La oposición imperial desbocada y sin careta

Tal vez una de las pocas opiniones en las que no se haya equivocado el Departamento de Estado, es aquella de que la llamada oposición venezolana es inepta, inepta más alla del ridículo y de los bostezos de caiman. Habiéndole dado a este atajo de traidores, más apátridas que aquellos cipayos nacidos en la India, de sangre india, y sin embargo defensores de los intereses de la compañía inglesa, más allá de la pérdida de su propias vidas; habiéndole dado todos los libretos, y toda la ayuda económica para tumbar a nuestro comandante Chávez, y más que a Chávez al heroico pueblo venezolano, la iracundia imperial se posesa, se patologiza. Enloquecida como está ha cogido sabana y se ha quitado todos sus antifaces y sus caretas. Desnuda como la cabeza de la hidra se desboca como líder y como tropa de la única oposición venezolana. Sumate es apenas un recurso de utilería. El imperio dirige ahora desde el propio campo de los acontecimientos la oposición en nuestra patria.


El Papel de los embajadores del Imperio en toda nuestra América Latina, y particularmente en España, tan ligada a nosotros por lazos de sangre, se vuelve más agresivo, más manipulador y más groseramente interventor. En verdad, en el más reciente pasado latinoamericano el imperio gobernaba descarada e impunemente a través de sus embajadas, salvo la gloriosa excepción de Cuba. En el presente las cosas han comenzado a cambiar. En nuestro País, por ejemplo, el gobierno revolucionario del pueblo bolivariano, no le consulta al embajador sus soberanísimas decisiones. Y hay una nueva izquierda, verdaderamente revolucionaria que se está levantando en América Latina, y que de seguro tampoco dependerá de los embajadores norteamericanos. Ya esas embajadas del imperio no estan siendo miradas por el pueblo llano como fortalezas, dueñas de las asesorías, dueñas de la plata, del destino, y de las llaves del cielo. No obstante esas embajadas, todas las embajadas del imperio en América Latina y en España, actuarán en coordinación para intentar liquidar la Revolución Bolivariana. Siempre lo han hecho, pero ahora la intención , el interés, y los motivos están develados. Cada embajador actuará en función de cooperar con la embajada norteamericana en Venezuela. Ya el embajador Wiliam Brownfield tiene rato repartiendo sacos de cobres (dollares) en el Zulia. Y continúa en todo el territorio nacional con la mamarrachada de que él , como representante del imperio, es un regalón. Su descaro sobrepasa los límites de la ridiculez: ha promovido como un gran acontecimiento su asistencia a una exposición de fotos de los indígenas norteamericanos. Se dice que dicha exposición recorre todo el Continente. Lo curioso es que Bronwfield sólo se puede sentir orgulloso de las fotos de una raza indígena expoliada y casi que extinguida en todo el territorio estadounidense por él y sus congéneres de su misma ideología imperial.


Don regalón donando juguetes a ñiños negros, niños de esa misma raza despreciada por el racismo del imperio. Don regalón posando a las puertas de los quirófanos, con gorro de cirujano, Don Regalón preocupado por los enfermos de Sida. don Regalón actuando como el frijolito omega, es decir como el candidato continental para derrotar a la Revolución Bolivariana.


Nosotros acá en nuestro patio nos preguntamos: ¿Cuánto duraría un embajador latinoamericano ante el gobierno de EEUU con tales intromisiones?


Se nos ocurre que podría durar un poco menos que una golosina en las puertas de un colegio.


Lo único bueno de todo este drama es que ahora si estamos seguros de tener en Venezuela una oposición descubierta y declarada, y dirigida por el Frijolito Omega.


tutas13@yahoo.com


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Eduardo Mármol


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