J.M Santos y el fratricidio bíblico que desde Bolívar para acá nos amenaza

Felicitaciones camarada Maduro, parece que esa “reacción” que Ud. tuvo frente a la conjura de los colombianos y sus cómplices imperiales hizo retroceder al gobierno de Santos en los planes de “profanar el sagrado suelo” de la Patria grande nuestramericana.

Confieso que su reacción inicial me preocupó, no porque dudara de su denuncia, sino porque temía que ocurriera con ella lo que con el caso del Sr. Lorenzo Mendoza, especialmente cuando su reacción en defensa del pueblo nos convenció de que realmente se tomarían medidas “duras" contra los empresarios que vienen “hambriando” al pueblo y a los cuales Chávez hace rato les traía ganas. Cuando ocurrió que sencillamente el gobierno que Ud. preside se sentó a “dialogar” con Mendoza y quedó claro que la burguesía tiene más poder que el gobierno y que esa burguesía impone condiciones que el gobierno termina aceptando, condiciones que nos llevan por un camino que en poco tiempo estaremos bien lejos de la Revolución y del Socialismo que nos indicara el Comandante como el horizonte al que debemos avanzar.

Da la impresión que en estos primeros combates con la burguesía local Ud., el gobierno y el pueblo mismo resultó derrotado, es más, el sentimiento que nos quedó a muchos es que ni siquiera hubo combates, que sencillamente el gobierno claudicó y posiblemente por esos temores que traíamos de los resultados del 14 A, por esos temores de la pérdida del 5 M, así como por los temores de los cuatro meses de desestabilización (diciembre a abril) en los que casi la derecha tumba al gobierno del Presidente Chávez que por la vía de emergencia Ud. encabezó crearon las condiciones para que la derecha local, sin restarle el papel a sus aliados internacionales, nos derrotara.

Volviendo a lo de Santos y a su recule, es importante recordar que esta relación de traición a los ideales de unidad americana en Colombia tiene vieja data, sino recordemos el triste papel de Santander frente al del Libertador Simón Bolívar y cómo el primero conspiró contra los planes de unidad suramericana que Bolívar concebía como garantía de asegurar la libertad a las “republiquitas” que nos hicimos después de 1830.

El propio Comandante Chávez frente al bandido de Uribe experimentó esta conducta que parece atávica en los gobernantes del vecino país. Bueno, la verdad es que queda la tarea de estudiar con profundidad como proceder ante un socio/aliado en el que no podemos “confiar” por formar parte de la oligarquía burguesa a la que en Venezuela y en cualquier parte del mundo debe enfrentar la revolución bolivariana.

El hecho de que los gobernantes colombianos, especialmente el presidente J.M Santos, en vida de Chávez haya asumido la posición pragmática de arrimarse a Chávez y al proceso continental que éste encabezó no puede llevarnos a confusiones en relación a sus intereses y a los nuestros. Sólo cuando cambien las condiciones en Colombia y distintos actores asuman el liderazgo, podremos esperar alianzas más sinceras con estos “hermanos del alma” que por ahora sólo sueñan con el fratricidio bíblico de Caín, que desde Bolívar para acá se cierne sobre nosotros.


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Carlos Luna Arvelo


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