Pregunto a los obispos: ¿De qué lado está Dios?


“El que odia a su hermano, es un homicida” que título tan dramático emitieron los Obispos de la CEV. Digo dramático, porque a pesar de que es una sentencia nada metafórica sino literal, el pronunciamiento que hacen estos “primados privilegiados” es extremadamente sesgado, de la manera mas sublimemente hipócrita, tratando de embaucar al pueblo católico, con una apología cínica de una supuesta sindéresis en los tiempos que vive actualmente la patria. Y les digo algo, en verdad tomando el título de su manoseado escrito, no los odio, primero porque no soy homicida, pero con toda mi franqueza, les tengo una gran arrecherita.

Lo antes escrito, no se debe a mi clara posición anticlerical, sino que considero que dentro de la estructura desestabilizadora que es la MUD, los prelados encopetados de la Conferencia Episcopal Venezolana son los más inmorales. Y no solo de una manida inmoralidad, no. Es una inmoralidad desproporcionada (la inmoralidad en si es una escabrosa desproporción) porque utilizan las herramientas litúrgicas para tratar de manipular al pueblo creyente, para difundir su mezquino y parcializado mensaje, dejando entrever que la componenda política que ellos representan, es la que Dios bendice. Es decir, ellos reparten los diablos y los santos a su antojo, ya que manifiestan que “son los voceros del Altísimo en la tierra” y nadie ha visto ese “bendito poder” otorgado desde el Empíreo. Y si nos remitimos a los hechos terrenales, a su actuación, a su proceder, estos enaguados y mundanos personajes, no creo que tengan el Reino Celestial como su destino espiritual, mas bien un lugar muy calido vislumbro en su horizonte.

Discurriendo por su escrito, ellos manifiestan “Nuestro Señor Jesús nos invitó a tener un corazón lleno de paz, desterrando el odio y la maledicencia. El odio, la agresión y la violencia que conducen a caminos de destrucción y de muerte. Nuestra fe cristiana nos invita a ser instrumentos de paz, de perdón y de reconciliación” y ¿Acaso, el Camarada Presidente Nicolás Maduro está haciendo un llamado a la violencia? ¿Que carajo es perdón y reconciliación para ustedes, que nunca han puesto la otra mejilla de tanto desafueros que han cometido y cometen? Estos “príncipes de la iglesia”, porque así viven y actúan, como príncipes, a costillas de los súbditos, hacen ver que su actuar los guía el Espíritu Santo, pero como en la pederastia que ellos cometen, la hacen ver como un “pecadillo por un bajón espiritual” y no puede ser comparada con una aberración sexual de cualquier delincuente, porque se creen intocables y dueños y ejemplos de los mas caros valores humanos.

También exclaman que “la paz social y política del país reclama el recíproco reconocimiento de los dos sectores mayoritarios del pueblo venezolano, pues el desconocimiento mutuo hará inviable tanto los planes del gobierno como los aportes alternativos de la otra parte”. ¡Que claridad! ¿Ustedes saben cual es el “aporte alternativo de la otra parte” o mejor dicho, la parte que ustedes representan? Pues desestabilizar, la desconocer el gobierno elegido por la mayoría bajo unas reglas electorales que todos aprobaron previamente. ¡Pero claro! nos acordamos que ustedes fueron testigos de excepción y participación del golpe de estado del 11 de abril del 2002. Que podemos esperar. De igual manera, hablan de “Los agudos problemas del país”, de la violencia política, del lenguaje excluyente, del hostigamiento, acoso y despido injustificados de los empleados públicos, a los que por “opinar en contra o disentir del proyecto oficial”, a las agresiones físicas de algunos diputados, la criminalización de la protesta pacifica; en fin una suerte de exposición en el mas claro lenguaje insolente y provocador que sin ningún reparo parece escrito por “El Matacura”, el Aveledo, el traidor de Ismael y por todo esa jauría sedienta del poder a punta de sangre de pueblo.

Y otras preguntitas: ¿Por qué no rechazaron categóricamente las muertes ocurridas por el llamado que hizo Capriles a la alteración de la paz ciudadana, para que saliera a la calle sus hordas asesinas? ¿Por qué no hacen un llamado a reconocer los resultados emitidos por el árbitro electoral en base al sufragio popular, donde fueron sometidos los candidatos? ¿Será que le pedimos al pueblo que entren en las iglesias cada vez que un pulpito sea “tomado” no por un cura, sino un activista político de derecha y lo caceroleamos o le tocamos una “Vuvuzela”? ¿Le gustaran? ¿No se han preguntado, si estos diputados y diputadas de derecha no reconocen al Gobierno legítimo de Maduro, que carajo hacen en las instalaciones del Capitolio? Bueno y como estas interrogantes, habrán muchas.

Al final de su escrito, estos “beatos varones” (ja, ja, ja al doble) hacen una oda a la mísera manipulación emocional de los practicantes, porque después de vaciar sus no tan sacros intestinos durante todo el comunicado, llaman al pueblo creyente “a redoblar la oración a Dios por la reconciliación y la paz; y, al mismo tiempo, a trabajar y ser eficaces en el amor al prójimo con gestos de respeto, perdón y solidaridad, sin ninguna distinción” Coño, mas hipocresía no se puede.

La grey venezolana, no solo la católica sino la de otros credos poco a poco han ido eliminando la dopamina imbuida por las iglesias y deslinda la fe en su espiritualidad de la manipulación y eso es parte del proceso de liberación que se ha dado en nuestra Revolución, porque desde Bolívar en el terremoto de 1812 hasta el siempre presente Camarada Comandante Chávez, han alertado al pueblo, no ha dejar de creer en la Divinidad sino ha no dejarse aturdir por el misticismo manipulador, que siempre ha estado al servicio de los poderosos, porque han convertido a los milagros, los santo y hasta al mismísimo Creador en nómina de la oligarquía. Pero, hasta donde tengo entendido, dentro de mis carencias cognitivas teológicas, Dios está al lado de los pobres, de los desvalidos, de los desventurados. Ahora no me salgan con que los Bienaventurados ahora son los ricos y poderosos, porque carajo, así menos creo.


Sin Chávez no hay Revolución, porque Chávez es la Revolución. Y esta Revolución es Chavista, porque todos somos Chávez.


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Ingeniero


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Carlos J. Contreras C.


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