Snowden, Conrado y el Yugo de Colombia Sobre Venezuela

No tenía interés en escribir sobre este caso, porque sentía que ya el tema Snowden estaba hartándonos y de tanto oír la expresión como cariñosa de “este muchacho”, uno también iba como tomándole cariño y va olvidándose que era una analista de una empresa de espionaje y de repente y sin más consideración, se fue tejiendo una de “borrón y cuenta nueva”: El Tipo es buena gente ahora.

No sabemos cuántas situaciones malas fueron producto y “justificadas” con los reportes de Snowden. No sabemos nada y lo único que se conoce es que el tipo por alguna razón (¿conciencia o interés?) dejó de ser técnico de la CIA y ahora es buena gente.

Es posible que Snowden se haya transformado en buena gente, pero no hay seguridad de esto, aunque ahora diga cosas que parece confirmar esa condición de buena gente.

Pero ahora no me interesa descifrar o encontrar una explicación cierta, que me lleva a confirmar que no Snowden brinco efectivamente la talanquera y se percató que equivocarse es de humano y rectificar también. No me interesa este tema así. Me interesa, porque Snowden permite también descubrirnos y entender, que a veces o muchas veces actuamos bajo la lógica de la oposición que decimos cuestionar y los principios lo engavetamos. Los principios humanitarios son o no son. Se aplican independientemente de caprichos, porque son principios y en cada caso que haya necesidad de tomar una decisión para poner práctica un principio humanitario; la decisión debe tomarse.

Snowden no optó por solicitar asilo en Rusia y creí haber leído, que Rusia colocó una condición. Pienso que Rusia podía estar más interesado porque tiene mayor tradición en la historia de los espionajes y por ser un “polo” político con intereses opuestos al de los Estados Unidos pudo aprovecharse de este espía.

Lo cierto es que adoptamos a Snowden porque fue espía de los Estados Unidos y decidimos darle asilo por eso. Aunque nos repitan que es una decisión humanitaria e independiente, no lo parece ni lo es efectivamente.

Esto de Snowden no marca o traza una línea de soberanía, simplemente responde a un capricho o aventura que podemos proponernos. Si esta decisión marcara una línea de independencia: ¿Por qué el caso de Julián Conrado permanece aún en limbo? ¿No es Julián Conrado una situación producto de acuerdo (sin principio) con Colombia y Santos?


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Evaristo Marcano Marín


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