La jerarquía eclesiástica y la revolución bolivariana

Las relaciones entre el gobierno de Chávez y la jerarquía de la iglesia católica han sido conflictivas casi desde el inicio de su gestión. La posición de la cúpula eclesiástica fue de rechazo a la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y desde los púlpitos de muchos templos se llamó a votar negativamente en el referéndum popular al que se sometió a la Constitución. Ganó Chávez y el pueblo en ese entonces, teniendo nosotros ahora la primera constitución del mundo aprobada directamente por el pueblo en elecciones. Recordamos las palabras del entonces arzobispo de Caracas Ignacio Velasco, el fallecido firmante del acta de Carmona, quien llegó a afirmar que la tragedia de Vargas era un castigo divino por el comportamiento del pueblo venezolano.

De hecho, la cúpula de la iglesia católica, cuya máxima representación es la Conferencia Episcopal Venezolana, se convirtió en uno de los principales partidos políticos de oposición al gobierno bolivariano (al igual que los medios de manipulación masivos y la autodenominada “sociedad civil”), sustituyendo de esa manera a los partidos políticos que habían sido barridos por el proyecto bolivariano, con el que ahora se identifica mayoritariamente el pueblo venezolano. También es emblemática la fotografía donde aparece el s.j. Ugalde, rector de la UCAB, levantándole las manos (cual réferi en un ring de boxeo) a Carlos Ortega y a Carmona Estanca en los días previos al golpe de abril de 2002. Y así veíamos al inefable obispo de Mérida Baltasar Porras, al fanático obispo de Coro, Roberto Luckert y al entonces nuncio apostólico; Dupuy convertidos en los principales entrevistados en los programas de opinión de las jineteras de los medios de oposición venezolanos. Ello es historia reciente, por lo cual no puede extrañarnos que el obispo de Barquisimeto Tulio Chirivella (un obispo con una cara de “yo no fui bien administrada) haya invitado para dirigir la misa en homenaje a la virgen de la pastora en Barquisimeto a su amigo del alma, con quien él comulga en ideas y posiciones políticas como es Castillo Lara, quien ahora es el nuevo jefe de la oposición venezolana con un lenguaje directo, casi soez, fanatizado y focalizado sólo en la persona de Chávez.

Lo demás es montaje teatral y televisivo. Cámaras, luces, acción, que ahí viene el cardenal por la goma.... Con lo que no contaban era con el pueblo. Una vez más el pueblo reaccionó dignamente. Algunos se retiraron, otros pitaron y gritaron protestando y otros pidieron misa, que era a lo que habían ido. La lectura inadecuada de la realidad que hace este tipo de oposicionista siempre desdeña al pueblo. NO le otorga importancia ni protagonismo. Pero este pueblo dejó de ser manso, ya no se deja arrear como los chivos. El pueblo reacciona, ya no instintivamente como el 27 de febrero de 1989 cuando el “caracazo”. Ahora su reacción es consciente y mas organizada que la de los partidos políticos y sus dirigentes. así lo demostró el 13 de abril, cuando el golpe de Estado, en diciembre-febrero de 2002-2003, cuando el paro-sabotaje petrolero, en agosto de 2004, cuando el referéndum consultivo y así lo seguirá demostrando cada vez que sienta que es irrespetado, o que sienta que el proceso del que ahora es protagonista está en peligro o se le quiera arrebatar.

Otra lección debe haberla recibido el alcalde de Barquisimeto, quien en un afán de ganarse a como dé lugar el favor de los oposicionistas, abdica de los ideales del proceso bolivariano. Efectivamente, el alcalde Henry Falcón, días antes financió con dineros del municipio, un paseo a Roma, acompañado de su esposa, hijos y una comitiva encabezada por el obispo Chirivella. Allí se tomaron una fotografía con el papa, la cual colocaron a lo largo de las avenidas por donde pasearon a la virgen. Adicionalmente la alcaldía ha financiado con ingentes recursos a los templos de la ciudad, gastó decenas de millones de bolívares en una propaganda carnavalesca hacia la virgen de la pastora y hacia su propia persona. ¿Y todo para qué?. Para que la cúpula eclesiástica larense invitara a Castillo Lara a decir lo que ellos no se atrevían y luego salir con su cara bien lavada a expresar que ellos no sabían que el cardenal se pronunciaría de esa manera. El alcalde debe reflexionar sobre esa actitud que se parece mucho a la genuflexión. El hecho de haberse retirado cuando Castillo Lara atacó al gobierno no lo exculpa de su responsabilidad, por cuanto él propició el escenario para ello.

Era una jugada política a la que el pueblo respondió valientemente, a pesar de lo que Globovisión intenta ocultar, como siempre. Todo lo que la jerarquía eclesiástica venezolana ha intentado recomponer en cuanto a relaciones con el gobierno está a punto de resquebrajarse por esta acción, siempre magnificada por los medios de oposición venezolana. El regocijo de “El nacional”, “El universal”, “el impulso” de Barquisimeto, “globovisión”, “rctv” y “televén” así lo demuestra. La frágil oposición venezolana sigue a la disposición de lo que dispongan los medos venezolanos. Son ellos los que le colocan y deciden su agenda, tal como ocurrió con las recientes elecciones parlamentarias en diciembre de 2005. Allá ellos.

Un último comentario, por ahora. Al Presidente Chávez y a los dirigentes del proceso, deberían sus asesores hacerlos oir el extraordinario, por lo profundo y centrado, programa de radio de Vladimir Acosta en Radio Nacional el lunes 15 de enero, donde una vez mas el profesor aborda el tema candente de la semana y dio luces sobre lo que deben ser las relaciones estado-sociedad-religión, para deslindar de una vez por todas los roles que a cada quien le corresponde cumplir. Mis felicitaciones a Acosta por su aporte.

cecilperez@ucla.edu.ve


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Cécil Gerardo Pérez


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