Carta abierta al Sr. John Kerry

Le escribo la presente, Sr. Kerry, porque leída sus palabras sobre los acontecimientos sucedidos en Venezuela, nos une una preocupación: La violencia. Aunque en usted represente una interesada pose y en la de un servidor, como en la de muchos, una realidad cotidiana.

Me turba, como a tantos, cada vez que pienso en los millones de vidas cercenadas, mutiladas o angustiadas que ustedes habéis consumado en Irak, Afganistán, Libia, Egipto, Siria… Muchas conciencias nos entristecemos cuando, solamente, pensamos en ello.

Lleváis doscientos años violentando cada rincón de Latinoamérica. No existe ningún país latinoamericano que no hayáis invadido y expoliado, dejando muertes, desolación, miserias y enfrentamientos.

Habla usted de excarcelar a los que han llevado la violencia- con tres personas asesinadas, ahora, y once simpatizantes chavistas en el pasado 14 de abril- y con el objeto, repetido, de provocar un golpe de Estado. Excarcelen ustedes primero a todos los aprisionados en esa vergüenza humana en que se ha convertido Guantánamo. Esa es la gran afrenta contra los Derechos Humanos que existe en Cuba. Ustedes encarcelasteis, por millares, a todos esos jóvenes indignados que, pacíficamente, se manifestaban en Wall Street, o Washington, para denunciar los abusos de la banca mundial, impulsadas por el cruel, violento y codicioso Neoliberalismo, surgido desde las tenebrosas cavernas económicas de su país. Liberen, también, y de una vez por todas, a los cinco cubanos que ustedes tienen injustamente encarcelados, por unas banas razones que el mundo no llega a entender.

¡Habrá mayor violencia que fomentarla, perversamente, desde vuestra “Escuela de las Américas”, donde se formaron sanguinarios dictadores como Pinochet, Rios Mont y tantos otros que llevaron la traición y la muerte a sus país ¿Qué doctrinas impartís? Ciérrenla, por favor, que, con toda seguridad, disminuirá la maldad y la violencia en la bendita América Latina, por la que usted está tan preocupado.

Habla usted de diálogo del gobierno con el pueblo venezolano. ¡Cuánto deben aprender ustedes de la Democracia venezolana! Que no sólo propicia el diálogo continuado con el pueblo, que ni siquiera eso practicáis, sino que han creado una Democracia Protagónica, en la que están traspasando el poder al pueblo. El inmortal Hugo Chávez- no tiemble- llegó a decir: “Dios es la voz del pueblo”. Entiendo que usted no comprenda la dimensión y transcendencia de esta profunda frase. Sólo decirle que, desde que la escuché, me siento más cristiano y más demócrata.

Los únicos, Sr. Kerry, que no creen en el dialogo, ni quieren el diálogo, que usted solicita, a pesar de las múltiples invitaciones, a manos extendidas, de Hugo Chávez- no vuelva a temblar- y del presidente Maduro, son aquellos a los que ustedes le habéis inoculado ese agresivo odio por el cual ahora, precisamente, se encuentran apresados.

Si usted desea, verdaderamente, que finiquite esa violencia, dejen de confabular desde sus controlados altavoces mediáticos, o desde las tenebrosas sombras de la conspiración, a las que ya nos tienen tan acostumbrados.

Por favor, dejen tranquila a Latinoamérica que, después de miles de años, y sin vuestra ayuda, ha sabido llegar fecunda, humana y espiritualmente plena a nuestros tiempos. No necesita vuestra ayuda, ya saben muy bien cómo organizarse y administrarse. O, ¿no se ha dado cuenta de las humanas y eficaces instituciones que han creado en los últimos años y de las que debierais copiar? Así como ustedes rezáis continuamente que “Dios salve a América”, dejar que también sea Dios, y no ustedes, quien la salve. Déjenla libre, dueña de sus propios destinos que, seguro, aportaran una Buena Nueva para este destrozado mundo. O, ¿es eso lo que verdaderamente intentáis abortar?

Por último, le sugiero un ejercicio; quítese la careta política, mírese al espejo y huirá aterrorizado del rostro humano qué verá en él. Como creo en la transformación de las personas, le insinúo que, aún, tiene tiempo de cambiar y de utilizar el alto cargo que ostenta para poder hacer el bien por todo el mundo y, así colaborar, también, con el Proyecto de Esperanza mundial que está emergiendo en Latinoamérica. El mundo y la historia lo registrarán y se lo agradecerán. De lo contrario, usted habrá pasado por este Planeta fomentando la violencia y sembrando el mal y la discordia, como ahora lo está promoviendo, y, por ello, aunque usted no lo crea, así se le reconocerá, porque la Verdad siempre termina imponiéndose.


carlos.delvillar@hotmail.com


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