El eje Uribe McCain-Sarkozy

El diablo los cría y ellos se juntan, para desgracia del mundo entero. El reciente "rescate" de Ingrid Betancourt y de otros 14 rehenes en poder de las Farc, son una prueba fehaciente de hasta dónde opera el cinismo y el afán de gloria, justamente cuando las cosas se estaban poniendo difíciles para los perros de la guerra.

Uribe llegó a julio absolutamente deslegitimado por el Tribunal Supremo de su país, que mantiene en la cárcel a decenas de sus parlamentarios, acusados de amparar el tenebroso paramilitarismo que opera en Colombia. El propio Presidente neogranadino ha sido señalado reiteradas veces de mantener profundos lazos con el narcotráfico.

McCain, por su parte, arribó a Bogotá a principios de mes, como parte de su campaña para conquistar el decisivo voto latino que controla el estado de Florida, cuando las encuestas revelaban que su popularidad está doce puntos por debajo de la de su contendor demócrata, Barack Obama. El Presidente francés, de otro lado, anda de capa caída por su mala gestión Para los tres, qué casualidad, fue un baño de gloria el publicitado éxito del Ejército colombiano en su mundialmente famosa operación de rescate. Todo lo que aconteció esta semana sería válido, y digno de un guión de película, si no fuera porque la manipulación y el engaño se hicieron evidentes desde el mismo momento en que se produjo la liberación. El cuento del ministro Santos de que las guerrillas fueron engañadas como unos novatos, no se lo creyó nadie con un mínimo de sentido común.

Lo que resultó obvio dentro de todo este entramado mediático es que, en efecto, las Farc se disponían a liberar a los rehenes. No otra cosa explica que los mantuvieran juntos. El "éxito" del Gobierno estuvo en interceptar las señales dejadas por el grupo que iba a producir el rescate. Uribe hizo prisioneros el año pasado a los correos que traían la fe de vida de los rehenes; saboteó el 31 de diciembre la liberación de Clara Rojas y Consuelo González; bombardeó inclementemente la zona, y acabó con el campamento diplomático que mantenía Raúl Reyes, destinado a la negociación. Él no quiere la paz. Lo terminará de demostrar cuando, después del Jaque, venga el Mate.

mlinar2004@yahoo.es


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Mariadela Linares


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