Domingo Alberto Rangel o el Estado atrapa a quienes creen controlarlo. Esperando las tablas salariales

Yo suelo creer en la buena fe de la gente, sobre todo cuando por largo tiempo les conozco y veo actuar. Y. por esa buena fe, sé se forjan ilusiones, como creer que, sólo basta que al control del aparato del Estado accedan gente como ellos, para a este cambiarle rumbo y actitud. Pero eso no resulta cierto, por lo que se suele decir, "una cosa es cuando están fuera del poder y otra adentro". Y es que "el poder", el Estado, los captura, muele y transforma. Por ejemplo, estamos a la espera de las tablas salariales, que sé muchos de quienes gobiernan, empezando por el presidente, desearían fueran las mejores, pero como antes, no extraño salgan con unos cálculos que las harán lo más bajo posible. ¿Para qué? Para no presionar en el sector privado y no generarle a quienes el poder político, pues se les ve manejando al Estado, malestares y más preocupaciones. La clase dominante tiende a tener mayor influencia en el Estado, por su poder económico, el cuadro general, nacional e internacional, que los trabajadores, sobre todo cuando a estos se les suministra somníferos.

En mucho, tengo razones para considerarme un alumno de Domingo Alberto Rangel (DAR). Dije un alumno, compañero y hasta admirador, sólo eso.

Leerlo fue para mí un ejercicio por demás placentero. A finales del año 1958, después de haber leído centenares de sus artículos, donde abordaba la coyuntura de entonces, interpretaciones que compartíamos la determinante mayoría de los jóvenes de AD, leí por primera vez un largo trabajo suyo, este sobre la "Revolución Boliviana de 1952". DAR, como exiliado político en Bolivia, tuvo la oportunidad de presenciar de cerca aquellos acontecimientos.

El prestigio de DAR era tan contundente en 1958-59, que quien esto escribe, tomó un folleto suyo publicado por la juventud de AD del Distrito Federal, cuyo máximo líder era Moisés Moleiro, sobre aquel proceso boliviano, lo llevé a Cumaná, siendo el Secretario Juvenil Seccional (AD en el Estado Sucre siempre estuvo dividida en dos seccionales, Cumaná y Carúpano), lo hice editar por la imprenta "El Renacimiento", de Juan José Acuña, en un número de 600 ejemplares y lo vendimos en un santiamén. Nosotros mismos quedamos asombrados de aquel prodigio, hasta por el valor mismo que le pusimos a cada ejemplar.

Y estando ya en el MIR, en la misma Cumaná, en lo que solíamos llamar los de Santa Inés, "la cabeza del puente" Guzmán Blanco, vendíamos el semanario "Izquierda", que nos llegaba el viernes, ya muy avanzada la tarde, entre sábado y domingo, por el atractivo que significaba el artículo que allí aparecía de DAR.

En las tardes de sesiones de la cámara de diputados del entonces Congreso Nacional, el llamado "gallinero" o gradas, se apretujaba, cuando se sabía hablaría el líder primero adeco y luego del MIR, a quien llamaban "el jurunga muertos", el jefe de los "cabeza calientes".

DAR fue un excelente orador y tanto buen analista político, económico, como escritor. En sus trabajos, el manejo del lenguaje y de las figuras literarias tienen valor primordial. Leerlo no sólo permitía tener acceso a un análisis político y económico de gran valor y pertinencia, sino también a algo escrito con arte, gracia y dominio del lenguaje. "Domingo", como simplemente le decíamos sus admiradores y compañeros, pudo haber sido un excelente novelista. Hay trabajos suyos, como por ejemplo aquel "Los andinos al poder", que hablan de esa enorme capacidad suya para la narrativa, de lo que solía dar por demás muestras cuando hacía de orador. Nunca olvido una frase suya escrita en ese libro en el cual dijo, palabras más o menos, "fue necesario que la urna con el cadáver de Gómez saliese a la calle, para que la gente se convenciese que había muerto y no era eterno".

Pues Gómez había durado tanto en el poder que la gente creyó viviría y gobernaría para siempre y no le convencían las noticias que corrían de oreja a oreja, pese el mensaje recibido fuese de alguien bien conectado con el gobierno. Y eso Domingo lo dijo con arte y gracia.

En los comienzos de la lucha clandestina, primeros tiempos del gobierno de Betancourt , cuando en el MIR, nuestro recién nacido partido, debatíamos entre la lucha armada y lo que Domingo llamaba la lucha de masas, lo que implicaba hacer uso del más mínimo recurso legal, no abandonar las calles ni espacio alguno donde convivía la gente y entregarse al combate por los problema reales de esta, circuló un periódico llamado "·El Venezolano", hablo de los años 61-62 del siglo pasado, en el cual aparecía un columnista bajo el seudónimo de el "bachiller Raimundo González", en quien por la gracia, habilidad y arte en el manejo del lenguaje y la narrativa, recursos usados para abordar la cotidianidad política, desde el principio supimos era Domingo. Y ese sólo hecho hizo de aquel periódico de una elevadísima demanda de parte de los lectores.

Pasado un tiempo DAR asumió la abstención, como quien asume el credo y todos los rezos de una iglesia. Digo esto con la plena convicción que llegué a creer que se mostró dogmático y por demás inflexible. He pasado años preguntándome y preguntándole a muchos, sin obtener respuesta, salvo el silencio, ¿qué quería Domingo con eso de la abstención a todo trance?

Tengo entendido, por alguna lectura hecha por allí de manera fugaz, que DAR, quien apoyó a Chávez y hasta con él compartió opiniones mientras éste estuvo detenido en Yare, fue hasta alguno de sus consejeros, rompió con el alzado contra el "orden" el 4 de febrero y del "por ahora", desde el mismo momento que éste optó por la salida electoral. Pues, como se suele decir, el hijo de Tovar, Estado Mérida, se mantuvo firme en el abstencionismo, hasta el día de su muerte.

Y como dije antes, siempre me he interrogado, ¿qué quería Domingo? Pues después de aquellos agitados días del año 1960, cuando con indudable sensatez y certeza se manifestó contrario a la lucha armada y en favor que las organizaciones "revolucionarias" se incorporasen a las luchas de las masas urbanas por sus derechos y reivindicaciones, DAR se aferró al abstencionismo, por sí sólo, como si fuese aquella la figura de un santo y no planteó ninguna alternativa, por lo menos que yo sepa.

He leído por allí unas opiniones según las cuales DAR se volvió anarquista y hasta se hace mención de unas palabras suyas en relación con eso. Me parece una explicación muy simplista y acomodaticia, dada la enorme cultura y racionalidad que abundaban en él.

No cabe duda que DAR, quien fue abogado, egresado de la UCV y por su propia iniciativa, inteligencia, capacidad y deseo insaciable por saber, llegó a tener amplios y profundos conocimientos sobre economía. Tanto que poco hablaba de temas de derecho; más bien se mostraba, como escritor, muy ligado a la buena narrativa, pero sobre todo, fue demasiado buen "aficionado" y por demás autorizado conocedor de los temas relacionados con la teoría económica. Tanto que, en los niveles de postgrado de esta ciencia, ejerció como profesor en la UCV. Hasta en el MIR mismo, era de las primeras voces del equipo o fracción de economistas, donde había mucha gente de alto valor y conocimientos.

A esta altura de mi vida, a fuerza de tanto interrogarme al respecto, haber visto los acontecimientos desde distintos ángulos, creo haber arribado a una conclusión o por lo menos a darme una explicación acerca del enigma que para mí significó Domingo Alberto Rangel, a quien tanto admiré.

Creo que DAR supo que el tránsito del capitalismo al socialismo, sobre todo en las sociedades o naciones de la periferia, estaba vedado. Tanto como lo está todavía en aquellos espacios donde se ha llegado a un alto desarrollo de las fuerzas productivas. Cuando el capitalismo ha dado muestras de mucha capacidad de mutación para seguir viviendo y, en esencia para trasplantarse en naciones como China y Vietnam.

DAR supo bien, antes que muchos, el significado de Cuba. Este mismo que ha intentado reproducir el gobierno de Venezuela; cuyos representantes parecieran creer que para cambiar de un modelo a otro, sólo basta declararse enemigo de quien expresa la contradicción fundamental y ponerse el nombre. O como antes dijo, en otra época y otras circunstancias, Vladimir Acosta, llamar a "morrocoy chiguire" o montar una arepera del Estado y llamarle pomposamente, "Arepera Socialista". Por cierto, todas ellas quebraron.

He optado por creer, DAR dio por un hecho, que "por ahora", todo grupo de izquierda que llegase al gobierno con la generosa intención de "hacer el socialismo", particularmente en América Latina, sólo tenía tres opciones. La primera, ser tumbado ese gobierno por decisión del de EEUU y el capital de allá y de acá.

En estos momentos, en Colombia, donde las encuestas y recientes elecciones legislativas sugieren que Gustavo Petro, nada extremista ni que ver con aquel joven del frente guerrillero, pudiera ganar las elecciones presidenciales, Álvaro Uribe, jefe de la ultraderecha y de los buenos contactos con EEUU y las Fuerzas Armadas Colombianas, según se dice, está incitando a un golpe de Estado.

La segunda, "cogerlo de guayaqueta", como decíamos en Cumana. Tomarle de mamadera de gallo y acosarla o hacerle bullying, como dicen ahora, tal como intentan hacerlo o están haciendo con Pedro Castillo.

Y la tercera, hacer de ese gobierno uno de cualquier naturaleza que no pasase de las buenas intenciones y hasta declaraciones y terminase, de una manera u otra, controlado por las clases dominantes de la economía, bien de aquellas procedentes del exterior, sus aliadas a lo interno o las que naciesen "como de la nada", dentro de la misma gente que se planteó la idea de cambiar la sociedad. Por eso se habla de una burguesía revolucionaria, una que no pasa de repetir el modelo de las clases que no eran eso. Y aún más, en un instante del camino, ambas se encontraron, identificaron, fundieron como hermanas. Mientras que al frente del Estado se mantienen aquellos apóstoles que creyeron abierto el camino.

Y hasta acorralarle, bloquearle, para que termine siendo no un gobierno capitalista más, sólo que manejado por gente llena de buenas intenciones, sino de peores resultados. Aunque el discurso diga otra cosa. Como lo que ellos, el grupo gobernante, desearían.

Y DAR, eso creo ahora, no quiso jugar ese triste papel. Había visto mucha, quizás demasiada agua, correr bajo los puentes. Prefirió mantenerse fuera de todo eso y como persistente crítico del modelo. En esos casos los cumaneses solíamos decir, "no te metas para que no aparezcas."

Este tema me ha obsesionado porque sé a DAR demasiado talentoso y estudioso para pasar como lo que en veces, hasta yo mismo he creído, un simple diletante y enfurecido arrogante.

Pareciera que es mejor mantenerse afuera, luchando por el cambio, aunque sea por pequeñas cosas que abren espacio y no atragantarse con la idea que puedo cambiar el mundo ahora; sólo basta llegar al poder, para terminar capturado por las redes del enemigo y lo que es peor, ponerme al servicio suyo.

Las tablas salariales que estamos esperando, dirán con claridad, hasta dónde, quienes gobiernan, dominan al Estado o están atrapados por este.

Es preferible ser cabeza de ratón y no cola de león.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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