Carta democrática: de la guerra mediática a la intervención militar

Guerra mediática: Es harto conocido que los mercenarios de la guerra comunicacional han montado sus centros operativos desde España, Colombia y EE.UU. para mal poner a Venezuela  en grandes titulares y editoriales de medios privados, corporaciones televisivas, radiales, impresas y virtuales que tras ataques bestiales que repican mundialmente, se respaldan de felones aliados en nuestro propio territorio. En esa antiética mediática desinformativa de noticias sesgadas y manipuladas, colocan un plan cargado de imágenes fotográficas y videos ajenos a nuestro país y lo expanden por redes sociales como tendencias diarias repetidas incesantemente para alienar a un grupo de inocentes ciudadanos que lo asumen como real en su mimetización, aunque por otro lado, también hay venezolanos que, cuándo los tratan de inducir en esa desinformación descarada, se alertan y ponen en práctica la experiencia de radio bemba (voz informativa del pueblo activo), mostrando otra realidad al mundo sin negar  lo que se vive y palpa día a día, pero, la canalla mediática ahora se torna más peligrosa y agresiva al asumir nuevos senderos con fórmulas que guíen intencionalmente hacia una guerra civil e intervención militar extranjera.

La Organización de Estados Americanos (OEA): La OEA es una institución anacrónica y ambigua que ante una América que se ratifica en la CELAC como territorio de paz, deja abierto un silencio cómplice frente a la desestabilización  inducida de guerras selectivas y acciones manipuladas con respaldo del Pentágono. Muchos ejemplos sin pronunciamientos de la OEA se han puesto en evidencias como los casos de Venezuela (Caracazo 1989, Golpe de abril 2002 o Guarimbas del 2014), los secuestros y deposiciones de Bertrand Aristide (Haití) y Manuel Zelaya (Honduras),  aplicaciones ilegítimas en golpes blandos por congresos que  han depuesto  a presidentes electos democráticamente como Fernando Lugo (Paraguay) y Dilma Roufsett (Brasi), el resguardo en EEUU para terroristas confesos evadidos de las justicias en América Latina  tipo Posada Carriles, el silencio ante la situación de Oscar López Rivera, encarcelado en EEUU hace 35 años por solicitar la independencia de su país Puerto Rico,  la base militar gringa  de Guántanamo en territorio cubano con violaciones de derechos humanos y así, el historial en América de un sinfín de situaciones que desean repetir en Venezuela para posesionarla territorialmente por sus estratégicas riquezas.

Imperialismo: El conocido decreto del presidente norteamericano Barack Obama sobre Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria a su seguridad, pasa a ser pretexto legal intervencionista amparado en el lacayismo del actual secretario de la OEA, Luis Almagro, infausto personaje que bajo su tutela pretende promover el  Macartismo (cacería de brujas) y el  Plan Cóndor (intervención militar), en una nueva era de imperialismo neo-colonial en América, sobre todo hacia Venezuela como punta de lanza, “so pretexto” de invocar la carta democrática interamericana solicitada por un sector apátrida del cuerpo legislativo venezolano que, a través de ese instrumento, quieren influir para una acción supranacional y pasar por alto nuestra Carta Magna, la cual, fue inéditamente refrendada en votación por el propio pueblo venezolano como territorio soberano y bajo los principios de libertad doctrinaria de Simón Bolívar. Dice una locución latina: “Si vis pacem, para bellum” (si quieres paz, prepárate para la guerra).



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Larry Márquez Peralta


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