Uh eh y no se fue

Se equivocaron quienes creyeron que con su partida física el 5 de marzo de 2013 moría también la Revolución Bolivariana que a sus 14 años de vida se mostraba en plena adolescencia y con la audacia y el atrevimiento propios de esta edad era capaz de hacer creer a muchos  que ya tenía la madurez propia de la adultez.

La derecha que celebró grandemente su partida, celebración que comenzó el mismo 8 de diciembre, no logra salir aún de su desencanto un año después y no termina de darse cuenta que se fue el hombre pero quedó la idea, que murió el cuerpo pero sobrevivió el sueño.

Se vertieron tantas lágrimas por aquellos días que nadie podía haber imaginado antes que una muerte pesara tanto sobre un pueblo, sólo la fidelidad del amor jurado por ese pueblo fue capaz de conjurar la perfidia y el desencanto de los muchos que dejaron de creer tan pronto.

Su verdadero y más importante legado es inmaterial e intangible dado que está representado por su ejemplo de entrega permanente de vida por y para una causa, de sueños nobles y sublimes, de amor y entrega a un pueblo pobre y a la causa de su liberación.

Su esencia de revolucionario verdadero lo ubica en el Olimpo de los más célebres entre ellos, donde desde el 5 de marzo acompaña a Bolívar, Marx, Engels, Martí, Lenin, Sandino, Mao, Che Guevara, Alí Primera y tantos otros y otras de la misma especie.

El pueblo sufriente por el que dio la propia vida sabrá mantenerlo vivo en sus corazones y con el paso de los años disfrutará de la inmortalidad de la que sólo han sido merecedores en la conciencia de los pueblos individuos excepcionales como él.

Dejó de ser hombre mortal para entrar en un plano superior desde el cual el pueblo apelando a su espiritualidad originaria y ancestral, lo coloca a la altura de un Dios redentor que se hizo hombre para redimir sus pecados y ofrecerle la redención salvadora.

Sus enemigos, que no fueron pocos, que son los enemigos del pueblo lo tendrán presente siempre como el contendor al que nunca pudieron derrotar y al que el recurso de su muerte, del que echaron mano, vino para hacerlo invencible por siempre.

Fue un gigante siempre, en las victorias y en las derrotas, nunca dejó de crecerse y tuvo la habilidad de sacarle ventaja a cualquier adversidad para llevar a cabo su gran proyecto.

Fue la historia misma que se hizo hombre y que 200 años después de un capítulo sin cerrar se encarna y se hace hombre mortal, para realizarse de nuevo.

 



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Carlos Luna Arvelo


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