Industrias Diana: Un Caso Patético

La decisión soberbia, antiética y antichavista del ministro Félix Osorio de destituir la directiva de Industrias Diana e imponer una nueva, con Gerente General nuevo, sin consultar a los trabajadores que recuperaron esa empresa es un caso patético que evidencia el desconocimiento de los principios fundamentales establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en el Plan de la Patria, y constituye una bofetada al legado del Comandante Hugo Chávez ¡Qué patético regalo de cumpleaños!

Es soberbia y propia de un burócrata engreído la decisión del ministro porque no toma en cuenta para nada la opinión de los trabajadores de Industria Diana. Simplemente, de un manotazo, desde su despacho en Caracas, el ministro decide destituir y nombrar nuevos funcionarios directivos para la empresa, poniendo en evidencia que, para él, los trabajadores son cuadros pintados en la pared, ceros a la izquierda, o una cuerda de imbéciles que “se dejaron manipular por el gerente destituido”. ¡Poder popular al carajo, aquí quien manda y decide soy yo!

Es anti ética porque el despacho del ministro acusa de corrupto al gerente destituido valiéndose de un escrito publicado en esta misma página, según tweet “@MinppalOficial://www.aporrea.org/contraloria/n230256.html… aquí tienen este documento que les da información sobre la corrupción de Industrias Diana”. Es decir, María Souto, autora del escrito-denuncia, es la autoridad jurisdiccional que establece los delitos de corrupción que sirven de fundamento al ministerio para hacer una acusación tan grave contra el funcionario destituido.

Es antichavista porque es un claro atentado al legado del comandante eterno, quien siempre manifestó su apoyo a los trabajadores y al poder popular, y manifestó  claramente que confiaba más en las opiniones e intuiciones del pueblo, de los trabajadores, antes que en las de los sabios o de burócratas chupamedias.

Ningún ministro, ningún funcionario del gobierno, por muy alto que sea su rango, puede asumirse o erigirse como el “dueño” de las empresas del Estado, máxime si éstas han sido rescatadas por los trabajadores, y mucho menos actuar como cualquier burgués que humilla, despide, bota, cambia gerentes como le da la gana.

Rectificar es de sabios, persistir en el error es propio de gente estúpida, soberbia e irresponsable.

Solidaridad activa con los trabajadores de Industrias Diana, no es hora de dejarse confundir, entre un ministro y el pueblo trabajador, hay que tomar partido con los trabajadores.

 

ramiromen@gmail.com



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