Cuando sobre tu piel hierve el sueño inconcluso de la patria que combustiona de nuevo con tu sudor de trabajo laborioso por refundarla; cuando en tu torrente sanguíneo se suma con fuerza el trepidar de un pueblo que te acelera la respiración; cuando tu corazón late insubordinado escuchando los gritos de rebeldía de los pueblos y de las épocas, ya no eres tú, eres…el eco de la historia, eres…la voz de los siglos…eres…esos ojos que se avivan haciendo, viviendo la acción transformadora.

Nos alegramos con tu anécdota que le da brillo a lo sencillo, a lo cotidiano, saboreamos qué es vivir, vivir viviendo para la vida.

Dice Mario Briceño Iragorry en Tapiz:

“Nunca alcanzará virtud creadora ni crecerá cuanto es debido en nuestro espíritu la noción de patria total, capaz de abarcar en su seno los destinos de mil diversos pueblos, si no profundiza su raigambre en la robusta individualidad de la Patria local, en el afecto inconmovible al pueblo, al barrio, a la calleja, a la casa, en fin, donde corrieron los tiempos sin igual de nuestra infancia”.

Ya corre de boca en boca y el mensaje tiene melodía, cuenta con sabor a música: ¡es que viene el fin de semana!…de ventana a ventana…de puerta a puerta…en la escuela…de cuartel a cuartel…en el parque…en el CDI…en la fábrica…en el Metro…en la universidades…lo comentan…las miradas brillan…las sonrisas florece…las franelas rojas salen al sol…las boinas avivan su color…es alguien de corazón que ocupa sitial en nuestro corazón que viene de regreso.

De seguir con los desnaturalizados hijos, la patria tendría un futuro inefable para el pueblo, pero cuan distinto es voltear la mirada hacia la historia, sentarse en su regazo de madre, hablar con ella y por ella, sentir sus brazos aún cálidos, la humedad de su llanto y saber que hay relevo germinal y garantizado que sequen tus lágrimas…es cuando hay esperanzas…!

Se silenciaron las armas y el Por Ahora se abrió paso al escenario de escarbar ideas y sumar voluntades, aún más voluntades…hoy pueblo y líder, vibran en un solo corazón y recorren en el presente los caminos de la historia…cada acción, cada paso es historia a favor de los desposeídos, los bienaventurados del mañana que es hoy.

Vivimos en él, en el líder, en su quehacer incendiario contrario sin piedad al “después” o a lo mal hecho, vivimos en sus triunfos y reveses del por ahora y del por siempre.

Ese afiche de Cristo en el cristal del vehículo que te lleva al aeropuerto y tu agitando tus manos no de adiós, sino del que vuelvo en días, es simbolismo de seres excepcionales en la tierra…es ser Cristo encarnado en otro cuerpo, tu ausencia de días nos parecen a todos y a todas que fue la ausencia de muchos meses, quizás años de ausencia…pero aquí está todo en orden y todo y toda patriota en su quehacer para que estés satisfecho y tranquilo por el deber cumplido y retribuirte lo que haces por cada uno de nosotros.

Has educado con lecciones de vida, de la vida y la vida la enalteceremos cuando la vida de todo el pueblo sea vida, vivible con la dignidad que legaron las glorias patrias para la posteridad.

Bienvenido Comandante a su patria! Un caluroso abrazo del pueblo. Venga Ud. con plenitud de salud y pletórico de orgullo al saber con toda la certeza que su pueblo lo ama…lo aclama! y cuando esos brazos sudorosos erguidos al sol le saluden, le están hablando manos negras, blancas, indígenas, manos de quinientos años, las manos de acá y las que vinieron para quedarse aquí haciendo patria también.

Me dice mi pequeña hija con su ternura de seda, que cuando lo vea de nuevo aquí en su patria descendiendo del avión grande llorará de emoción, la abrazo conmovido pienso en los Simoncitos, en las Escuelas Bolivarianas, en la Universidad Bolivariana y en su vida Bolivariana, interpreto el sentir de la mayoría que jura que no aceptará que desvíen las venas de petróleo patrio para el “norte brutal y revuelto”.

Cuando nos tomemos el tiempo en todos los espacios laborales para verlos descender del “avión grande” por las pantallas de los televisores, será inevitable y titánico contener las lágrimas y los aplausos.

Cuando quien tenga el privilegio de comandar la parada militar de honor, le rinda la bienvenida y le de parte de los y las integrantes de la misma a nombre del pueblo y de la Fuerza Armada Nacional, conmoverá cuando exprese a viva voz: Mi Comandante Patria Socialista. Viviremos y venceremos. Diremos valió la pena el 4 de Febrero y el 27 de Noviembre y ese largo camino de lucha recorrido y es y será estimulo para recorrer con fe y amor ese camino que está pendiente.

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