Carta Pública y Llamado de Urgencia

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Por el Debate y Aplicación de una Agenda de Medidas Revolucionarias

Desde esta iniciativa que impulsa el Encuentro Nacional del Pueblo Bolivariano en Lucha, desde la disposición de cambio que se hizo evidente el 27 de febrero de 1989 y que abrió una  situación de confrontación revolucionaria en el país contra las recetas neoliberales impuestas por el FMI y el Banco Mundial.  Desde ese acumulado de lucha cualificado por el compañero Chávez y que llenó de victorias junto al Pueblo Bolivariano nuestra geografía nacional… desde esa historia reciente, nos dirigimos a      todos los hombres y mujeres que hacen funciones de gobierno, a todos sin exclusión: al obrero, el empleado, personal técnico y profesional, a los funcionarios de alto nivel en la Administración Publica Nacional, Regional y Municipal y de todas las empresas publicas estratégicas y aquellas que conforman el aparato productivo en manos del Estado, al Presidente Nicolás Maduro y a todos los Ministros que conforman el gabinete del gobierno, a los miembros del  Consejo de Estado, gobernadores, alcaldes, diputados nacionales y regionales, concejales, a los miembros de los demás poderes públicos nacionales, a nuestros hermanos militares de la FANB y que luchan contra la alienante ideología represora que inculcó la clase capitalista para detener el avance liberador del pueblo trabajador, a  todos nuestros hermanos de clase sometidos a la  explotación e ideologización de la sagrada empresa  privada. 

Nos dirigimos a ustedes, para expresarles nuestra preocupación por el destino de nuestro proceso bolivariano, hoy sometido a las presiones de la lógica del capital nacional e internacional, pero asegurado en su defensa por esa otra parte de la bisagra que constituye el Pueblo Bolivariano civil y uniformado comprometido con el legado de Chávez y con la suficiente fortaleza y disposición para avanzar y hacer irreversible el Proceso Revolucionario Bolivariano.

Sabemos que estamos en una situación difícil que objetivamente se expresó el 14-A, pero como nos enseñó  el  liderazgo  de  nuestro  compañero  Chávez  para  estos  casos:  recurrir  y  apoyarse  en  la confianza que da el pueblo venezolano, crecerse en las dificultades y pasar a lo ofensiva.  Él intuía o, seguramente, estaba consciente de lo que estaba  sucediendo y en  sus palabras pronunciadas en el Primer Consejo del Nuevo Ciclo de la Revolución Bolivariana nos dejó corto a todos.  Fue su crítica más aguda, descarnada y salida del alma para dejar un eje orientador: Golpe de Timón.  En esta tarea, todos los que estamos en el gobierno, desde el obrero hasta el Presidente Maduro, junto a la demostrada confianza que transmite la voluntad de cambio del Pueblo Bolivariano, tenemos el reto de cumplirle consecuentemente al hijo y al liderazgo más destacado que a parido nuestra Patria después del Libertador Simón Bolívar.

Para ello hace falta una señal de los hombres y mujeres que cumplen roles de direccionalidad política en el proceso bolivariano, dirigida a activar el espíritu revolucionario y  constituyente de nuestro pueblo.   Una señal sustentada en lo más avanzado del Plan Patria y en las orientaciones dejadas por el Presidente Chávez en el Golpe de Timón y que necesariamente tiene que ser acompañada de una Agenda de Medidas Revolucionarias que garanticen la irreversibilidad del proceso.  Medidas que ya están surgiendo de un debate constituyente y generalizado en una parte importante del Pueblo Bolivariano, pero que hace falta ordenarlas desde el gobierno: priorizando por los sectores de producción, servicios y económicos más  importantes, de donde surjan los embriones constituyentes que den paso a una nueva institucionalidad revolucionaria construida sobre los cimientos del Trabajo, desde sus hacedores y donde comience  el desmontaje consciente de un estado capitalista, distorsionado y subsidiado por la renta petrolera.

Los llamamos desde la urgencia de un pueblo que ha sido protagonista y actor principalísimo de este proceso revolucionario, pero que no justifica sacrificio alguno con un barril de petróleo por encima de los 100 dólares.  Todos somos Chávez y esto implica una conducción política que acierte o se equivoque promoviendo el ejercicio de gobernabilidad revolucionaria desde abajo: con el Pueblo Bolivariano haciendo política transformadora para demoler lo constituido bajo la lógica del Capital.

VerSalióGolpe de Timón N°1

unidadpoliticadelpueblo@gmail.com

 


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