Más bruja que Adriana Azzi

Mi vecina, la señora Ramira M., con sus pequeños ojos azules y su gran afro bachaco, que apenas habla bien el español,  afirma que nunca en su vida ha prendido una vela para nada y jura que no cree en lo “sobrenatural”; es más bruja que Adriana Azzi. Cualquiera lo es.

LA ESTAFA DE LOS ADIVINOS

Ciertamente que algunas personas tienen el don o la desgracia de darse cuenta del encadenamiento de los acontecimientos, y aciertan frecuentemente cuando predicen el futuro o recuerdan un pasado que jamás han tenido oportunidad de conocer. Para eso es necesario tener una mente despierta y activa, cero prejuicios y ¡por favor! Estar libre de intereses creados. En este último caso, la desmedida pasión por el cochino dinero obnubila el entendimiento y los brujos y brujas de pacotilla sólo pueden predecir aquello para lo que les pagaron. Ese es el caso de Adriana Azzi y congéneres.

He visto muchos programas por TV en los cuales unos presuntos brujos hablan y aconsejan, leyendo textualmente los mismos artículos que he visto en Internet. Son tan chapuceros que ni siquiera cambian la redacción. Es parte de la fauna del mundo de los negocios, que medra sobre la ignorancia que mucha gente tiene acerca de sus propias potencialidades y hacen mucho dinero con eso, para poder llenar sus vacías vidas con mercancías costosas, pagarse operaciones estéticas y otras banalidades.

LOS BRUJOS QUE TODOS SOMOS

Hoy en día las informaciones están tan a la mano y la gente es tan inteligente, en un país sin analfabetismo, que cada persona tiene la capacidad para predecir el futuro inmediato en lo político. No se necesita ser un Nostradamus, que era un tuerto en país de ciegos. Al presenciar las pifias de los “brujos” desastrosos de la TV, la gente no larga la baba como en la edad media europea; eso se ve como diversión, como entretenimiento; en eso han devenido estos farsantes: en bufones.

Los brujos que todos somos podemos predecir, sin bolita mágica, que se acerca un tiempo difícil para el proceso revolucionario, en el cual deberemos derrotar a una ultraderecha resteada con el conflicto y financiada por el imperio yanqui. Y que, con los votos del pueblo, sólo Chávez puede ganar las elecciones. Más allá de las encuestas y de la publicidad, el Presidente está firmemente anclado en el corazón del pueblo venezolano. Los brujos que todos somos tampoco desconocemos que mucha gente del pueblo ha sufrido tanto bajo la opresión de la derecha dominante en el partido del gobierno, que su dolor ha sido aprovechado por la ultraderecha para vendarles los ojos y sembrarles odio a Chávez. Pero no hay que ser adivinos para saber que incluso esas maniobras de guerra psicológica tienen sus días contados.

LA GUERRA QUE NO QUEREMOS

El mundo se dirige a toda velocidad hacia una guerra mundial, pero eso no implica necesariamente que Venezuela tenga que participar en ella. El estratega más extraordinario del siglo XXI ha logrado que el imperio no nos invada, y ha frenado una y otra vez la labor de desestabilización que viene del Norte; pero eso no nos ha dado paz. Como decía Jesús, el profeta asesinado por la jerarquía eclesiástica de los judíos hace 2.000 años: “No puede estar en paz la hiena con el perro”, de modo que la burguesía, mientras respire, no puede permitir que el pueblo reciba beneficios económicos, sociales y culturales que ellos habían reservado sólo para ellos y sus familias. Ellos llenan la barriga y no quieren permitir que el pueblo también coma, tenga casa y trabajo. No hay que ser brujo para saberlo, está de anteojito.

De manera que las predicciones catastróficas de una “bruja” de otoño, que no es bruja ni nada, no son más que parte del “bluff” mediático que busca una confrontación porque saben que, por vías legales, jamás lograrán engañar ni manipular a suficiente gente del pueblo como para ganar unas elecciones; porque los burgueses son tan poquitos, que necesitan tener mucha gente confundida para pasar por demócratas e imponer sus paquetes neoliberales.

LA CAZA DE BRUJAS.

Brujo Julián Assange, que puso a los gringos a chillar y correr, brujos los activistas del movimiento hacker mundial, que ha tomado la vanguardia de la contra guerra mediática, y les meten el dedo en el ojo a los detentadores del poder. Brujos los de megaupload, Stallman, y cada carajito que, con diecisiete años, pone en jaque los sistemas de seguridad de poderosas corporaciones comerciales y militares.

Pero el más perseguido de todos los brujos es, en este momento, Julián Assange, quien merece que se le dé el salvoconducto para viajar a Ecuador, polo de la solidaridad internacional y de la defensa de los derechos humanos.

No permitamos que lo quemen vivo por permitirnos saber la verdad.

andrea.coa@gmail.com



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Andrea Coa


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