Breves comentarios

Dele un “Clic” y dejará de leerme

Hablar de ciencia y tecnología en estos tiempos es tan necesario como la manera de respirar, para continuar existiendo sobre este globo terráqueo, con todas sus aventuras y desventuras, con todas sus alegrías y tristezas, pero hermosa es la vida.

Con este introito que pareciera más bien un tema de romanticismo, no escapa de hablar en relación a: "dale un Clic", expresión tan de moda en jóvenes, niños y adultos; hasta los adultos mayores –como este añejo- están en esa onda de la tecnología. Y no se diga de los chamos, quienes pasan una gran parte del día, disfrutando de sus portentosas maquinitas y celulares inteligentes que no eran de uso en nuestra niñez, cuando las perinolas, los gurrufíos y las metras eran nuestro entretenimiento. ¿Usted se imagina dándole Clic a un gurrufío? Es la hora de estas nuevas generaciones. Ni modo.

Desde hace un gran tiempo para acá, todos nuestros quehaceres en la búsqueda de alguna información, diligencias bancarias, inscripciones académicas, el acceso a obtener un determinado precio de mercadeo y un sinfín de necesidades están relacionadas con apretar un simple botoncito "Clic", y problema resuelto. Pareciera que el fulanito "Clic" fuera el pan nuestro de cada día. No existe nada, o casi nada donde no se emplee. Donde no tengamos que depender de él.

La dinámica de la comunicación y la informática es tan avasallante que hay que tomar todas las precauciones, y estar "ojo de garza" cuando está transcribiéndose algún asunto, o empleando las herramientas tecnológicas, para evitar el más mínimo detalle. ¿Cuántas veces algún documento no se nos ha ido para otro lado, por darle inconscientemente a un Clic equivocado? A mí me ha ocurrido más de una vez ¿y a usted? ¡Mosca, pues!

El clic hasta nos ha hecho ser más flojos, (en el sentido literal del término), bajo la premisa de la comodidad y el confort, ya hasta nos da modorra de levantarnos a apagar la televisión. Con un clic está solucionado el problema. Hasta los aires acondicionados los regulamos con un mínimo movimiento de un dedo. ¿Cuántos estarán acuñándome que soy un anticuado, un tecnófobo? Cada cual puede pensar lo que se le arrime, no obstante es la tecnología que nos ha conducido a todos estos comportamientos, -en la diversidad del pensamiento hay de todo-, sin menoscabo de los aportes que se dan en la medicina, investigaciones científicas, en la educación; y ahorita mismo estoy yo pulsando un clic; y usted del otro lado para poderme leer.

No hay que desestimar que con un clic también nos favorecemos en nuestras necesidades diarias, cuando se reducen los esfuerzos físicos ante alguna discapacidad física. Para una persona que se halle en una silla de ruedas o se encuentre deambulando en muletas, o postrado por alguna dolencia en una cama, un simple "Clic" le mejora su calidad de vida. Hasta las parejitas enamoradas de hoy en día, disfrutan sus encuentros de cupido más rápido a través de un Clic, lo que en otrora era más tardío, ya que había que esperar la misiva que traía el cartero. Una carta amorosa podía tardar hasta 15 ansiosos días. Aquellas esquelas que al leerlas se les quemaban a uno las manos.

Trasladarse hasta una entidad bancaria y durar toda la mañana para abrir una simple cuenta u otra diligencia ordinaria de carácter mercantil, solía ser más engorroso y hasta más oneroso, si se quiere, no obstante, con lo moderno de la aplicación de un "Clic" desde la comodidad de su casa, problema solucionado. En conclusión, hay que poner el "Clic" en una balanza. Creo que esa balanza se inclina más hacia lo favorable que hacia lo desfavorable. Con un simple "Clic" se mueve el mundo. Dele un "Clic" y dejará de leerme.

¡Hasta la próxima!



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José García

abogado. Coronel Retirado.

 jjosegarcia5@gmail.com

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