Bolívar: culpable del demencial odio que nos tienen los gachupines

Toda la poderosa prensa española mantiene un frente de ataque permanente al gobierno de la república bolivariana. Esta fiebre ha llegado a niveles delirantes desde que se supo la enfermedad del Presidente Chávez: entrevistas a médicos degenerados, fotos trucadas, videos forjados, titulares casi diarios con infamias de todo tipo, creaciones de blogs con el único objetivo de inventar cuantas bazofias producen los criminales mediáticos de Estados Unidos.

Esas noticias que en España publican contra nuestro país son fabricadas primero por la Sociedad Interamericana de Prensa. Luego éstas aparecen con grandes titulares en “El Nuevo Herald” de Miami, para finalmente ser replicadas, intactas, en ese país de los gachupines (diarios como El País, ABC, La Razón, El Mundo,...), sin molestarse en confirmar fuentes de ningún tipo.

El planeta fue testigo impávido, o quizá ya de manera natural, sin parangón en los anales de la bestialidad informática, el diario “El País” publicó una foto falsa en la que aparecía un enfermo que ellos aseguraban era el presidente Chávez (entubado, en un quirófano de un hospital en La Habana). La foto fue difundida en primera plana por el grupo Prisa. Con el típico caradurismo de los mafiosos, que muy bien saben el fin que persiguen con estos montajes, no llegaron expresar, por supuesto, sus disculpas al pueblo venezolano ni a su Gobierno.
Por la foto el grupo Prisa pagó 30.000 euros. Pero estos son montos minúsculos si se compara con la millones de dólares que se le factura al diario ABC desde transnacionales gringas, por mantener una ventana en su portal, vomitando todos los días miserias contra Venezuela.

Las bazofias que el diario “ABC” frecuentemente publica contra Chávez son, además de la extraídas de El Nuevo Herald, las que adereza una corresponsal en el reino de España, la amargada Ludmila Vinogradoff, del diario “El Nacional”. El dueño de “El Nacional” es el conocido Bobolongo, o mejor dicho El Gran Hijo de Puta, como con toda la razón del mundo lo bautizó Mario Silva, el conductor del programa La Hojilla.

En esta mafia mediática dedicada a bombardear a Venezuela, trabaja un numeroso personal, asesores de medios de la CIA y multitud de ONG's, que reúne a varios ex presidentes horriblemente lacayunos como José María Aznar, Felipe González, Ávaro Uribe Velez, Alejandro Toledo y Vicente Fox, todos del más sucio y rancio fascismo internacional.

El fondo y trasfondo de todo esto tiene que ver con el carácter soberano de nuestra república. No nos perdonan que estemos llevando las riendas de nuestra nación a la que esos malditos saqueaban impunemente. Es exactamente el mismo tipo de gente que tampoco le perdonó la guerra les hizo Bolívar durante 18 años. Sobre todo cuando escribió aquello de “Españoles del carajo, contad con la muerte...”, en el famoso Decreto de Guerra a Muerte.

Esa guerra mediática encabezada por los gachupines también va dirigida en este momento con gran ferocidad contra Argentina, Ecuador, Bolivia y Nicaragua.

Y verdaderamente, que releyendo nuestra historia llegamos a comprender el desprecio inmenso que en aquella hora llegó a tener Bolívar por aquellos españoles sometidos a sus cadenas, que es el mismo odio y lástima que hoy a mí me domina. Odio y asco al mismo tiempo. Ojalá como lo hizo Bolívar en aquella guerra a muerte, lleguemos a proclamar a los cuatro vientos que debemos que ir a España a liberarla de los godos imbéciles, de la canalla que los tiraniza: los Rajoy, los Aznar, los Felipe González.

Aquel desprecio patentizado todo en la histórica frase del general Campo Elías en 1814: “Cuando hayamos acabado con todos los españoles, me suicidaré para que en esta tierra no quede nadie de esta maldita raza”. Bolívar en sus documentos se expresó también como Campo Elías, mentando eso de “maldita raza”.

Había razones para expresar tan tenebrosas y terribles palabras. Hoy al calor de la guerra que nos hacen los medios godos habría razones para decir otras tantas contra los de la clase de los Rajoy, los Aznar y los Felipe González.

Esto dijo Bolívar en 1813 sobre los conquistadores españoles: “Tres siglos gimió la América bajo esta tiranía, la más dura que ha afligido la especie humana... El español feroz, vomitando sobre las costas de Colombia, para convertir la porción más bella de la naturaleza en un vasto y odioso imperio de crueldad y rapiña... Señaló su entrada en el Nuevo Mundo con la muerte y la desolación: hizo desaparecer de la tierra su casta primitiva, y cuando su saña rabiosa no halló más seres que destruir, se volvió contra los propios hijos que tenía en el suelo que había usurpado”.

Qué grandioso cuando Bolívar expresa: "Si alguna vez hemos visto grande a los españoles, es porque lo hemos hecho de rodillas".

Aquella España de Fernando VII es la misma de hoy. No ha cambiando en nada. Y aquel asco de Bolívar hacia la España que él conoce en 1799 lo llevará en el alma hasta su muerte. Dice que Bolívar llegó a jugar a la pelota con el imbécil de Fernando VII. Lo cierto fue que conoció la corte de aquella época a través de Manuel Mallo, uno de los amantes de la gran prostituta la reina María Luisa, esposa de Carlos IV. Aquella reina que Goya pintó con tan reveladores rizos sarcásticos y delatores en la frente como escribe Rufino Blanco Fombona. Aquella emputecida España en la que el rey Carlos IV se entrega con locura amorosa a Manuel de Godoy y Alvarez de Faria, llegándolo a celar hasta de su esposa María Luisa. Cuánto asco le provocó a Bolívar aquella casta de miserables y pervertidos cortesanos.

Con razón Bolívar en 1813 medita sobre el estado de la gran degeneración que España ha traído a nuestra tierra y siente que los realistas nos habían declarado una guerra a muerte: la de la esterilidad, el bostezo y la holganza, y tenía más que razón entonces en proclamar que era preferible replicarles atrozmente antes que sufrirla. El Libertador quiso hacer en parte un experimento de amputación que requería de una mano y de un pulso únicos. Desmembrar esa parte nefasta, mercantilista, esclavista, criminal, pordiosera, pervertida, aventurera y mercenaria que era la sucia España que había emigrado hacia nosotros. Toda esa hierba mala habría querido Bolívar calcinaría con su voz y con su espada.

Dice Indalecio Liévano Aguirre: El deseo de establecer una situación privilegiada para los americanos, aunque fueran enemigos, y una guerra sin cuartel contra los españoles, así fueran indiferentes, revela muy a las claras el propósito de Bolívar de crear una frontera definitiva entre España y América, de la cual se engendrara la conciencia americana frente a la Metrópoli. A la lucha de razas y de castas desatada por los caudillos españoles, que había hecho de la guerra de emancipación una guerra civil entre americanos, Bolívar contestaba con la guerra a muerte, destinada a transformar la lucha en una mortal contienda entre españoles y americanos, a unificar al Nuevo Mundo frente a la Metrópoli conquistadora.

Que esta forma de guerra obedeció a la necesidad de establecer una tajante separación entre España y América, para poner término al engrosamiento progresivo de las tropas realistas con nativos del continente, y evitar el paso de desertores de las fuerzas republicanas a las del monarca hispánico.

Todo aquello nos lo echa hoy en cara los medios españoles que quieren volver hacer de estas tierras sus colonias, aunque sea a través del imperialismo yanqui. Hay pues, que contenerlos y ser cada vez más distante y distinta de esa clase goda y maldita que en el pasado arrasó estas tierras.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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