Cuánto me duele, todo lo que has cambiado insigne historiadora Nora Bustamante

(ENSARTAOS.COM.VE) Te escribe un admirador de tu obra, querida Nora, que no sabe por qué desde que el Comandante Hugo Chávez llegó al poder, has venido ocultando cuanto investigaste sobre la vida de nuestro querido Presidente Isaías Medina Angarita.

Perdona que en este escrito te tutee, pero es que prácticamente hablo contigo todos los días. Me eres más familiar que el vecino, que muchos de primos o tíos.

¿Qué te hiciste Nora?

¿Cómo operarán esos cambios en los seres humanos que los voltean tan horriblemente que sienten pavor de lo alguna vez genuinamente sintieron por la patria.

Sería digno de un dedicado trabajo de investigación saber por qué has callado tanto Nora, digno incluso de análisis sicológicos y hasta un profundo estudio fenotípico.

Hacer un listado de todos los “notables” que han dado ese horrible vuelco desde la independencia, cambiando sus progenituras por el conocido plato de lentejas, sería algo extraordinariamente interesante.

En Venezuela ya estamos hasta asqueados de verlo todos los días, pero las torceduras más fenomenales y horribles que hemos observado en multitud de seres en este país, han sido las que se han dado desde que Chávez tomó el poder.

En esa lista podemos colocarte, Nora, al lado por ejemplo, de Antonio Pasquali, Manuel Caballero, Rafael Cadenas, entre los más notables.

Tu libro, Nora, “Isaías Medina Angarita. Aspectos Históricos de su Gobierno.”, Fondo Editorial Lola de Fuenmayor, Universidad Santa María, Caracas (Venezuela), 1985, es de los más consultados por mí.  Un libro que que todos los venezolanos deberían leer, que debería ser de obligatoria lectura en todas nuestras escuelas, liceos y universidades.

Pero ahora es un libro casi prohibido, y quizá hasta prohibido por ti misma, Nora Bustamante, quien perteneces a la Academia de la Historia y a la Sociedad de Historia de la Medicina.

Un día le dije a uno de mis hermanos que te quería conocer, pero poco a poco fui perdiendo interés, al darme cuenta de que ya no iba a hablar con la autora de ese libro sobre Medina sino con otra persona, que ya ha perdido todo aquel empuje y vigor con el que dio a luz tan profunda y humana obra.

Que esa Nora ya no existía.

Después que se escribe un libro como ese, se debe tener el mayor cuidado para no traicionar las palabras, los hondos sentimientos que lo produjeron. Y doña Nora traicionó no solo esa obra fundamental suya, sino también la memoria de Isaías Medina Angarita.

¿Cómo es posible que cuando se iba a celebrar el centenario del nacimiento del general Isaías Medina Angarita, el 6 de julio de 1997, en un acto realizado por el jefe del Estado, doctor Rafael Caldera, éste juramentó en el salón de los Espejos, a una comisión presidencial, que preparase esos actos en la que se encontraba Nora Bustamante?

En mi “Diccionarios de Farsantes venezolanos”, con todo el dolor de mi alma, tuve que incluir, con altos honores, a la señora Bustamante.

Cómo ella, iba a participar en ese estropicio de Comisión cuando sabía del papel horrible que desempeñó el señor Procurador General de la República (Caldera), en el gobierno golpista que derrocó a Medina.

Por compromisos oficiales se terminan matando a casi todos los intelectuales de este país.

Ante doña Nora, Caldera agradeció, con la hipocresía y cinismo que siempre le habían caracterizado, “en nombre del Gobierno y del pueblo de Venezuela”, a las distinguidas personalidades por haber aceptado el encargo honorario de integrar la comisión, que rendiría un homenaje “justiciero” al ex presidente, general Isaías Medina Angarita.

Tú antes no eras así Nora, que la historia hay que escribirla desde un nicho cristal en el que el autor nada tiene que ver con los hechos, ni siquiera les importa.

Todos sabemos que cuando tú te entregaste a la tarea de escribir ese imponente libro “Isaías Medina Angarita. Aspectos Históricos de su Gobierno”, el objetivo era realizar un acto de justicia, reivindicar la extraordinaria figura de uno de los Presidentes más valientes, más bondadosos, más nacionalistas y humanos que hemos tenido. A la vez que mostrar al mundo el papel criminal, de vende-patrias y de inmundos canalla sque fueron Rómulo Betancourt y Rómulo Gallegos apoyados en sus actos por la Embajada norteamericana, cuando lo derrocaron el 18 de octubre de 1945.

Viendo todos los acontecimientos de la Venezuela de hoy, tan similares a los que se vivieron en aquellos años aciagos que van de 1941 a 1945, yo presiento que tú Nora quisieras ahora no haber escrito ese libro.

Que si por ti fuera hoy lo desaparecerías de las referencias de tus obras.

En este instante, tristemente, tu papel Nora es exactamente el que en su momento realizaron contra República, aquellos monstruos que desde diarios como “El País” y “La Esfera” lanzaban los más incruentos y bajos inventos e insultos contra un hombre bueno y justo como Medina.

Cómo perdonarte tantas inconsecuencias Nora si tomamos en cuenta lo mucho que usted le debe a aquel comunista llamado Juan Bautista Fuenmayor, a quien también has tenido que traicionar.

En lo particular, te informo que acaba de salir a la calle un libro mío sobre la vida de Rómulo Betancourt, llamado “El Procónsul –Memorias de la degeneración de un país”, de unas mil páginas, en la que debo haber utilizado más de veinte citas de tu excelente obra. No le he solicitado su permiso, pero espero que por ello tampoco tú me vayas a demandar. No por los derechos de autor que te mereces y respeto profundamente, sino por los recuerdos que traigo a la memoria del pueblo.

Rápidamente voy a mostrar algunos hechos que tú recoges en esa, tu monumental obra.

1- El 13 de septiembre de 1941, AD organizó un mitin en el Nuevo Circo. Iban por todo lo alto y sin medias tintas. ¿Cómo obtuvieron los recursos para la propaganda por prensa y radio para conseguir movilizar a tanta gente? Los dos grandes oradores del acto serían Gallegos y Betancourt; el último cerraría la faena. La Embajada americana estudió con sumo cuidado cada una de las palabras expresadas por estos dos eminentes políticos e inmediatamente envió un informe al Departamento de Estado. El Encargado de Negocios, el señor Joseph A. Flack, escribió ese mismo 13 de septiembre: “Aunque Rómulo Gallegos, se refirió a la democracia en términos satisfactorios, no llegó a nombrar a los Estados Unidos y la única referencia a nuestro país fue hecha por Rómulo Betancourt […] quien obviamente carece de una apropiada apreciación de la situación actual, a pesar de no albergar ningún sentimiento anti-americano, desde el momento en que utilizó en su discurso ciertas frases del Presidente Roosevelt cuando quería lograr aplausos […] Se reporta en ciertos sectores que el partido AD está conformado por comunistas, pero la Embajada no comparte ese punto de vista, más bien el Embajador siente que, aunque ciertos comunistas puedan haberse infiltrado en la organización, la mayoría casi absoluta del mismo, ni siquiera está formada por liberales de izquierda, sino por personas que deberían calificarse más apropiada y simplemente como liberales.[1]

2- Con la Ley de Hidrocarburos se dio un paso muy significativo, que nunca se observó ni medianamente en todos los proyectos nacionalistas que los adecos pusieron en marcha en esta área, como fue la exigencia que se le hizo a las compañías americanas, holandesas y británicas para que de inmediato comenzasen a tomar las medidas para refinar nuestro petróleo en Venezuela. Esto provocó una enorme preocupación en el Departamento de Estado. Durante toda la dictadura de Gómez y de López Contreras, estas compañías habían mostrado una severa resistencia a la refinación en tierras venezolanas, siempre protestando que podía llegar al poder un gobierno que les confiscara toda la infraestructura que pudiesen instalar, y entonces quedarse el estado venezolano con la industria de este rubro en todas sus fases. Mister Linam comenzó a moverse y a prometer a los gerentes de las otras compañías (holandesas y británicas), que él iba a ser todos los esfuerzos necesarios para lograr un cambio en el gabinete de Medina. Fue entonces cuando Mr. Bonsal (director de la División Latinoamericana del Departamento de Estado) se molesto. Le perturbaban estas banderas de Medina sobre el refinamiento del petróleo en nuestro país, por lo que escribió: “los gobiernos de Estados Unidos y de Su Majestad debían hacer saber claramente al de Venezuela que en caso de que tratara de ir más allá del proyecto de la nueva Ley en su intento de obtener más concesiones de las petroleras, los dos Gobiernos encararían el asunto muy seriamente.[2]

¿Qué dijo usted doña Nora, sobre la reciente demanda que intentó la Exxon Móbil contra Venezuela que es la misma Standard Oil Company (que junto con Betancourt) derrocó a Medina?

3- Cuando el 6 de abril de 1945 se crea la embajada de Venezuela en la URSS, el canciller Caracciolo Parra Pérez le comunica a Medina que ha estado recibiendo presiones de Nelson Rockefeller, quien le ha comunicado la inquietud del Departamento de Estado por la conducta rusa. Que a Estados Unidos le preocupa sobremanera la reacción de los partidos comunistas tanto en el propio Estados Unidos como en los países latinoamericanos, porque dichos partidos obedecen ciegamente las órdenes y las consignas de Moscú[3].

Qué gran coincidencia entre esta apreciación de Rockefeller y la que desde hace varios años venía sosteniendo Rómulo Betancourt. 

Pero lo más contundente de todo es lo que agrega Parra Pérez: “Como usted y yo lo habíamos previsto, los norteamericanos comienzan a hablar ahora de comunismo como antes hablaban de nazismo y a invocar contra aquél la solidaridad continental y la defensa del hemisferio.[4]

El diario Heraldo fue quien recogió en su editorial, de la manera más certera, la posición digna y soberana de Venezuela ante el soberbio imperio norteamericano. Estas palabras debieron haber sido un golpe que sacó totalmente de quicio al falso palabrerío dizque nacionalista de Rómulo Betancourt: “Con Medina, Venezuela ha ido a los Estados Unidos a hombrearse con la Nación del Norte, no a mover la cola del perrillo miedoso, sin petulancia, eso sí, porque hubiera sido peor que la lisonja; pero con la cabeza levantada para sonreír cordialmente y tender la mano en forma viril…[5]

4- El monopolio descarado de Acción Democrática, como único partido, luchando hombro a hombro con los militares, fue decidido en los salones de Miraflores. Muchos oficiales habían protestado a Pérez Jiménez por la forma en que se había autodesignado los miembros de la Junta Revolucionaria de Gobierno el 19 de octubre. 

Una vez montado en la Silla, una comisión del PCV se dirige al Ministerio de Guerra, para conciliar una salida digna para mucha gente que ha apoyado a Medina. (Han intentado comunicarse con Rómulo, pero éste en su Silla no quiere nada con sus antiguos camaradas). En el Ministerio de Guerra les atiende el capitán Mario R. Vargas a quien estos ilusos le dicen que encontraran dificultades por parte del gobierno gringo para obtener el reconocimiento diplomático; el oficial les dice de plano: “Antes de dar el Golpe nosotros habíamos consultado con la Embajada de los Estados Unidos, y no procedimos hasta haber recibido la aprobación.”[6]

No sólo eso, casi a la semana de haberse dado el golpe, Betancourt le dice a Mr. Dawson, Consejero de la Embajada Americana en Caracas: “No le preguntaré nada acerca del reconocimiento. Sabemos que lo obtendremos en uno o dos días, y estamos muy agradecidos por su actitud tan comprensiva.[7]” A lo que añade la historiadora Nora Bustamante: “Muy seguro debía estar este señor Betancourt de lo que afirmaba, porque sus cálculos fueron exactos: el nuevo gobierno venezolano fue reconocido al día siguiente de estas declaraciones, según consta en un Memorándum que relata la conversación sostenida entre el Dr. Eduardo A. Bacelar Machado. Segundo Secretario de la Embajada de Portugal en los Estados Unidos y Bainbridge C. Davis, del Departamento de Estado.[8]

Para Corrigan nunca había la visto conformación de un gobierno que se adaptase mejor al protocolo y a los altos valores que Washington siempre ha querido cultivar y tener para con sus leales amigos y colaboradores: “En primer lugar todos los funcionarios más importantes del nuevo gobierno son intelectuales o profesionales. El Presidente de la Junta es periodista y economista […] el ministro de Relaciones Exteriores, Morales, el de Fomento, Pérez Alfonzo; el del Trabajo, Leoni y el Gobernador del Distrito Federal, Barrios, son abogados. Los doctores Morales, García Arocha y D’Ascoli son catedráticos en la Universidad Central de Venezuela. Esta formación intelectual de los nuevos gobernantes venezolanos hace interesante contraste con los antecedentes políticos rudimentarios y militares de regímenes anteriores. En segundo lugar, por lo menos cinco miembros del gabinete, realizaron parte de sus estudios o entrenamientos en los Estados Unidos […] Además los hijos del Dr. Pérez Alfonzo estudian en nuestro país.[9]

Cómo no agradecerte tan insigne y glorioso trabajo. Te amo a pesar de todo.



[1] Nora Bustamante, Isaías Medina Angarita. Aspectos Históricos de su Gobierno. Fondo Editorial Lola de Fuenmayor, Universidad Santa María, Caracas (Venezuela), 1985, págs. 64-65.

[2] Citado en la revista “Bohemia” edición 1282 del 27 de marzo de 1988, Caracas (Venezuela), artículo de Nora Bustamante titulado Isaías Medina Angarita. Aspectos Históricos de su Gobierno.

[3] Cuando Acción Democrática reciba órdenes ciegamente de Washington, todo será maravilloso y para el bien de la humanidad. No importan los miles de hombres torturados o desaparecidos por esa política represiva, y que desintegraba la unidad continental de América. Si se recibía de la Casa Blanca debía ser buena, progresista, civilizada.

[4] Nora Bustamante, Isaías Medina Angarita. Aspectos Históricos de su Gobierno. Revista “Bohemia” edición 1283 del 27 de marzo de 1988.

[5] Ibidem.

[6] Juan Bautista Fuenmayor: Veinte años de política. Editorial Mediterráneo, Madrid (España) 1968, pág. 304.

[7] The Nacional Archives, Washington. No. 831.00/10-2945. Citado en Nora Bustamante (1985), op. cit., pág. 535.

[8] Nora Bustamante (1985), op. cit., pág. 535.

[9] Ibidem, págs. 545-546.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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