Caamaño y Ali

Música para los dos en estas horas. Con 12 años de diferencia entregaron sus vidas, en circunstancias diversas, dos latinoamericanos ejemplares. Uno murió ejecutado por órdenes del imperio norteamericano dadas al “gobernante” de turno en la hermosa y querida Quisqueya. El otro murió en un accidente de tránsito todavía no esclarecido.

Nuevamente la sangre de Abel se derramó, y en el tiempo la música, la más grande compañera de las causas nobles, ha regado el camino de gratitud y memoria.

Aparte de los textos, muchos aprendimos a hurgar en la gesta de Caamaño a partir de la obra de los trovadores y de músicos dominicanos. Wilfrido Vargas, por ejemplo, quien me contaba en Caracas, cómo había sido parte de esa historia y cómo había tenido que disfrazarse de mariachi para escapar a la represión de Balaguer. Fue por eso, me contaba, que tomó la trompeta. Wilfrido, fiel a su devoción por Caamaño nunca dejó de dedicarle un tema en sus discos. Busquen la discografía de Wilfrido con sus Beduinos o su orquesta. Se sorprenderán. Igual pasó con Ruby Pérez, quien en Santo Domingo, hablando de merengues, no dudó en afirmar que a música preservaba la memoria del más grande dominicano (junto a Juan Bosch) del siglo XX. Y allí están Sonia Silvestre, Víctor Víctor, el inolvidable Luís Díaz, Sergio Vargas, el Mayimbe Villalona, y muchos otros de la bachata Roja ( no rosa, ojo).

Hoy se cumplen 39 años de ese asesinato. El pueblo dominicano demanda solidaridad para con su real historia.

Fue amado por los dominicanos Alí Primera. En diferentes viajes a Quisqueya pude recoger los testimonios. Alí y Los Guaraguao hicieron una parte del camino de la conciencia de esos años en el Caribe y Centroamérica. Nuestra imprescindible Gloria Martín puede decirlo con orgullo, pues ella se echó a su delicado lomo esa causa, y esa historia. Pregúntenle. Todavía hay tiempo. Pero es corto, y hay que reescribir, amigos. Es urgente.

Alí, nuestro Padre Cantor murió 12 años después que Caamaño. Podemos imaginar su dolor, su rabia, su impotencia… su canto.

En estos tiempos de muchos valores invertidos, de robo de íconos, de suplantación de identidades, vale bien agarrar férreamente a Alí y a Caamaño de la mano. Es que ellos son brújula exacta de la conciencia del canto y de los hombres. Conviene tener siempre presente que Caamaño fue una víctima directa de la lucha anti imperalista y que Alí siempre estuvo en la mira.

Caamaño fue asesinado, ejecutado a las 5 y 47 minutos de la tarde de ese 16 de febrero de 1973. Alí Primera rindió tributo a la Patria (vocablo que a algunos no gusta) comenzando el 16 de febrero de 1985. Quien escribe lo anunció al país desde aquél micrófono madrugador del Club de los Trasnochados, en YVKE Mundial.

Los dos tenían clarísima la invasión ideológica. Sabían que por la ignorancia nos vencen más que por la fuerza, y sabían, como tendríamos que saberlo nosotros hoy, que la alienación llega a donde a lo mejor no llegan las armas formales. En su honor deberíamos estar más pendientes de nosotros mismos. No es difícil imaginar las respuestas de ambos si tuvieran que hablar de ciertos “homenajes” alienados, en sus memorias.

Flores y cantos para Caamaño y Alí. Flores frescas y cantos de verdad. Dos pueblos lo agradecerán.

lilrodriguez@cantv.net


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Lil Rodríguez

Periodista. Defensora de los valores culturales venezolanos y latinoamericanos.

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