Auditórium

Nicolás: ¡La inflación, se come a la revolución!

La democracia debe cuidarse de dos excesos: el espíritu de la desigualdad, que la conduce a la aristocracia, y el espíritu de la igualdad extrema, que la conduce al despotismo.

                                                                                                      Charles De Montesquieu

Los expertos económicos no politiqueros  subrayan la importancia de recortar el déficit fiscal, y moderar la emisión de dinero inorgánico. Es preocupante la merma de las reservas del BCV. Este año la inflación puede superar  el 70%.  La inflación, es  el gran problema a resolver

Sin embargo, todos los temas se reducen a un puñado de arduas dificultades por resolver: el déficit fiscal que impulsa la emisión monetaria, y el proceso de acorralamiento del sector productivo nacional  que atenta contra la competitividad, y eleva el riesgo de que hacia mediados de año, el Gobierno deba apelar a otra devaluación disimulada del  Bolívar.

Estamos en un estancamiento,  y hay pocos dólares para evitar la recesión. Y hay un exceso de burocratismo,  y politiquería que genera  más inflación.

Las importaciones  están mermando las reservas del Banco Central  de Venezuela, y  el marcado cambiario está recalentado.

La escasez de dólares  es alarmante, la producción no petrolera para la exportación es inexistente, y el control cambiario se come a la revolución bolivariana. La única manera de manejar la escasez de dólares es potenciando la producción interna.                                                                                                       

La escasez  es preocupante,  y no va a cambiar mientras estemos pendientes de un congreso  de cúpulas podridas para el congreso del PSUV, y pendientes de llevar a prisión a los dirigentes de la oposición, puro circo sin pan,  y hablando de ideologías obsoletas del siglo XIX. Para que las reservas no sigan cayendo, debemos dejar la politiquería barata de baja estofa y reactivar el sector productivo nacional, y así las importaciones tendrían que caer profundamente, y podremos acabar con las colas y darle calidad de vida al pueblo venezolano.

Las  exportaciones no petroleros en  Venezuela están reducidas a cero esto no es normal en un país con el potencial de recursos naturales de la nación,  y seguimos  hablando de revolución. El concepto de sustitución de importaciones y soberanía alimentaria  es pura paja, es el negocio de unos vivos que quieren seguir saqueando las divisas de la patria.

Si el  gobierno no implementa una política para bajar la inflación, lo primero que tiene que pensar es  que la revolución se va a quedar solo con caciques pero sin indios,  y con el impuesto inflacionario.                                                                                                                                                       

En lugar de corregir los problemas, el Gobierno apuesta por endurecer el control  cambiario, y esperar que la escasez, y la inflación aniquilen al pueblo venezolano.                                                                 

Desde enero la inflación acumulada  supera el 60%. Los controles no funcionan.

El Gobierno  según los expertos debe  aplicar un componente más eficaz que debe estar presente en todo programa de estabilización. Claro que esto tiene un costo político.

La inflación para ningún gobierno  es buena.  Dicen los expertos que La teoría cuantitativa del dinero indica que cuanto más se emite, más inflación se produce.                                                              

Es fundamental contar con un BCV independiente. No para hacer lo que quiere el gobierno, sino para usar los instrumentos para lo que tiene que ser.

Venezuela está en una crisis económica casi terminal. Mientras la prioridad del Gobierno sea financiar  la politiquería excesiva, y el burocratismo depredador, seguirán  cayendo las reservas.

Pareciera que el mejor escenario que espera el gobierno es una inflación del  60% en 2014. Si no hace curas eficaces o tardías en hacerlas, los efectos serán negativos.

El mercado cambiario es un termómetro de la economía.  Muchos compraron dólares cuando estaban baratos. El Gobierno aplicó el torniquete, para  reprimir la demanda. Fue eficaz pero no sana para la economía. Cayó también la oferta  especulativa, lo cual está provocando el colapso, y contribuye a la recesión que tenemos.

El Gobierno tiene que tender el puente hacia la producción interna que puede  traer alivio en el próximo año. Porque este año ha sido duro porque no hay producción nacional suficiente.

Si no bajamos la inflación, la revolución será transitoria. Si la inflación sigue, nos comeremos la devaluación última, y tendrán que devaluar otra vez, porque el gobierno tiene un barril sin fondo que es el  burocratismo y el subsidio parasitario.

No es dramático el panorama, pero sí complejo y preocupante. Habrá más presión sobre el tipo de cambio del dólar. El escenario de no hacer nada es complicado.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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