Antecedentes. Hoy cuando nos encontramos en el enfrentamiento político- electoral entre dos proyectos de país, no podemos confundir la comprensión de fechas históricas como lo son, sin la menor duda, el 11-A del 2002, 4F de 1992 a igual que el 14 de febrero de 1936, el 18 de octubre de 1945, el 23 de enero de 1958, todas ellas son hitos históricos que han contribuido a cambiar la conciencia nacional. En la actualidad, desde cualquier perspectiva de análisis es innegable la transformación de la cultura política del venezolano, que se ha ido alejando de la pasividad y ya no es tan fácilmente manipulable.
Queremos comenzar este breve análisis sobre los sucesos acontecidos hace 11 años con esta interrogante: Además de decenas de muertos, el mal recuerdo de una dictadura plutocrática de dos días, la evidente manipulación de los medios de comunicación y el papel del gobierno norteamericano en el golpe, el desastre económico y en forma general el ambiente de desconfianza y odio ¿Qué podemos recoger en términos positivos de estos lamentables sucesos? A nuestro modo de ver lo más significativo es que permitió y obligó al gobierno no sólo a mejorar su sistema de defensa sino lo más importante acelerar el proceso de cambio revolucionario, que hasta entonces era aun tímidamente desarrollado.
Como es lógico, las confrontaciones a este gobierno comenzaron desde la propia campaña electoral, aun mas desde el 4 de febrero del 94, para una minoría, los que siempre habían dominado, quienes se habían beneficiado de la crisis social y económica, les era imposible aceptar a un golpista como posible presidente, un militar desconocido, sin partido. Pero otros, sectores de la burguesía y clases media, golpeados y asqueados de la podredumbre, quienes desde inicio de los años 80 habían dado impulso a movilizaciones y sacudido a la sociedad civil, se sintieron motivados por el discurso- aun moderado- que hablaba de refundar la republica, rescatar el nacionalismo, la independencia y la soberanía en pleno contexto neoliberal.
Apoyaron inicialmente a Chávez algunos sectores empresariales, una burguesía nacional ahorcada por el neoliberalismo, quienes también veían en el discurso nacionalista y sobretodo en un militar-que desde sus intereses- podía “poner orden” en el país, frente a las movilizaciones y las protestas que se escenificaron, que producían desconfianza e incertidumbre en la economía. Y así Chávez, con una inmensa mayoría de pobres, que veían en él su última esperanza, triunfa holgadamente con un 56% de los votos.
A pesar de que hasta el 2003 el presidente Chávez mantiene un relativo discurso moderado, es constante en sus ataques a los representantes de la cuarta republica, pero esta posición la compartía la mayoría indignada. Las diferencias se profundizan iniciando su periodo gubernamental, en plena constituyente, allí comienzan los primeros deslindes. Los primeros tres años del gobierno estuvieron centrados en lo político, son pocos los cambios y medidas en lo económico y social.
Los hechos ocurridos desde el 11 al 14 de abril del 2002 aun no están claro del todo, las muertes, la instalación de un gobierno de carácter plutocrático que desconoció el hilo constitucional, el regreso de Chávez, los saqueos, son todos piezas de un proceso sumamente confuso, donde es difícil objetivamente saber qué fue lo que en realidad sucedió y determinas las responsabilidades. Lo que no es menos cierto, es que la movilización del 11 de abril fue el producto de quienes desde el 10 de diciembre, el 23 de enero, el 4 de febrero, el 8 de abril, habían venido organizando un frente contra el gobierno de Chávez. Estos, en parte, son los mismos que se opusieron a la aprobación de las leyes por vía habilitante y quienes desde un inicio le han hecho oposición al gobierno del actual presidente.
Sin embargo nadie ha podido dejar de reconocer que estas movilizaciones contaron con un número cada vez mayor de simpatizantes, que ya no pueden ser acusados de “minorías escuálidas” o de “oligarcas”. En ellas , muchos de los que se sumaron habían votado por Chávez: ¿Qué provocó este cambio?. Consideramos que el gobierno había sufrido un proceso de agotamiento al haberse dedicado durante tres años a la reestructuración del piso político, que si bien era necesario no era suficiente para impulsar el desarrollo económico, por el contrario se agudizó la incertidumbre y la desconfianza y esto se mide en desinversión, desempleo y agudización de la pobreza.
A igual que el 23 de enero del 58, 27 de febrero del 89, 4 de febrero y 27 de noviembre del 92, los sucesos 11 de abril del 2002 son también momentos históricos imborrables de la memoria del venezolano. Por primera vez en la historia de Venezuela un presidente elegido popularmente es sacado del gobierno por la fuerza - de un grupo de militares aliados a las élites económicas dentro y fuera del país- y apenas dos días después una población en alianza a la mayoría de las fuerzas armadas lo retornan a la presidencia. Este novedoso acontecimiento tiene varias lecturas, primero es necesario reconocer que meses y días antes de este golpe una parte importante del país protestaba en las calles legítimamente contra el gobierno nacional.
Desde el año 2001, como producto de una medida tomada por el Ministerio de Educación, el decreto #1.011, relacionado con la supervisión del sistema educativo, la cual fue rechazada por la oposición por considerarla intromisión en la educación de sus hijos, allí surgieron las primeras manifestaciones cuya consiga principal fue “con mis hijos no te metas”. Esta oposición seria profundizada con la aprobación de las 49 leyes habilitantes. Ya desde hace dos años Chávez gobernaba por leyes habilitantes, utilizando su mayoría de más de dos tercios del legislativo, pero a finales de 2001, sabiendo cerca el fin de la habilitante, decretó todas las leyes, lo cual enfureció a la oposición. Las más cuestionadas fueron la ley de tierras y la ley de hidrocarburos. Por lo que Fedecámaras, convoca a una huelga general el 10 de diciembre del 2001. A esta huelga se sumaron los ejecutivos de la empresa estatal petrolera PDVSA deteniendo la producción nacional de crudo.
A comienzos del 2002 esta situación se agrava cuando el presidente de la república, en su programa dominical, en forma despectiva, usando el termino “Pa fuera…”, despide la directiva de la industria petrolera, que no habían querido aceptar la designación del nuevo directorio de PDVSA, pero mas que esto, el rechazo a la política petrolera de corte nacionalista llevada a cabo por este gobierno. Según los directivos salientes el presidente había violentó la meritocracia. Comenzando así un boicot a la industria petrolera y por ende al país todo, durante más de tres meses El gobierno tuvo que comenzar a importar gasolina para cubrir la cuota nacional y miles de venezolanos se vieron en largas filas de días para poder llenar el tanque de sus vehículos. Con el apoyo de la CTV, la jerarquía eclesiástica, partidos políticos y los medios de comunicación privados Fedecamaras convocó un paro indefinido a partir del 9 de abril para forzar la renuncia de Chávez.
El 11 de abril una importante manifestación adversa a Chávez es ilegal y manipuladamente conducida hacia Miraflores, donde los afectos al gobierno estaban resguardando, también con legítimo derecho, al presidente de la república. Ante estos hechos, el presidente Chávez ordenó a los militares activar el Plan Ávila, y la televisora oficial empezó a realizar llamados a todos los simpatizantes de chavismo a que saliesen a "defender la revolución". Estas dos movilizaciones, como esta ya ampliamente demostrado, no llegaron a encontrarse, sin embargo los medios de comunicación de las elites lograron hacer montajes- ya develados – que presentaban como aparentemente militares y chavistas asesinaban impunemente a quienes marchaban. Cuando en realidad primero muchos de los 19 muertos fueron afectos gobierno y los asesinos fueron franco tiradores y miembros de la Policía Metropolitana, dependientes del Alcalde Mayor Alfredo Peña, quien era adverso al gobierno. También hay pruebas de que todo estaba ya premeditado, minutos antes que se produjera el primer muerto se grababa una proclamación de militares de alto rango con apoyo técnico de la televisoras, quienes proclamaron a favor de la marcha opositora y apoyaron el golpe.
Entre otros hechos hubo una cadena nacional de radio y televisión, en la cual Presidente llamó a la calma. Por su parte, los medios de comunicación decidieron dividir la pantalla, acción considerada por ellos como un acto de respuesta periodística a los hechos. Mientras que en una pantalla se veía al Presidente en tensa calma recibiendo papelitos de sus colaboradores en la segunda pantalla se mostraba el caos originado por los tiroteos que ocurrían en Caracas. De inmediato, líderes de la oposición, empresarios y sectores políticos y sociales acusaron al gobierno central de haber planificado las acciones violentas. Poco después el Ministro de la Defensa, General en Jefe Lucas Rincón, actual Embajador en Portugal anunciaba la solicitud y aceptación de la renuncia al Jefe de Estado Presidente.
Quizás los hechos mas lamentable fueron los ocurridos en el puente Llaguno, las imágenes y noticias trasmitidas en el momento y aposterioris fueron confusas, pero se convirtieron en el mayor argumento para que civiles y militares solicitaran la renuncia al presidente al culparlo directamente de los asesinatos, lo que fue avalado por muchos seguideros del presidente y hasta nivel internacional. La cadena de televisión Venevisión grabó unas imágenes que se difundieron y se repitieron muchas veces en la televisión nacional e internacional. Según esta manipulada y criminal versión ambas marchas se habían encontrado en el puente Llaguno y la marcha chavista disparó a sangre fría contra la marcha opositora y todos los muertos fueron de la oposición.
Consecuencias inmediatas: El Golpe de Estado. Estas imágenes causaron un gran impacto en la opinión internacional, el mismo gobierno de España le otorgó en noviembre de ese mismo año el premio internacional Rey de España al periodista Luis Alfonso Fernández, quien realizó el reportaje. El propio reportero en julio de 2003 admitió en un juicio que el vídeo transmitido por Venevisión había sido manipulado. En diciembre de ese mismo año, se dictó una sentencia que absolvió de toda responsabilidad a quienes estaban en el puente Llaguno y a quienes se les había tratado como asesinos. El 31 de diciembre del 2007 el presidente Hugo Chávez firmó un decreto que daba la Amnistía a las personas que se hubiesen puesto a derecho y que además no estuviesen involucrados en hechos de sangre. Muchos de los cabecillas del golpe huyeron y se encuentran fuera del país, otros no fueron inculpados, otros perdonados. Solo algunos, principalmente los directivos de la Policía Metropolitana fueron sentenciados. Un juicio que duró varios años y en el que se realizaron 230 audiencias, se presentaron 265 experticias, 5 mil 700 fotos y 20 videos, además declararon 198 testigos y 48 expertos.
A las 2 de la madrugada del día 12 de abril, el Presidente de la República, a fin de evitar derramamiento de sangre, accede a que los militares se lo lleven prisionero pero denunciando que el no ha renunciado y que es un golpe de estado. Chávez fue trasladado inicialmente al Fuerte Tiuna. La renuncia nunca se produjo puesto que no se firmó ningún documento y que de haberse firmado hubiese sido ilegal una renuncia bajo presión militar, además de que en caso de renunciar el presidente debía asumir el vicepresidente y en el caso de renunciar este también debía asumir el presidente de la Asamblea Nacional de acuerdo a lo establecido en la Constitución.
La oposición argumentó fervientemente que lo ocurrido no fue un golpe de Estado, sino un vacio de poder, originado por la declaración del Alto Mando Militar la supuesta renuncia de Chávez, de su vicepresidente Diosdado Cabello y por el desconocimiento público de algunos oficiales a la autoridad de Chávez. Inicialmente el recién instaurado Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela emitió un veredicto dictando que lo sucedido el 11 de abril fue un vacío de poder pero luego la sentencia fue anulada.
Ese día desde muy temprano en los medios de comunicación se celebra el nuevo gobierno, el presidente de Fedecamaras Pedro Carmona se auto juramenta presidente, saca del camino a Carlos Ortega Presidente de la CTV y otros lideres políticos que habían asumido responsabilidad en las protestas anteriores. Un golpe empresarial, pues el efímero presidente Carmona no sólo era empresario, sino que era el presidente de la principal organización patronal, además el golpe fue apoyado por la iglesia católica.
De un plumazo el nuevo dictador elimina el Parlamento (Asamblea Nacional), el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral, de todos los gobernadores, alcaldes y concejales, la remoción del Fiscal General, del contralor, y de la Defensor del Pueblo, de todos los embajadores, cónsules y vicecónsules como también de las Misiones Permanentes Diplomáticas y somete a persecución a quienes habían sido electos por el pueblo. Al tiempo que se reprimía brutalmente al pueblo, entre otros hechos, fueron asediadas las gobernaciones de los estados Táchira y Mérida, el Palacio de Justicia de Táchira, tomada violentamente la alcaldía del municipio Junín de este estado, sitiada la embajada de Cuba, violando acuerdos internacionales, fueron privados de libertad y maltratados el ministro de Interior y Justicia Ramón Rodríguez Chacín, el diputado Tarek William Saab allanada la residencia de la diputada Iris Valera, la toma violenta de Venezolana de Televisión.
Quienes criticaron de despótico al depuesto gobierno, le otorgaron al presidente de facto el poder para nombrar a los nuevos integrantes de todas esas instituciones, así como la eliminación de las 48 leyes habilitantes, y el cambio de la Constitución, reponer el nombre de República de Venezuela, quitándole la condición de Bolivariana. Pero estos hechos bochornosos no fueron producto de los intereses y la ambición de un hombre solo, ni de un órgano empresarial (Fedecamaras), como se ha querido luego endosar. Fueron más de 400 personas las que firmaron el acta de constitución del gobierno de facto. El gobierno de facto, representaba los intereses de la godarria venezolana, la plutocracia, el gobierno de los ricos, fue la expresión de mayor impunidad, desprecio hacia ese pueblo que en su plena mayoría no solo había elegido a Chávez sino la constitución.
A nivel internacional, los gobiernos de EEUU y el de España, aunque en un discurso contradictorio fueron de los primeros en apoyar el golpe. Igual posición, aunque más moderada, jugaron los miembros del Grupo de Rio y la Unión Europea, así como los gobiernos de Colombia y El Salvador. Argentina y Cuba lo rechazaron desde el primer momento. El presidente mexicano Vicente Fox aunque no lo reconoció, manifestó que esperaría a que se realizaran nuevas elecciones. No digamos la posición de los medios de información internacional, diarios como el Washington Post , El País de España, o la cadena televisiva CNN dieron un decisivo apoyo mediático a este golpe de estado.
Pero en esos mismos momentos en los barrios venezolanos, aquellos que habían dado su apoyo a Chávez y tenían en el una profunda esperanza y quienes veían con asombro como en horas se pretendía acabar con el proceso de cambio, salieron a las calles, el mismo viernes 12 en horas de la tarde, exigiendo el regreso del presidente. Hasta los enemigos de Chávez vieron en este nuevo gobierno signos claros de dictadura plutocrática. Quienes traicionaron a los mismos que les acompañaron, como fue el desprecio en la conformación del gobierno a los miembros de la central de trabajadores (CTV). Se presentaron disturbios y hubo saqueo de negocios. Los medios de comunicación fueron tomados por simpatizantes chavistas. Cuando fue retomado el canal del Estado, se transmitió al entonces Vicepresidente Diosdado Cabello juramentado como Presidente temporal hasta que Hugo Chávez pudiese retomar el poder.
La contraofensiva revolucionaria. El sábado 13, mientras las elites golpista celebraban en Miraflores, en toda Venezuela emergía un movimiento de insubordinación apoyado inmediatamente por los militares, que mientras los medios de comunicación colocaban comiquitas, como si en el país no pasara nada, ellos resistían a la elite militar traidora y buscaban el paradero del presidente. En la madrugada del 13 de abril, Chávez fue trasladado del Fuerte Tiuna a la base naval de Turiamo, donde escribió una nota que indicaba que no había renunciado "al poder legítimo que el pueblo me dio". Para aquella fecha aún se mantenían reunidos un buen número de simpatizantes de Chávez que habían salido a protestar frente a Miraflores y en la Brigada de Paracaidistas en la ciudad de Maracay. El general Raúl Isaías Baduel se opuso al gobierno de Carmona, y empezó a buscar activamente el modo de restaurar a Chávez en el poder. Ya en la tarde del sábado 13 los hechos estaban marcados, comenzaron a huir los buitres de Miraflores, la población afuera y los jóvenes militares adentro hicieron posible el retorno del gobierno constitucional. El 14 Chávez fue liberado de la prisión militar en la Isla de la Orchila y fue repuesto como presidente constitucional de Venezuela.
El Presidente asumió parte de sus responsabilidades de esta crisis, y llamó al entendimiento. Sin embargo poco tiempo después el desespero y la ambición de los opositores salen a la palestra con el paro económico que se inicia el 2 de diciembre del 2002. Paradójicamente esta paralización que produjo un profundo daño a la población Venezolana que no tuvo acceso a productos de primera necesidad, al transporte, que vieron como se les fue robada sus navidades, sin embargo este pueblo se mantuvo estoicamente y acrecentando formas de relaciones comunitarias para sobrevivir a la crisis. Este paro que perseguía la inestabilidad del gobierno por el contrario contribuiría con la legitimación del gobierno de Chávez.
El Papel del Pueblo. Para quienes aun dudaban sobre el papel del pueblo en la restitución de Chávez al poder el 14 de Abril, aquí en adelante ya no quedaba ninguna duda. Esta crisis del año 2002 y 2003 que trajo profunda consecuencias en la economía nacional, perdiéndose por lo menos diez mil millones de dólares, pero permitió desarticular la oposición de la vieja guardia de los tradicionales partidos políticos y sindicatos que dejaron claramente marcado su irrespeto a la decisión del pueblo, su irresponsabilidad al no asumir su compromiso con los sucesos del golpe de estado de abril del 2002 y el paro genocida del 2003. El proyecto político de Chávez sale fortalecido, el apoyo popular es evidente y éste se reafirmaría en agosto del 2004 cuando un 60% de la población- después de casi 5 años en el poder- legitiman nuevamente al presidente en referéndum popular.
El Socialismo. No tenemos la menor duda en afirmar que el golpe de estado de abril del 2002, el paro petrolero de finales de ese año y el respaldo popular que obtuvo el gobierno frente a esta arremetida, fueron los condicionantes que presionaron para asumir una postura más radical. En el año 2003 surgen las misiones educativas, de salud, para atacar los problemas de los excluidos, allí comienza una verdadera explosión social con la concientización y formación socio política de la población, que comienza a estimular la participación activa de esa sociedad adormecida por el rentismo y manipulada por el populismo.
No es hasta abril del 2005 cuando por primera vez el presidente Chávez aviso de la posibilidad de enrumbar a Venezuela por el socialismo del siglo XXI. Hasta esa fecha había un discurso nacionalista con profunda vocación humanística y cristiana, pero profundamente ecléctico. A pesar de unas reformas legales hasta ese momento el proyecto de gobierno no estaba claramente definido, había ya un discurso anticapitalista pero no estaba constituido el proyecto del país.
Hoy en Venezuela aún prevalece el modelo capitalista, el socialismo es un proyecto en construcción: la economía de mercado, la propiedad privada, la legislación y lo más importante hasta la cultura es aún capitalista, abolirlas es tarea nada fácil. Por un lado los enemigos internos- aunque debilitado en su organización- siguen teniendo el poder económico y mediático, y lo más importante la alianza con el gobierno norteamericano. Pero paralelo a esto existen muchos males internos de resistencia cultural que tienen que ver con la deficiente formación y el inevitable proceso de alienación. El enemigo externo es claramente visible, el interno es más peligroso, el que está junto a nosotros y dentro de nosotros. El no tener claro aun hacia donde vamos y como hacerlo no creo que sea el mayor problema, lo más importante es el asumir la verdadera transformación y el compromiso a transformarse asimismo. La ineficiencia administrativa, la creciente corrupción, el caudillismo y mesianismo, la carencia de liderazgos alternos, la violencia desatada que acaba con la tranquilidad de los venezolanos, son, entre muchos, elementos que debilitan este proyecto, que aun cuenta con un importante apoyo popular, de aquellos quienes han sentido en este gobierno, el primer gobierno del pueblo, quienes aun tienen esperanza.
Aun, a pesar del dolor de la perdida física del comandante, hoy seguimos rodilla en tierra consolidando el proceso, con Maduro hasta el 2019.
pedrorodriguezrojas@gmail.com
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