Una penetrante estela en la campaña

Como era previsible -dado que el verdadero contrincante de Chávez en esta gran revancha, es Bush-, la singular campaña electoral desbordó las fronteras de Venezuela y, como una enorme ola de tsunami, iría a reventar con Chávez en su cresta a pocos kilómetros de la mismísima Casa Blanca para sólo empapar sin ahogar…

Chávez allí, en la Asamblea General de la ONU, seguro como portavoz descollante de casi todo el mundo explotado, chantajeado y amenazado con todo cuanto el diablo creó, dijo las cosas de una manera, pero tan macondiana, que seguro su intervención, cual Cien años de soledad, retumbará por los siglos de los siglos.

Allí, de ninguna manera, se podía ser diplomático como algunos gazmoños esperaban (no hay nivel de hipocresía que alcance disimular en ellos una inherente jalada de bola), porque con esa elegante y subliminal diplomacia de los bombardeos diablescos que ha venido prometiendo y practicando, había que sacarle al diablo la alfombra de los pies con un discurso que resultara, tan “desestabilizador”, que sólo una rarísima especie de orador podía hacerlo con tanto arte en tan corto tiempo, y quien además exhibiera, una tal faceta operativa, que demostró que bien puede lucir, por momentos convenientes, tanto infantil como senil, tanto débil como fuerte, tanto inocente como malicioso, tanto muy demócrata como más demócrata, para terminar luego poniendo el orden cuando se debe, y además, “mandando a parar”…

Véase lo que recomendaba Sun Tzu a cada general dentro de los cinco factores básicos para vencer, y donde los dos primeros obligaban a interrogarse así: ¿Qué dirigente es más sabio y capaz? ¿Qué comandante posee el mayor talento?

Tan es así, que Bolton, con ese rostro propio de bufo que exhibe con extraño orgullo, se mostraría burda de evasivo (por turulato) ante los periodistas. Claro, poco antes lo habían conectado fuerte en el suiche, y le flaqueaban las piernas aún. A Condoleezza se le veía nerviosa y con los labios muy pintados, y caminando como con unas inaplazables ganas de orinar, no sabiéndose si por Chávez, o porque mantiene al parecer un romance de primer mundo con el canciller canadiense, y, al mismo diablo se le vería como muy expectante con lo que iría a proferir al día siguiente su formidable contrincante, luego de oliscar su estela de un azufre con tanto efecto residual, y apoyado además por los No Alineados ante su agresión.

Y no obstante que poco antes, Evo hubiera hecho el milagro de que millones más viéramos con simpatía la estigmatizada hoja de coca, produciría tal efecto liberador (la alocución de Chávez), que el parco Pervez Musharraf, luego de haberse entrevistado con él en La Habana durante los No Alineados, y luego de oírlo, lució como si se hubiese dicho, a si mismo: -¡Bola, yo tengo que aprovechar este momento tan de pinga para sacarme, estando en su propia casa, un viejo y humillante “entrepechoyespalda” que tengo contra este diablo del carajo! Y, en la sacrosanta CBS, denunciaría que lo había amenazado con “machacar” su país tras el 11-S, si no colaboraba en la guerra contra Afganistán aun en contra de la voluntad de su pueblo y, luego, con aquello de que la CIA ha pagado millones de dólares a Pakistán a cambio de la entrega a Estados Unidos de más de 300 terroristas sospechosos de pertenecer a Al Qaeda.

Además de todo lo anterior, las reacciones de Hezbolá en el sur de Líbano y la de los estudiantes árabes de la Universidad de Túnez, que lo apoyaban en un noventa por ciento, y todos los demás hurras privados que seguro se dieron en todo este mundo tan oprimido y chantajeado por el diablo.

Y desde el punto de vista editorial, el cipote discurso llevaría ipso facto el libro de Chomsky, del profundo puesto ciento sesenta y pico (¿mil?) en que se encontraba, al muy elevado séptimo de un solo cohetazo, y luego al primero.

Y estos ejemplos pudieran terminar rompiendo el saco…

Pero un poco antes, mientras Chávez lanzaba una chorrera de ataques y propuestas, y se convertía también en eje de la reunión de los No Alineados en La Habana, el diablo sufría reveses internos con la aprobación, por parte de un comité del Senado, de un proyecto de ley que amplía los derechos a los detenidos extranjeros en el programa gubernamental de espionaje de llamadas telefónicas, correos electrónicos y otras comunicaciones privadas en el marco de su “lucha” contra el terrorismo, y además, con una carta difundida por el disciplinado Collin Powell indicando al senador republicano John McCain, uno de los abanderados del proyecto de ley, que el mundo había empezado a dudar de la base moral de la lucha de EEUU contra el terrorismo, corroborado esto con el aserto, tanto de un alto funcionario de Naciones Unidas de que la tortura en Irak es peor ahora que durante el gobierno de Saddam, como por el de Jimmy Carter acusándolo de apoyar la tortura y lograr la pérdida de influencia de EEUU en el mundo; además de que justificara el pago a periodistas para que agredieran a Fidel.

Y cuando el mundo palpitaba con las vainas de Chávez, aquí en Venezuela continuaba transcurriendo la gris campaña. Y lo más interesante que se oyera mientras tanto -además de que Rosales recibiera como regalo en otra “emboscada” en los Valles del Tuy, una máscara de diablo ¿de Yare? que algo más tarde le obligara aclarar que gobernaría al país inspirado por Dios y mantenido muy lejos del diablo (aclaratoria que nunca alcanzará disculparlo de lo que expresa la cruda realidad de su campaña)-, fue que el suyo (el de Chávez) había sido un pobre discurso -dicho por un curioso ex embajador bastante pasado de peso-. Que el gobierno sabotea las actividades de campaña del “tenebroso”, quien recorriendo Guárico prometiera cambiar la “política de puertos” por la “política de producción doméstica nacional” (proyecto en ejecución del gobierno revolucionario), y que, su respetable señora dijera, que el 3 de diciembre iban a renacer los Rosales porque iban a tener un… (pensaba yo que otro hijo, aún dudándolo de entrada por ver a su marido en las “caminatas” tan sudado y agotado), pero resultando que lo que tendrán para esa fecha será “un país demócrata”…

Sigo pensando que, en esta bendita campaña, hay una brutal desproporción que no sé incluso cómo podría equilibrase; sobre todo, de honestidad política y, más aún, de creatividad e inteligencia.

Pero no había pasado todavía el “efecto azufre”, cuando el canciller Maduro en Nueva York, al disponerse tomar un vuelo comercial que lo traería a Caracas con un previo toque involuntario en Florida, fuera detenido ilegalmente al presentarse de pronto en el aeropuerto unos amables esbirros de la libertad a humillarlo como correspondía.

Y correspondía –y es bueno aclararlo- porque el Maduro canciller había previamente declarado que Caracas coincidía con Kuala Lumpur en lo de que los dirigentes israelíes deben ser llevados ante un tribunal internacional por los eventuales crímenes cometidos en Líbano contra civiles inocentes; que crearía un equipo consultivo que le servirá para diseñar las estrategias de su despacho; que después de cinco años de los atentados de las torres gemelas es necesario más que nunca que se realice una investigación independiente sobre esos hechos; que Venezuela impulsaría la consolidación del mundo multipolar durante la Cumbre del NOAL en La Habana; sobre la necesidad de impulsar nuevos términos para un comercio justo que superara las falsas ilusiones de los Tratados de Libre Comercio; sobre evitar que se vulnerara la potestad de la Asamblea General para decidir sobre los asuntos administrativos y presupuestarios, y dejar estas decisiones a una minoría de países que se sienten dueños de la organización por ser sus principales contribuyentes –esto último poco antes en la reunión del Grupo de los 77-.

Todo, por supuesto, tan demasiado cargado de terrorismo internacional, como para que no hiciera pensar al diablo que nada que estuviera maduro puede viajar sin que se corra el riesgo terrorista de que se pudra en pleno vuelo y estalle de manera inevitable sobre el mar, de acuerdo incluso a cálculos hechos por técnicos ad hoc del departamento antiterrorista de la NASA, además de lo del careloco Bolton cuando dijera que, la reacción de Maduro, había sido puro teatro de calle…

Hay gente muy seria que afirma que el diablo está fuera de control, pero a mí paréceme más bien que, el diablo, lo que está hoy, y más que nunca, es controlado por la más evidente locura.

Pero lo peor es que al parecer el gerente del comando de campaña del “tenebroso”, un señor Carraspeo, también.

Díganme si no al sólo leer esta su afirmación: ¡Para principios de noviembre, mi candidato debe tener una clara ventaja!..

¡Qué molleja!

(Y soy caraqueño, pero es que al no dejar de asombrarme ante tales e inagotables cinismos tan espesos, me he sentido muy cansado por tener que decir tanto… ¡qué bolas!)


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Raúl Betancourt López


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