Adán Chávez me conmovió

Con absoluta sinceridad, haberme quedado para las exequias del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, me permitió conjugar varios elementos de suma importancia, para el futuro de la gran Venezuela, en primer lugar, conocer más de cerca ese proceso humano y socialista iniciado por el Presidente Chávez, quien puso todo al servicio de este, incluso, su propia vida como una ofrenda, a un proceso humano que nace en la Patria de nuestro gran libertador Simón Bolívar y como reguero de pólvora, se ha extendido, primero en nuestra América, con el ALBA luego UNASUR y ahora la CELAC.

En segundo término valorar al extraordinario pueblo venezolano, quien en estos catorce años de revolución ha crecido, ha madurado, política e ideológicamente, para entender que el único camino a seguir, es el emprendido por ese héroe latinoamericano, mundial que es Hugo Chávez Frías, esto lo demostró ampliamente plenando calles y avenidas, desde el mismísimo momento de la partida del cortejo del Presidente desde el Hospital Carlos Arvelo, hasta su llegada a la Capilla Ardiente y desde allí, hasta el Cuartel de la Colina, sede que le cobijo, aquel 4 de febrero de 1992 en su asonada militar, contra el déspota neoliberal de Carlos Andrés Pérez.

Para continuar este aprendizaje pude también apreciar el odio, la irracionalidad y la lucha por el poder de una ultraderecha venezolana, sólo comparable en su esencia, a la cruel oligarquía que desterró a Bolívar de su patria, sencillamente, los mismos canallas e hipócritas de siempre, los mismos fariseos que tenazmente, crucificaron a Cristo.

Mención aparte merecen estos desquiciados e idólatras del imperio gringo, del cual nuestro libertador dijo con acierto visionario: “Los Estados Unidos de América parecen estar destinados por la providencia a plagar de hambre y miseria a la América entera en nombre de la libertad”, estas sabandijas despreciadores de Bolívar, sólo les importa el dinero que produce el oro negro venezolano.

En sus rancios periódicos, revistas, emisoras de radio y televisoras, sólo transmiten una sola cosa: “Odio y más Odio” contra Chávez y contra ese pueblo al tildar a los seguidores de Chávez y del proceso como hordas de ignorantes y otros calificativos similares y con ello me demostraron abiertamente lo miserables que son de alma y de sentimientos.

Estas arremetidas mediáticas son fabricadas segundo a segundo, minuto a minuto, hora tras hora, en un bombardeo sicológico, dirigido desde el imperio norteamericano, al cual Bolívar se refería, el objetivo, capturar nuevamente el poder caiga quien caiga y eso en Venezuela, se les acabo miserables derechistas, ahora Venezuela, ahora Chávez somos todos, los que luchamos desde diversas trincheras y desde diferentes países, por la verdadera justicia y no el espejismo engañoso de los gringos.

Finalmente me voy a referir al más hermoso ejemplo, que pude observar y no es otro que el de un hermano transido por el dolor de su hermano muerto en una lucha, que ya no es estéril y debe continuar adelante, recorriendo el mundo cual Quijote Justiciero y librando al mismo de su mayor opresión: el capitalismo miserable, el capitalismo salvaje al cual siempre se refirió mi comandante Hugo Rafael Chávez Frías.

Sinceramente las palabras de Adán Chávez entre ellas: “Nada ni nadie nos detendrá, seremos libres por decisión de nuestro pueblo, llegaremos al punto de no retorno, que comandan desde allá, desde ese plano superior, Bolívar y Chávez, la unión de nuestra América, la unión de nuestros pueblos hermanos” expresan todo un sentir, pero lo más hermoso de su intervención a todos nos llegó a lo más profundo del alma cuando Adán expreso:

“Hugo me regaló un libro: “País Portátil” en otro momento de su intervención dijo: “1981 Hugo me escribió allí”, en ese momento Adán Chávez no pudo contener su llanto y después de enjugarse las lágrimas en el pañuelo prosiguió: “ Quiero comentarlo porque es importante, esta relacionado con todo este batallar, en ese diciembre de 1981 Hugo me decía en ese escrito, que llevábamos dos morrales a la espalda y que lo mejor de esos morrales era que eran infinitos, que no tenían dimensiones, para colocar en ellos nuestros sueños, de ver la patria libre y soberana.”

Adán continuó con la narración siempre con lágrimas que secaba constantemente: “Treinta y tantos años después ese morral está lleno o bastante lleno, aún falta Hugo, aún falta…pero en ese morral hemos ido metiendo cosas, planes para construir Revolución Bolivariana…y si alguno de los dos, en algún momento, por alguna circunstancia, caía a la orilla del camino, es deber del otro…Adán no pudo contener su llanto de hermano y haciendo un gran esfuerzo, para pronunciar sus palabras dijo: “Es deber del otro tomar el morral y echárselo a cuestas y seguir andando, lo tomé Hugo” en ese momento se desató su dolor y comenzó a llorar copiosamente, pero haciendo un gran esfuerzo Adán Chávez dijo: “Lo tomé Hugo, aquí voy con tu morral, nojoda, viva Chávez carajo” dejó el micrófono y en un abrazo de profundo dolor, se fundió en un abrazo con su madre.

Mayor demostración de dolor imposible, yo mismo y muchos otros lloramos también con Adán, su madre y todos los demás, cabe entonces preguntar a estos perros opositores venezolanos, miserables sin alma y corazón: ¿Acaso ese dolor y el de su familia es fingido, miserables?


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Arturo Pradera


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