La conspiración internacional y nacional aprieta el acelerador

La Revolución Bolivariana, hoy está mas asediada que nunca. La conspiración es mas abierta tanto a escala internacional, como nacional y nosotros seguimos creyendo en pajaritos preñados, dándole cuerda a los arlequines del imperio, desestimando la capacidad de engañar y hacer daño que tienen estos títeres, cada día mejor manejados desde el norte. Son como dijera el gran Carlos Puebla, marionetas humanas, que sirven de terroristas, pagadas con el dolar imperialista.


Estas marionetas, continúan desde la Asamblea Nacional, desde gobernaciones, alcaldías y diversas instancias, descalificando al presidente, a su gobierno, a las instituciones de la república y haciendo de antenas repetidoras de la canalla internacional, sin que haya autoridad que les pare el trote, pese a que existen indicios, incluso de homicidios múltiples, como para que estuvieran tras las rejas, los más conspicuos representantes de esta suerte de sindicato del crimen.


El acaparamiento y la especulación ya raya en la provocación y desafío a la autoridad del estado y a la paciencia del pueblo venezolano, que es sometido de manera inclemente al robo y a las interminables colas, que en ocasiones son son programadas, por quienes regentan los supermercados, incluso los bolivarianos con en el caso de Ciudad Bolívar.


Esto en el plano nacional. En el plano internacional la arremetida no es menos desenfrenada. No es casual, que recientemente el Ministro de la Defensa del “gobierno amigo” de Colombia, el General Pinzón, saliera de manera velada echándole la culpa al gobierno bolivariano de los ataques que supuestamente son blanco, las instituciones colombianas, por parte de grupos armados, que luego de sus incursiones se refugian en territorio venezolano, como consecuencia de la falta de vigilancia en la frontera patria. Es una manera camuflada de dar continuidad al discurso de Uribe, para involucrar a Venezuela, en un conflicto que lleva seis décadas y que fue propiciado por la oligarquía que hoy gobierna a Colombia, desde la presidencia de la república, hasta el último prefecto que tiene en su territorio ese sufrido y atormentado pueblo hermano, unido con nosotros por lazos de la historia.


Sin embargo nosotros continuamos haciéndonos la vista gorda y complaciendo al vecino, al punto de mantener sin razón alguna, tras las rejas a un compatriota intelectual, comprometido con las luchas por la liberación del continente y el mundo, como lo es el cantautor de la revolución bolivariana en Colombia, Julián Conrado. ¿Porque no lo ponemos en libertad y le damos estatus de refugiado, por temor a que nos identifiquen con las FARC? Eso no tiene asidero, porque precisamente el señor Pinzón de la Defensa colombiana, nos señala públicamente como tal. Porque ese es el discurso al servicio del imperio, para robustecer el amañado expediente contra Venezuela, como Estado Forajido, título que se ha ganado con creces el imperio norteamericano, con los genocidios que por más de dos siglos ha cometido de manera continuada.


Tampoco es fortuito, el escándalo de las 31 maletas repletas de cocaína, que entre el “gobierno amigo francés” y la reina del narcotráfico en el mundo, léase DEA, colocaron en territorio venezolano, para luego de diez días de haber llegado al aeropuerto Charles Degaulle y ser sacadas de allí para una finca a 32 kilómetros del terminal aéreo, burlando todos los sistemas de seguridad galos, como si se tratara de una país recién fundado y sin recursos de inteligencia, hacer el hallazgo del alijo de droga. Nadie se traga ese anzuelo, ni el más ingenuo.


Se trata simplemente en nuestro humilde criterio de una entrega “controlada”, pero no destinada a combatir el narcotráfico, que es sustento de la economía banquera, del imperio y sus adláteres europeos, sino para fortalecer el expediente de Venezuela, como país paraíso del narcotráfico y el terrorismo. Para muestras un botón: en Venezuela hay 30 detenidos por el affaire, incluyendo dos oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que cayeron en la tentación. Esas detenciones las conoce el “gobierno amigo francés”. ¿Cuantos detenidos tienen los amigos franceses por el mismo caso y se lo han reportado al gobierno venezolano? ¿Como se explica, que las 31 maletas que salieron de Maiquetía, a través de la linea gala, llegaron al aeropuerto Charles Degaulle y no fueron detectadas, sino diez días después en un galpón situado a 32 kilómetros del terminal aéreo? Otra pregunta es: ¿Porque las autoridades amigas no se comunicaron con las venezolanas antes del escándalo mediático?. Definitivamente . ¿Con amigos así para que queremos enemigos?


La otra faceta de la campaña, es la articulada a través de las redes sociales, del cine y los video juegos, que cada día toma mayor auge. La cloaca de Hollywood, siempre ha sido el laboratorio por excelencia del imperio para satanizar a los pueblos expoliados para justificar sus invasiones y a los que se resisten a ser piezas de su juego macabro contra el mundo.

Quienes hemos vivido algunos años, con la inquietud sobre el uso de la maquinaria comunicacional para la dominación, tenemos presente los juegos del complejo, militar, industrial y comunicacional, destinados a convertir a víctimas en victimarios. Su finalidad, llevar a las masas a adorar al criminal y detestar a las víctimas. Así tenemos por ejemplo cuanto daño hizo el cine de Western y luego los espagueti western al pueblo mexicano. Primero comenzaron por presentar en las películas de vaqueros a los mexicanos, como los perezosos, indolentes, desaseados y criminales, que camuflados bajo el amplio sombrero de charro, en cualquier esquina dormían la borrachera, que con pulque, plagado de moscas y cucarachas, se habían procurado. Allí tapándose del sol y bajo los efectos del pulque o la tequila, estaban a la espera de quien les pagaba para matar a alguien.


Eso sirvió para justificar la invasión que contra México, había ejecutado el imperio gringo, arrebatándole la mitad de su territorio. Pero por si fuera poco, esa campaña a través del cine, vehículo destinado a sembrar la impronta en el imaginario de una manera eficaz, por los espacios cerrados, blindados contra el boom externo, que representaron las salas de cine hasta los años 70, la mayor diversión del venezolano. Allí se sembró la idea de que con la invasión a México, EE UU, había liberado a un territorio útil a la humanidad de una semilla de inútiles, borrachos y criminales que no se lo merecían.


Finalmente para terminar de atropellar al noble pueblo tapatío, le invadieron la industria del cine y las excelentes comedias musicales, que tan gratos recuerdos nos dejaron a esa generación de los 60, fueron sustituidas por los espaguetis western, producciones italoameriacanas, que convirtieron a los charros serenateros con mariachi; en pistoleros, como los que vendió y sembró Hollywood, en el imaginario popular, a través de sus películas vaqueras, donde el defensor de la justicia, por lo general venía del norte o era el heredero de una incalculable fortuna, que lo abandonaba todo por la justicia.


Luego vendrían los alemanes, los japoneses y los comunistas, como los malos, asesinos, torturadores, que sacrificaban de la forma más horrenda a los “héroes norteamericanos” que se diseminaban por el mundo para llevar la paz y la democracia.


Domesticados los alemanes y japoneses y derrumbada la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), producto de los errores cometidos y de la sapa de los traidores aliados de Juan Pablo II, para dar al traste con ese importante ensayo esperanzador para la humanidad, el imperio creó otros cocos, para sustituir a la lucha contra el comunismo y por la “libertad”. Para continuar con sus tropelías, creo el terrorismo y el narcotráfico, ambos, perfeccionados y de práctica continua en territorio norteamericano, como herramienta para apuntalar la economía de consumismo y destrucción sobre la cual se sustenta.
Ese es el arma que utiliza ahora para estigmatizar a los pueblos rebeldes y para justificar sus criminales invasiones, como lo ha hecho contra Libia, Irak, Afganistan, actualmente con Siria, sometida a una inhumana guerra civil, alimentada con mercenarios entrenados y pagados por el sionismo internacional y acaricia la idea de extrapolarla a Irán y a Venezuela, donde cuenta con la complicidad de factores internos.



Hoy día en las películas y en los videos juegos, Venezuela, es un paraíso para el terrorismo, como lo fue Libia, en los tiempos que el criminal de la Casa Blanca, asesinó a la hija del Coronel Mohamar El Ghadafi, con un ataque aéreo nocturno, contra la residencia del jefe de estado.


La canalla internacional y nacional, se moviliza aceleradamente en busca de poner fin al proceso revolucionario venezolano y para eso están repitiendo al calco el liberto de la CIA. En ese accionar han escogido al Estado Bolívar, como la mecha de la dinamita y por eso vemos que esta región se ha convertido en el paraíso de las mafias para la especulación y el robo descarado al pueblo a través de la actividad “comercial”, en busca de una rebelión. Cada día revientan guarimbas en empresas básicas, en barrios y en las calles cerradas por transportistas que pretenden desangrar al pueblo con tarifas delictivas. En fin todo un proyecto bien concebido, que pudiera dar sus frutos, incluso en el proceso electoral que se avecina y más allá en el plan para desconocer los resultados electorales.


Frente a esta realidad que amenaza más que nunca las conquistas alcanzadas por el pueblo venezolano, con la conducción del Comandante eterno Hugo Rafael Chávez Frías, la alternativa única, es cerrar filas al lado del presidente Nicolás Maduro Moros y del comando cívico militar de la revolución, para como un sólido muro de contención, mujeres, hombres de las diferentes edades, sin distingo de raza o credos hacer frente a los embates imperiales y sobre todo a los lacayos, que a través de los medios de difusión cada día arrecian más la campaña de mentiras, llegando al extremo de descaradamente “denunciar” que en Venezuela, se raciona la gasolina, para regalársela a otros países del continente. Claro, eso hace daño en el exterior, porque aquí todos sabemos, que es una infamia. Pero al mismo tiempo esa canalla mediática no vende el mundo como país inseguro, refugio de terroristas donde vivimos bajo el fuego cruzado de hampónes al servicio del terrorismo internacional y el tráfico de estupefacientes, amparados por los corruptos del gobierno revolucionario.


Solo nos queda fortalecer la unidad, la conciencia de clase, la claridad en la lucha y en la organización para la resistencia, frente a una conspiración internacional y nacional, que aprieta el acelerador.

Periodista*
CNP 2414 cd2620@gmail.com



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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