Plan de la patria y el deber revolucionario de rendir cuentas de la gestión pública

Fue una práctica constante, revolucionaria, la conducta del Comandante Supremo, Hugo Chávez Frías, quien rompió paradigmas en la vida política en Venezuela al acostumbrarse y al pretender acostumbrar al pueblo, al funcionariado a rendir cuenta, a rendir cuenta de qué se hace, cómo se hace así como, cuál ha sido el alcance de lo que se hizo, de lo que se hará, que fue lo que quedó pendiente.

El Comandante Chávez en esa rendición de cuenta verbal y por escrito de los y las activistas bolivarianas y socialistas se preguntó y preguntó en público, cuánto se dio y exigió para develar en las construcciones cognitivas y práxicas la construcción del socialismo de manera de sumar en la concreción de la República Bolivariana de Venezuela en cada actuación personal e institucional.

Esa habilidad, ese deber de rendir cuenta, es la resultante de mentes y organizaciones brillantes que no se ven hacia sí mismos como un aparato hermético si no que los y las revolucionarias son el pueblo mismo, capaces de organizarse para elevar la consciencia, la organización y la planificación, como herramienta de articulación de todas las potencialidades y las restricciones para alcanzar el propósito deseado.

La cultura cuarto republicana es no rendirle cuenta a la población venezolana, la rendición de cuenta es la sumisión al Imperio y a la oligarquía, por ello, en un balance histórico quedaría demostrado como la conducta política de las organizaciones políticas de entonces y sus reminiscencias de hoy, es arrastrarse a los pies imperiales y lamerle las botas a las diferentes administraciones gringas.

En cuanto a nuestra realidad actual, las filas revolucionarias han ido madurando y el proceso político ha generado un impacto hacia dentro y hacia el entorno de las organizaciones y una vez ocurrido el proceso electoral del 8D en un marco de tres años habrá un estremecimiento institucional – partidista para autenticarse de nuevo en la búsqueda de la reafirmación y en desechar lo que se tenga que desechar. Que ventaja contar con el texto constitucional y con el Plan de la Patria, es un avance ostensible y una guía para la acción.

Una vez más queda en evidencia el carácter avanzado, la concepción socialista del texto constitucional quien en el artículo 66 mandata: “Los electores y electoras tienen derecho a que sus representantes rindan cuentas públicas, transparentes y periódicas sobre su gestión, de acuerdo con el programa presentado”.

El Plan de la Patria fue y es el programa presentado por el Comandante Chávez y por el presidente actual Nicolás Maduro ante el Consejo Nacional Electoral para cumplir requisito establecido y se supone son las bandera del discurso político electoral, es además el soporte y compromiso a cumplir una vez se esté posicionado del cargo, en otros ámbitos, local y regional, es la Carta de Fiel Compromiso que se tiene que ejecutar, todo acorde a la Agenda Política y la Agenda Pública.

De manera pues, que todos los y las electoras tienen de forma concreta y de manera metodológica con el Plan de la Patria una guía para evaluar y evaluarse, para exigir y exigirse, acompañar lo que se haga desde todas las instancias que gozan de la escogencia del electorado.

Por lo que la Participación-Protagónica del pueblo es un Derecho Político, de allí que el artículo 62 de la Sección Primera de los Derechos Políticos establece: “Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos y elegidas. La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión Pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica”.

Porque las y los cuadros pueden trabajar diariamente de forma intensa y sin descanso y hasta altas horas de la noche, pero si lo que hacemos, no apunta a la concreción del artículo 3 constitucional, haremos de todo, pero menos! la construcción de una sociedad justa y amante de la paz.

Artículo 3. “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución.

La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines”.
Hemos avanzado al ritmo que hemos podido marchar, se puede ir más rápido pero a las pesadas cadenas ya le hemos aprendido a dominar el peso y somos muy optimistas y más temprano que tarde se verá los resultados del Plan de la Patria.
 



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Gaspar Velásquez Morillo

Perfil de Gaspar Velásquez Morillo. Venezolano. Lic. en Periodismo egresado de la Universidad de la Habana Cuba. Master en Periodismo por la UNESCO. Candidato a Doctor en Ciencias para el Desarrollo Estratégico. Línea de Investigación: Gestión Pública Bolivariana. Especialista en Políticas Públicas. Especialista en Ciencia Política. Profesor Universitario en Pre y Postgrado. Facilitador de Procesos Socio-Políticos y Educativo. Asesor Político Comunicacional. Consultor de la Asamblea Nacional 2001 2005 en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal y Ley de la Defensoría. 1er Secretario del Consejo Legislativo del estado Trujillo en la República Bolivariana de Venezuela, año 2000.

 gaspar_velasquez@yahoo.es      @gasparvelasquez

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