“¡Ni loco, me pongo esa vacuna!”

La ciencia, la cual critica tanto Donald Trump, hizo un gran avance al regalar al mundo la vacuna que enfrentará al coronavirus. La misma está destinada a proteger a la población, por lo menos durante dos años, de las consecuencias negativas del virus en cuestión, incluyendo la muerte. De hecho, Rusia está de moda y no es para menos. ¡Usted sabe lo que es descubrir la vacuna contra el coronavirus en tan poco tiempo! Es decir, bastaron aproximadamente 5 meses y eso parece que ha puesto en duda su efectividad, y al respecto, ya en la red, abundan comentarios negativos de todo tipo, respecto a la misma y los medios de comunicación en general contribuyen al mismo propósito.

En otras palabras, ya mucha gente parece haberse dejado influir por los comentarios negativos y comienza a desconfiar de la vacuna, porque fue Rusia el país que la descubrió y no la consideran tan buena si en su composición no tiene un agregado de detergentes o lavansan, como lo recomendó Trump a su pueblo. Sin embargo, Putin, como quien desea promocionar un producto, ha dicho que hasta su hija se aplicó la vacuna y solo le dio un poco de fiebre y nada más. ¡Pero, no! Las redes no perdonan y mientras pasa el tiempo surgen más comentarios negativos, solo porque la vacuna es rusa y Rusia es amigo de Venezuela, por lo tanto de Maduro y si es así, esa vacuna no debe servir. Pero como el mundo da muchas vueltas, se cree que la vacuna al momento de ser adquirida por el gobierno venezolano, los primeros que estarán en la cola para que se la pongan serán todos los escuálidos que la critican y si por casualidad no se la ponen por cualquier causa, las quejas llegarán hasta a Michelle Bachellet para que defienda sus derechos humanos.

Sin embargo, no todo queda allí. Como toda vacuna o medicamento, siempre existe la posibilidad de efectos secundarios. Es por eso que muchas personas podrían decidir no vacunarse, alegando cualquier simpleza que va desde lo político, hasta la antipatía por el país de donde procede la vacuna; y no sería de extrañar que por ejemplo en Venezuela surja algún movimiento anti vacuna apoyado en lo mediático que se encargue de seguir desprestigiando a la vacuna rusa, tan solo porque suponen que si se la aplican van a quedar por el resto de sus días bailando kasachok o gravitando en el espacio por culpa de la Sputnik, y en el peor de los casos, los conducirían a votar en las parlamentarias por el gobierno, cuando habían decidido abstenerse.

Es importante agregar que el presidente se hizo eco del rumor que corre en el mundo respecto a la calidad de la vacuna rusa para el coronavirus; sin embargo, ya señaló que el sería el primer venezolano en ponérsela para dar el ejemplo. Al respecto, ¿Cuántos no estarán deseando que el presidente al ponerse la vacuna se quede por el resto de sus días bailando kasachok con Cilita?



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Jesús Rafael Barreto


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