que se creó, por las mismas razones de arriba. No consideré necesario hacerlo para mantener mi creencia en la revolución, la defensa de la misma, sin buscar nunca privilegio alguno.

Lo que hoy estamos leyendo, con la carta abierta del profesor Navarro, pero también con la carta del profesor Giordani(Testimonio y resposabilidad ante la historia), sin respuesta, trata sobre una corrupción moral no ya sólo dentro dela oposición oligarca, rancia, de ultraderecha, sino también dentro de los altos representantes de la política chavista, miembros del directorio del PSUV. El abuso descarado de poder, flagrante, directo, la complicidad de los subalternos, sin una reflexión, de las tantas que ellos piden al pueblo en todos los discursos que han aprendido con mucha competencia a realizar frente a las masas, motiva a que el proyecto de una revolución para la igualdad, la independencia, la soberanía, que tiene como su norte el humanismo, ahora después de Chávez deba ser, obligatoriamente,revisado.


Esta misma mañana me llamó mi Cicerone, emulando aquel personaje de José Vicente Rangel en sus confidenciales de antes, el cual cada cierto tiempo me alerta sobre hechos de corrupción en el gobierno. Lógicamente intentando cambiar mi condición de chavista. Más de una vez me ha comentado sobre la corrupción de CADIVI, mencionando personas allegadas que llenaban desde Miami muchos container con basura, aserrín, o incluso cajas bonitas llenas de artículos sin valor. Me contó además de un compañero de su hijo, del colegio Los Arcos, que le ofreció a él 100 mil dólares mensuales si en esa época le prestaba la empresa para importar. De otro conocido, siempre un joven compañero de su hijo, con un contrato hiper-millonario con el Gobierno que nunca realizó, y que compró ¡el antiguo penthouse de Aristóteles Onassis en la Quinta Avenida de New York!.


De todos esos hechos, mi cicerone escuálido deduce que la cifra de 25.000 millones de dólares robados por las que se han llamado empresas de maletín, es muy superior. Y ahora el mInistroRámirez dice que se trata en realidad de empresas trasnacionales! O sea, la antigua Cadivi ha favorecido no sólo a los raspacupos, a muchos extranjeros que hicieron su agosto, mayormente colombianos, con las remesas, sino a la highsocietyde Venezuela y a las transnacionales millonarias. Pero CENCOEX ahora sí es muy eficiente publicando cada semana una lista de usuarios a los cuales les han entregado hasta 3.000 dólares, pidiendo facturas y facturitas. Como decía mi hermano, se cuidan las puyas pero no los millones.
La división dentro de los chavistas pareciera inevitable. El ofrecimiento del Presidente Maduro de un diálogo sincero, honesto, sus palabras de que aquí nadie sobra, aplaudidas de pie por el público en un hecho significativo, su ofrecimiento de un sacudón dentro del Gobierno¡con una duración de apenas quince días!, por ahora no convencen a nadie. La publicación de la famosa lista me recuerda a las malas novelas que prolongan durante semanas y meses, una definición, una información importante, llevando a los televidentes a una zozobra, una impaciencia, una espera inútil que al final hace que se opte por no seguir ese canal. Al contrario de lo que vemos en las telenovelas brasileñas, y hasta en las escritas por nuestro José Ignacio Cabrujas, que resolvían en pocos capítulos un enigma, porque tenían suficiente creatividad, mucha inteligencia, y acierto para crear nuevas situaciones de interés. Esas malas novelas son las que me recuerdan la ofrecida y cacareada lista de las empresas ladronas de los dólares de CADIVI, hecho denunciado por el exministro Giordani hace más de un año y aún, increíblemente, no resuelto.
Para mis fieles lectores de los cuales he recibido comentarios de preocupación, les confesaré que no voy a saltar la talanquera. Entendiendo que después de la talanquera hay una oposición que conocemos, tramposa, delincuente, oportunista, aprovechada, insensible. Pero ciertamente ya no siento la fuerza, la solidez, ya no tengo la verdad por delante para defender este proceso, con las evidencias que tenemos enfrente. Seguiré siendo chavista de corazón, pero descartando tanta basura que se generó alrededor del chavismo, y la cual nos venden altos personeros del chavismo esgrimiendo las palabras de amor, de verdad, de solidaridad, apelando a la condición de bondad y honestidad que nos mueve a los chavista sinceros. Como decía Vanessa Davies, con la cual me identifico mucho, en mi caso tiene mucho que ver la vocación de servicio que nos inculcó la religión católica, el convivir mucho años con monjas, las enseñanzas de mis padres, personas humildes pero generosas, el amor entre hermanos, blancos, negros, indios, todos iguales, el deseo ferviente de una igualdad de oportunidades, de condición de bienestar entre todos los venezolanos, en la entera humanidad.
En este mismo portal he denunciado varias veces al pueblo ”revolucionario”, que no entiende el verdadero sentido de las políticas chavistas, e invade, destruye, roba, abusa, en el nombre de Chávez. Pero es que ahora creo que existe la posibilidad real de que ¡la que nunca entendió soy yo!.



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Flavia Riggione

Profesora e investigadora (J) Titular de la UCV.

 flaviariggione@hotmail.com

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