¿Queda gente buena?

Me imagino que muchos de mis lectores acostumbrados a mis artículos políticos pueden considerar este titulo algo bobo, sin embargo los que piensen esto están muy equivocados; para los que estamos en el combate político es muy fácil perder la perspectiva de las cosas sencillas, de los detalles, de aquellas acciones que realmente hacen la diferencia, lamentablemente esas acciones no son las que aparecen en los medios de comunicación, no son con las que abren los noticieros estelares, ni las que se posicionan con las etiquetas en twitter o en las redes sociales como las numero 1 en el mundo, no son títulos de primera pagina, menos en nuestra sociedad tan polarizada y donde muchos de los medios apuestan a una parcialidad política.

La vida me ha enseñado que la bondad poco tiene que ver con tu formación profesional, tu religión o formación ideológica, pero si tiene mucho que ver con los valores que has adquirido en tu hogar, en tu núcleo familiar y a lo largo de tu vida. Mi padre que ya tiene varias décadas que dejo la vida terrenal siempre me decía que había que tener palabra y honrar los compromisos, que eso valía mas que cualquier documento notariado. Aun recuerdo vivamente su severo castigo cuando aparecí con un medio de mas que me dieron de vuelto en la bodega de la señora Luz en la esquina de la calle Buenos Aires en El Pensil, no solo me reprendió sino que fue conmigo, hizo que me disculpara y que regresara el dinero.

Estando en Margarita nos quedamos sin sal, camine hasta una bodega donde pregunte si había y me respondieron muy secamente que no; cruce a otra pero estaba cerrada, entonces me acerque a un señor a preguntarle si había algún sitio cerca donde comprar, yo estaba con mi hija de 1 año cargada; el señor me dijo que si pero que era mejor que no fuera porque era complicado llegar, inmediatamente me pregunto si no había en la bodega que estaba atrás a lo que le respondí que no, entonces me dijo “esos creen en esa pendejera de que es malo vender sal de noche, como si a Sigo les fuera mal por vender sal de noche” y enseguida me riposto “si esta necesitado yo le busco un poquito”, al minuto apareció con un paquete completo, realmente me sorprendió, quise pagársela y me dijo que no, que el había comprado mucha en un Mercal recientemente, le di mi sincero agradecimiento y me vine gratamente impresionado.

La mama de una amiga que llegaba en un vuelo internacional con Avior y que por su edad debió haber sido asistida a su llegada al aeropuerto de Barcelona, mientras su hija estacionaba, hizo sola migración y salió del aeropuerto sin que el personal de Avior lo notara, tomo un taxi y le dijo al taxista que la llevara a un lugar a dormir en Lecheria, el taxista hablando con la señora se da cuenta que algo no esta bien y le pide la cartera para buscar algún dato de un familiar, encuentra el numero de su hija y la llama, después de momentos angustiosos el taxista lleva a la señora con su hija que no supo como agradecerle; a la señora no le faltaba ninguna prenda y ni un solo euro. Hay muchísima gente buena, solo que no son noticia.



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Willian Rodríguez


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