El Complejo Militar-Financiero-Comunicacional

Los pueblos del sur han sido -durante más de cinco siglos- invadidos, saqueados y explotados por las potencias del norte. Ha sido una realidad ocultada de miles de formas y de procedimientos por dichas potencias y en su lugar han mostrado, descrito a su antojo y poder, y difundido, la "realidad" que más conviene a los intereses de quien realmente gobierna esas potencias: el Complejo Militar-Financiero-Comunicacional del norte o imperial (CMFC).

Esta configuración triádica de orden mundial y naturaleza imperialista centenaria, surgió desde la propia estructura de poder colonial hegemónica, nacida a fines del siglo XV, cuando el Vaticano emitió la Bula Papal mediante la cual "legitimó" el poderío global de España y Portugal y luego sus gobiernos firmaron el Tratado de Tordesillas en 1494 para comenzar a colonizar las dos partes del planeta en que dividieron al mundo.

Desde el mismo momento en que surge la teoría leninista del imperialismo, al iniciarse el siglo XX se revelan claramente los dos más significativos poderes ejercidos desde los gobiernos del norte para expoliar a los pueblos del sur: el militar y el financiero, comprendido este último por Vladimir Ilich Lenin como la fusión del capital bancario y el industrial; de manera que hasta el propio Dwigth Eisenhower encubrió la propia realidad cuando hizo mención en los cincuenta de la existencia de un "complejo militar-industrial", cuidándose así de no entrar en contradicción con el poder financiero ya consolidado y ejercido desde Wall Street.

El tercer poder del complejo, el comunicacional, aunque es en la segunda mitad del siglo XX cuando se revela en toda su crudeza y es objeto de crítica en la famosa obra "Cómo leer al Pato Donald" de Armando Matellart y Ariel Dorfman, ya desde fines del siglo XVIII la burguesía lo comienza a utilizar para torpedear el incipiente poder dominante de los revolucionarios en Francia y se lo arrebata al pueblo, engañándolo con aquello de enfrentar al "régimen de terror" implantado por los jacobinos.

Este poder comunicacional llegó a su cúspide recientemente, cuando Estados Unidos lo ejerció sin ningún reparo ni moral para derrocar al líder libio Muhamad Gadaffi en una combinación de comunicaciones internacionales y hacia el territorio libio, ilegales y manipuladoras, con fines de falsear la realidad para poder imponer con más eficacia el poderío militar y hacer rendir más eficientemente el poderío financiero usado para organizar a los jóvenes libios despolitizados y para sustraer de las arcas libias las riquezas acumuladas por ventas de su petróleo. Este fue un caso típico de articulación de los tres grandes poderes del CMFC que se ejercieron sincrónicamente para poder apoderarse de medio continente como ha estado ocurriendo en los últimos cuatro años en África Sahariana o del norte, donde más de treinta países sufren la intromisión, la injerencia o el intervencionismo militar imperial de fuerzas públicas y/o ocultas de EEUU, Francia, Israel, Gran Bretaña, Alemania y algún que otra potencia asiática enfrentadas a la República Popular China.

Hoy, el Complejo Militar-Financiero-Comunicacional del imperialismo en tanto trata de boicotear a los gobiernos progresistas latinoamericanos y caribeños, está extendiendo el caos social, político, económico y financiero por todo el Medio Oriente, tratando de desestructurar la cultura nacional de esos pueblos, provocando guerras civiles mediante el más sanguinario terrorismo que se haya conocido jamás, y al mismo tiempo reprimiendo a los propios pueblos estadounidense, francés, inglés o alemán, cada uno a su manera y según las capacidades de resistencias allí logradas por los actores y movimientos sociales.

No es nada superficial afirmar, como lo han hecho otros analistas, que la futura guerra entre el imperialismo y las potencias que van alcanzando los mismos niveles de desarrollo militar y financiero pero opuestas a usar la fuerza de las armas para dirimir los conflictos, será realizada en el ciberespacio donde ya dejarán de ser la colinas o las ciudades a conquistar, sino que serán los satélites a derribar y los centros cibernéticos a hackear, todo con el último fin de interrumpir las comunicaciones de los adversarios, entre los mandos y los ejecutores de las operaciones, tanto militares como financieras.

De manera que la tarea del Sur, a todas luces, es crear una Organización Defensiva del Sur de carácter cívico-militar-financiera-comunicacional de naturaleza multipolar pero regida por un Mando Conjunto del Sur que sea eficaz, es decir, ágil, certero y más potente, no que emplee los métodos terroristas o avasalladores de las potencias imperialistas, pero sí las herramientas necesarias para contrarrestarlos con eficiencia.

Cada día más se revela la necesidad de los pueblos del Sur de unir las fuerzas civiles con las militares en un haz de acciones populares, rompiendo los esquemas de distanciamiento sembrados por las academias imperiales para colocar a los militares como simples peones de la burguesía y explotar a los pueblos. En los países que hoy disfrutan de ese gran valor expresado en las ideas "el ejército es el pueblo uniformado", "la banca pública al servicio del pueblo" y "los medios de comunicación en Revolución" ya se va creando el gran escudo defensivo para enfrentar con éxito al Complejo Militar-Financiero-Comunicacional del imperialismo que sigue regando al mundo de miseria, muerte y pobreza.



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Ernesto Wong Maestre


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