Reducidos a examinar las reglas de la mayoría en UNASUR Y MERCOSUR

Una mayoría de naciones en Sudamérica favorece más la abstención que la acción, en el libre cambio con respecto a las políticas comunes y a una acción consciente para la región. Por el contrario, los miembros de una comunidad aceptan someterse a ciertas decisiones que sean tomadas por mayoría, la acción resulta mas fácil, porque, la experiencia cotidiana mas elemental nos muestra que ninguna sociedad, sindicato, asociación, cooperativa, incluso la familia, quiere funcionar sin aceptar de un modo u otro la ley de la mayoría.

En cambio, en los congresos nacionales, la mayoría se transforma en unanimidad de unos cuantos usando la técnica de la negación. Aceptar el MERCOSUR, sin admitir una regla de soberanía de la mayoría, es aceptar la increíble realidad de unas sociedades sin poder, y, en la práctica, reemplazar por el vacio los poderes a los que, de hecho, renuncian los gobiernos al aceptar la liberación de los cambios para ser autónomos, esto, en el momento mismo que nos hallamos frente al temible desafío norteamericano desde Colombia es no poder librarse del yugo imperial.

Por lo demás, ni siquiera, la liberación de los cambios en las naciones con procesos al socialismo podrá llegar realmente hasta el fin si no logran definir la revolución que las mayorías exige, sin embargo, la mayoría creemos, por los gobiernos que tienen los países miembros del MERCOSUR, sean SOCIALISTAS, si no consiguen definir su política común con UNASUR. Si, la unión del sur acarrea grandes dificultades para tratar temas de soberanía por la defensa de algún país miembro, cosa inevitable para Venezuela, Bolivia y Ecuador, estos países se verán obligados, por falta de una política común a tomar disposiciones para defenderse contrariando los acuerdos de UNASUR, OEA, ONU, organismos que todos manipulan comprando armamento y aliándose con otras naciones con mejor tecnología bélica para contrarrestar la de EEUU. Y esto llevo a otros estados a comprar armas colocando de nuevo en peligro el bien social, la paz, condición de crecimiento irrenunciable para todos los países.

¿Qué tienen en común el MERCOSUR y UNASUR? Los recursos, de lo contrario como explicar los esfuerzos del Pentágono y del departamento de estado y tesoro de los EEUU y los bancos centrales de Europa en estos últimos 8 meces, desplegados no solo para salvar el sistema capitalista desatando una increíble especulación financiera que afecta nuestras monedas, y lograr una nueva penetración industrial-militar a través de China, Rusia y Europa, repartiéndose el mundo otra vez con el nuevo capitalismo.

Esencialmente porque las naciones ricas se lanzaron a salvar instituciones financieras con el objeto de sostener la dependencia con las naciones del G8. Si queremos ser competitivos y autónomos, tenemos que cortar el caudal financiero de la región a los EEUU, para forjar una política-industrial y cultural que pueda permitir nuestro desarrollo social, este resultado nunca podrá conseguirse si no cambiamos al dólar, esta divisa, en el nuevo capitalismo pone en riesgo nuestra economía y soberanía, porque la estrategia financiera es tenerla siempre devaluada para favorecer a los mas ricos. Es una moneda de intromisión y requerimos de una mayoría para cambiar nuestro modelo económico.

Aceptar la regla de la mayoría, en estos casos precisos, es admitir la legitimidad de un poder ajeno a nuestra soberanía revolucionaria, Admitir que este poder disponga de nuestros medios financieros es reconocerle su intromisión legal. Sería ilusorio o hipócrita decir que, pasaremos de la Latinoamérica económica tal como es en la actualidad, es decir gobernada por la “unanimidad” del MERCOSUR, y prácticamente sin fondos propios de desarrollo por no disponer de autonomía y un banco para el sur y otra moneda que nos permita comercializar con garantías de retorno. Esta es, la Sudamérica que debería ser para poder competir industrialmente. Y, buena prueba de ello es que los EEUU económico en vez de hacerse se deshacen.

Ni Europa, China o Rusia, están cumpliendo con el acto decisivo que les permita liberarse de la colonización norteamericana mientras no se produzca en ciertos puntos precisos un vuelco de la legitimidad política a favor del desarrollo de sus pueblos y de las naciones ubicadas en el sur del planeta, estas ya conocen el poder del sufragio, pero este no será legitimo si la mayoría de sus gobiernos continúan favoreciendo a las naciones ricas para salvar sus gobiernos. En sus manos esta el florecimiento del cambio o su decadencia,

Las mujeres y hombres que habrán de dar su realidad al nuevo poder hacen sentir su peso, imponer sus arbitrajes, tendrán que apoyarse en la única legitimidad de la democracia, el sufragio universal. Los tecnócratas por muy calificados que estén, no tendrán jamás la autoridad necesaria para hacer sentir un interés superior a los intereses particulares, porque no son capaces de movilizar las reservas de los pueblos, verdadera unanimidad, por encima de las elites. Esto será un extraordinario auge industrial, intelectual y psicológico para el crecimiento de las masas.

Esta historia dependerá como toda historia, de los hombres y mujeres que la hagan. Sus riesgos serán mayúsculos, pero eludir este riesgo es privarse de manera absoluta de toda posibilidad de acción eficaz frente al desafío gringo. Negar las condiciones mínimas necesarias a una política económica común es no tener ninguna política económica, o sea, hacerle el juego a la política de EEUU y someterse a su estrategia.


rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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