Un premio a futuro

El otorgamiento del premio Nobel de la Paz al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, es causa de variadas controversias a escala mundial. No conozco bien los procedimientos de adjudicación de la prestigiosa mención, pero sé que no se entrega a la ligera, así como quien reparte un Guacaipuro de Oro, galardón farandulero que ignoro si todavía existe.

Mi candidata, desde luego, era y seguirá siendo Piedad Córdoba, la senadora colombiana que tanto ha hecho por mediar entre el Gobierno y los guerrilleros de su país, logrando la liberación de prisioneros que tenían pocas esperanzas de vida. Por supuesto, dicho premio en manos de una activista como la mencionada parlamentaria se habría interpretado de muchas formas, casi todas poco halagüeñas para el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, lo cual dificultaba las cosas.

En cuanto a Obama, el clamor señala que resulta prematuro adjudicarle ese premio, pues no ha hecho nada para merecerlo como no sea haber sacado a los republicanos de la Casa Blanca, lo cual es importante, mas no lo suficiente.

Tras reflexionar concienzudamente sobre el asunto, arribo a la conclusión de que el Nobel de Obama no es un premio por favores recibidos, sino para orientarlo por la vía correcta, que se verá obligado a transitar en los próximos años. Se trata de una sutil maniobra psicológica de los otorgantes, quienes intentan sacar al Presidente estadounidense del nido de halcones en que está metido.

Así pues, en lo sucesivo le resultará más difícil mantener en uso la cárcel militar de Guantánamo (que prometió cerrar) y permitir que la sigan empleando como centro de torturas.

En Honduras tendrá que decidir si se sigue haciendo el loco ante la dictadura de Micheletti, sostenida por la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa y desde la base militar de Palmerola.

En Colombia debería desmantelar las siete bases gringas que les brindan apoyo a los narcoparamilitares y vigilan para que el tráfico de estupefacientes fluya sin inconvenientes.

Tal vez el premio Nobel de la Paz lo obligue a ponerse duro frente al conglomerado industrial militar que tiene el poder real en su país.

Con eso lo merecería sobradamente.


augusther@cantv.net


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Augusto Hernández


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