1 de Mayo, ¿trabajar para quien?

Patrón, jefe, dueño o cualquier palabra semejante a alguna de estas tres, ya caracteriza el trabajo como una forma de servilismo, de venta, cambio de nuestras fuerzas o capacidades, por dinero. Es el valor con que se paga la capacidad de desequilibrar esta naturaleza que tiene nuestra especie, dinero, dinero por nuestras horas de trabajo para salir a pagar o a comprar, para sobrevivir en una selva de salvaje consumismo. Dinero como la palabra mágica que todo lo puede, que todo lo paga, que abre las puertas y cumple los sueños, dinero que ensucia con ruindad las conciencias que se venden y que llenan de egoísmo las vidas de los seres humanos. Mientras alguien nos pague ¿seremos libres?

Hablar de una sociedad sin valores de cambio parecería en verdad una locura producto de una mente desquiciada. ¿Se podrá eliminar el dinero? ¿Quién podrá detener las imprentas donde incesantemente se imprimen miles de millones de dólares? ¿Todos nacemos con un precio? ¿Todos esclavos ante el gran amo billete?

Hoy salimos los trabajadores del mundo a marchar por nuestros derechos.

Hay que entender muy bien que es lo que nos hace libres, entonces. No es que el amo, o jefe, o patrón, sea más condescendiente y nos pague más de lo que siempre nos paga, eso no es libertad. Libertad es que se acabe la propiedad privada, es que el amo, o jefe, o patrón, deje de ser el amo o dueño o capitalista que por dueño de la maquinaria, o tierra, o industria cualquiera, por dueño de las casas por dueño del dinero, en fin, nos explota y compra, o alquila. Hay que entender muy bien que es lo que nos hace libres: que seamos nosotros dueños de nosotros mismos, de nuestra fuerza de trabajo, de las herramientas con las que trabajamos, de la materia prima que transformamos y del valor que genera nuestro esfuerzo, en fin que nada ni nadie se enriquezca con el sudor de nuestra frente. Eso es la libertad, eso es lo que debemos pelear en un mundo tan atiborrado de conflictos entre amos y esclavos. Somos libres cuando somos dueños de nuestra capacidad de generar valor en las cosas que hacemos y de impedir que alguien se enriquezca al robárnoslo.

Socialismo es el paso hacia una nueva sociedad que excluye la propiedad privada cambiándola por la propiedad de todas y todos, la propiedad social de los medios de producción y la repartición justa y equitativa de las ganancias que produce la fuerza de trabajo. Socialismo es pensar en todos antes que pensar de forma perversa y egoísta solo en nuestra fortuna. Socialismo es pensar por todos y todas en este día de lucha y saber que el poder popular, el poder de la unión de todas y todos los que somos trabajadores en este planeta, tenemos el poder indetenible de transformar esta sociedad si así lo decidimos. La huelga del 29 dio el ejemplo que debe asumirse y repetirse.

Este mundo vive al borde de la crisis de esta sociedad basado en la explotación. Vive en el borde de crueles guerras y poderes políticos que se disputan el destino de todas y todos. En este mundo debemos asumir nuestra capacidad de detener su marcha tan solo con no ir a trabajar. Es el gran poder que tenemos. Los patrones, jefes, amos o como quieran llamarse, dependen de nuestra sumisión a su dinero sucio con el que quincena a quincena nos compran, así que debemos entender quienes son, entonces los verdaderos dueños de lo que produce el trabajo.

La Gran Huelga Mundial marcará la hora en que cambie esta historia, es lo que escribimos hoy en las calles del planeta.


brachoraul@gmail.com


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Raúl Bracho


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