El enemigo interno aprovecha cualquier oportunidad para tratar de clavar sus colmillos de Hiena en las mentes y el corazón de los venezolanos. El desespero es mal consejero y al final mueres ensartado en la propia trampa que trataste de activarnos. Juan el bautista le dijo a Herodías que su matrimonio era ilegítimo y ella, herida de muerte moral jura venganza. Chávez desmanteló la perversa directiva lacaya de PDVSA y esos recursos fueron reconducidos para darnos la mayor suma de bienestar posible. La Hiena herida (Herodías) acciona sus instintos perversos y declara la guerra a todo el pueblo con el paro petrolero del 2002. La gentuza del petróleo le pregunta a su amo (USA) cuales son sus deseos para con el destino de nuestro presidente y éste le pide la cabeza del mismo. Intento fallido pues el pueblo tiene alta conciencia política y responde en la calle y en las refinerías. Se esparce un lema: “Con hambre y sin empleo, con Chávez me resteo”.
Ahí está toda la identificación del colectivo con el líder patriota. Hay conciencia y esa es la muralla contra la que se estrella el imperio y sus miserables cipayos. La oposición, cual Salomé, ebria de pasión lacaya, ejecuta la danza macabra con la explosión en Amuay para cumplir con los tenebrosos requerimientos de su amo del norte: Piden la cabeza del ministro Rafael Ramírez para después soñar con la crucifixión de PDVSA en el Gólgota del saqueo y así allanar “Un Camino” al derrocamiento de Chávez. Nuevamente los zamuros de la política comunicacional encabezados por los aquelarres de Globovisión son derrotados. No hay nada que hacer. Seguirán montados en los cables de alta tensión y en los árboles circundantes para tratar de comer carroña nuevamente. Aves de rapiña que no se resignan a sus muertes por inanición pues el país mayoritario tiene profunda conciencia del deber social. No podrán volver. Salomé danza y danza pero no puede complacer a su jefe y tutor, conocido como el terrorista N°1 del mundo: EE.UU.
