No cabe duda que el sabotaje petrolero del 2002 fue un factor
fundamental para la promulgación a finales del 2004 del decreto
presidencial 3390[1] que establece el uso prioritario del software
libre en la administración pública nacional.
A partir de entonces se inició en el país, con tantas expectativas
como desilusiones, el proceso de migración al software libre. Los
resultados son bastante desiguales y en general desalentadores, en
realidad no se podía esperar mucho en términos exclusivamente
tecnológicos, en un país que por décadas ha carecido de una política
tecnológica autónoma no se pueden esperar milagros, en un país donde
las universidades nacionales se han convertido en centros de
adiestramiento de software privativo, en un país donde el desarrollo
de software se reduce prácticamente a integrar componentes privativos
para desarrollar sistemas de información administrativos (ya sean
comercios o bibliotecas), etc.. El problema ha sido centrar la
atención en los factores tecnológicos en donde las diferencias entre
el software libre y privativo no son muy evidentes.
El elemento distintivo del proceso venezolano de migración al software
libre han debido ser los fundamentos ideológicos propios de nuestro
proyecto de país, sin lugar a dudas lo conducente a la construcción
del socialismo del s. XXI. En este ámbito las diferencias entre el
software libre y el software privativo se distinguen con mucha mayor
claridad, se entienden más fácilmente los beneficios de dar libre
acceso al código fuente y de la construcción de software colaborativa
y solidaria. Además, desde el punto de vista del socialismo se
entienden mejor los nuevos modelos de negocio donde el valor de uso
debe prevalecer sobre el valor de cambio.Todo esto sin olvidar la
lucha contra el imperialismo, cuestión que en la actualidad tiene más
que ver con emporios de empresas transnacionales que de países.
El software libre nació en el marco del liberalismo[2] , y aunque el
parecido entre los términos tienda a confundir el término liberalismo
en realidad apunta a la exacerbación de las libertades individuales, y
esto sin equivoco es una premisa del capitalismo. Así, las famosas
libertades del software libre apuntan en este sentido, y es importante
que el proyecto de la construcción del socialismo venezolano sea capaz
de ver más allá. Por esta razón, ya se ha iniciado la discusión,
Eduardo Samán en "Del software libre al software socialista"[3] nos
dice que "el software socialista debe ser libre de capital, libre de
compañías, libre del mercado, libre de la propiedad, libre de
burocratismo y libre de explotación", Sandra Parra afirma incluso que
"El software libre es socialista"[4] ya que los valores que lo hacen
posible y lo sostienen son afines al socialismo.
Uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos en el
proceso de migración es producto de la enorme confusión que introduce
el ritmo vertiginoso de los cambios tecnológicos, es muy frecuente en
esta situación que algunas afirmaciones simplistas logren arraigarse,
e incluso conseguir aceptación. Si a esto se añaden otros aspectos
como los legales se introduce mucho más ruido a la ecuación, ya que no
se entienden bien los alcances de las licencias de software, ya sean
libres o privativas. De aquí se llegan a expresiones (todas ellas
falsas) tales como: "si una aplicación funciona en Linux es libre",
"el desarrollo con software libre consiste en PHP y MySQL", o "que el
el software tenga una licencia GPL[5] garantiza la soberanía
tecnológica".
Hace poco el Presidente Chávez decía que debido a que en Venezuela "el
software libre estaba en pañales"[6] recibiríamos la ayuda de Uruguay.
Con todo respeto al máximo líder de este proceso, es necesario decir
que aquí se suceden una cadena de malentendidos lamentables. La ayuda
uruguaya no proviene de una comunidad de desarrolladores uruguayos de
software libre (los cuales sin pecar de falsa modestia no son
significativamente superiores a los venezolanos), sino de una empresa
de software -no libre- que tiene por nombre Genexus[7], hecho sobre el
que ya se han encendido las alarmas[8]. En particular Genexus ofrece
aplicaciones en Java que corren bajo Linux (esto contribuye a la
confusión) y generadores de código PHP y Ruby (lenguajes de
programación asociados al mundo del software libre). Sin embargo, las
aplicaciones Java de Genexus no son libres, es decir no se distribuyen
bajo una licencia de software libre o equivalente, y tampoco los
generadores de aplicaciones web son libres. Y aunque se liberaran bajo
alguna licencia libre sería un enorme error utilizarlos ya que la
tecnología Java se encuentra totalmente bajo el control de la
corporación transnacional Sun microsystems, la cual también
(atención!) ejerce un control similar sobre el desarrollo de la suite
ofimática OpenOffice[9]. Este convenio con Genexus no permite avanzar
en nada hacia la soberanía tecnológica, y en general cualquier
proyecto que involucre el desarrollo en Java tampoco lo hará.
Recientes reflexiones del incansable comandante Fidel Castro[10] nos
alertan sobre los peligros que representa la dependencia tecnológica
para cualquier revolución, recordándonos como se ocasionó un daño
profundo a la Unión Soviética mediante el uso de software sobre el
cual no se tenía una completa apropiación.
La solución a estos delicados dilemas es sumamente sencilla, solo
consiste en recordar en qué consiste el proyecto de construcción del
socialismo. Las tecnologías de la información y la comunicación no son
algo especial o diferente, y en consecuencia no se debe tratar como un
problema aparte dirigido por supuestos especialistas. Los proyectos
que involucren el software libre requieren la participación directa y
masiva del pueblo venezolano, la construcción de una industria
nacional del software libre no puede hacerse sino conforme a las
premisas del desarrollo endógeno. El mundo del software libre pone a
nuestra disposición innumerables herramientas que son producto del
trabajo solidario de comunidades de desarrolladores y desarrolladoras
distribuidos en todo el planeta. Que el software sea libre es una
condición necesaria para la construcción del socialismo, pero dista
mucho de ser suficiente, se requiere un esfuerzo sostenido hacia y
desde el pueblo venezolano. La principal fuente de conocimiento del
software libre es Internet y mejorar el acceso de la población al
mismo es un importante factor de éxito para el proceso de migración
al software libre. Los patrones de transferencia tecnológica en el
mundo del conocimiento libre fluyen con naturalidad y por esta razón
ha de eliminarse la propiedad intelectual de la constitución
venezolana[11]. En definitiva, para una migración exitosa al software
libre no se requiere a priori de expertos extranjeros sino fé en las
capacidades transformadoras del propio pueblo venezolano, sin lo cual,
debemos coincidir, ninguna forma de socialismo es posible.
[1] http://www.gobiernoenlinea.ve/docMgr/sharedfiles/Decreto3390.pdf
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Liberalismo
[3] http://www.aporrea.org/tecno/a29113.html
[4] http://www.aporrea.org/tecno/a40270.html
[5] http://es.wikipedia.org/wiki/GNU_GPL
[6] http://www.aporrea.org/tecno/a41242.html
[7] http://www.genexus.com
[8] http://www.aporrea.org/tecno/a33266.html
[9] http://developers.slashdot.org/article.pl?sid=07/09/19/1455240
[10] http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2007-09-19/mentiras-deliberadas-muertes-extranas-y-agresion-a-la-economia-mundial/
[11] http://www.aporrea.org/tecno/a41534.html
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"Cuando uno es joven, debe ser revolucionario, no sólo rebelarse...
ser psicológicamente revolucionario significa no aceptar ningún
modelo."