Cotidianidad desde la Revolución

El hacer en el día a día, desde un proceso que se plantea ir al socialismo, es muy complejo. Esta complejidad es realmente intrincada, cuando se trata de una nueva cultura. El hacer desde novedosos pensamientos, en la nueva subjetividad de todo lo humano, especialmente para las nuevas generaciones, donde la historia de lo cotidiano es muy corta, nos debe hacer ver la realidad con nuevos lentes, especialmente para hombres y mujeres que desde temprana edad hemos vivido para hacer este sueño de una sociedad en el Buen Vivir.

La juventud del hoy, tiene parámetros totalmente diferentes a la gente madura, que tuvo estos sueños e inclusive se quedó en el camino peleando por los mismos. Todo esto, también nos impacta en  nuestros valores del ahora. Buscando, aprender de esta conmoción de los maduros, es que intento meterme con mi subjetividad, en esta reflexión. Generación juvenil, desde más de 26 años de compartir con ella, en una cátedra de Historia Contemporánea, estudiantes a los cuales llegue a llamar irónicamte “arruchaditos mami” y ahora pudiera agregar Blackberry, no la tiene nada fácil para comprender los cambios fundamentales que necesita la humanidad para vivir en bienestar. Particularmente los que han existido desde familias de las franjas medias, arropados, por el síndrome existencial: Darles lo que no teníamos en nuestra juventud (autos, dinero, fiestas, vacaciones, celulares de última generación, entre otros). Y en el hoy, tenemos como tendencia una juventud de placeres y objetivos inmediatistas. Particulares, para ellos solitos.    

 La existencia, en una sociedad petrolera, de miles de jóvenes que viven sin una posibilidad real de incluirse en una sociedad académica y/o laboral, es una problemática lejana e indiferente para muchos de ellos. A lo mejor, juzgó duramente a esta franja de juventud de las capas medias, inclusive la que se autoproclama socialista. En el aprendizaje cristiano y guevarista de amar a nuestro prójimo. Desde el sentido también martiano que: Con los pobres quiero mi suerte echar. 

Al evocar la frase de Marx : “Las condiciones materiales determinan la conciencia”, no es un llamado a radicalizar una persecución material salarial, a estos hijos de los sectores medios de la sociedad venezolana. Pero sí, hacer un llamado de atención e interrogante, sobre la necesidad perentoria de asumir esa problemática. Y probablemente,  la discusión de los conceptos para este Socialismo del Siglo XXI, donde, a mi modo de ver, conceptualizaciones ante la producción, como lo del control obrero de la misma, no se adecua a la subjetividad de miles muchachos y muchachos, que no entienden que los concebidos como trabajadores de braga azul, van a ser quienes los dirijan, cuando ellos, desde nuestras universidades, han venido adquiriendo una formación que suponen es lo máximo para el desarrollo de la nación. Diríamos que ni lo uno, ni lo otro. Intentando usar lo dialéctico y lo de Simón Rodríguez, cuando pensamos que una de las debilidades de la formación científico tecnológica para incidir en la productividad, viene dada porque está a espaldas de lo laboral en su forma más cotidiana. Igual, nuestros estudiantes, siguen apiñados en las aulas, viendo el mundo fabril como lejano y a concurrir sólo al finalizar sus carreras. Cuando mucho pasaran allí breve tiempo de pasantías.

La educación en medicina integral comunitaria (MIC), ha dado a la formación universitaria un gran giro, por lo inusitado, en una sociedad clasista como sigue siendo la nuestra, cuando esta juventud médica, seguramente va a dotar al país, de unas generaciones de galenos, hombres y mujeres, con un concepto de servicio y de humanidad, que se había perdido en esta patria. Todavía no se ha resaltado la importancia de educar desde el mismo sitio donde se va a ejercer los oficios respectivos. En los servicios de salud, el concepto de lo mercantil, ha venido colonizando una gran parte de los universitarios egresados para los mismos. Y temo que esta hegemonización del conocimiento para lucrarse ha colonizado la mayoría de la conciencia de nuestra juventud, como pasa en casi todo el planeta. 

Estas ideas, se han venido activando desde una reunión para ver una presentación de una Escuela de Cuadros. Allí hace pocas semanas, ante la temática discutida, un conjunto de representantes sindicales de la empresa FADELCA. Fábrica de electrodomésticos tomada hace 8 meses, por los trabajadores, luego que el empresario decidiera cerrarla. Inclusive con un video realizado por ellos mismos, presentando el conflicto. Solamente unos cuantos maduros como Manuel Vadell, Israel Sotillo y mi persona, atendimos y estamos activando para apoyar en el empuje y victoria de estos representantes del proletariado nacional. Sin querer hacer apología de nosotros, me aterra que cuadros juveniles con cargos gubernamentales, entiendo, no les pareció relevante este problema laboral. De allí mi insistencia de hacer una gran discusión ideológica sobre el proletariado y su participación dirigente y actuante en la construcción de esta patria. Donde estas franjas de juventud, crecidas al calor del éxito electoral, no demuestran suficiente vocación y amor ante las dificultades de los trabajadores de Venezuela y el mundo. Sin afán de culpabilizar a nadie y menos a la generación dirigente de relevo, insistiendo que solamente nuestro compromiso y la crítica constructiva en la acción nos hará libres. Con el optimismo de la voluntad  VENCEREMOS.



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