Desde aquel histórico 06 de diciembre de 1.998, hasta la fecha, han transcurrido poco menos de 27 años. Durante todo este tiempo vimos la aparición de figuras que lideraron fracciones, corrientes, partidos políticos revolucionarios e incluso llegaron a gobernar el estado; todos estos forjados al fragor de otras luchas que desembocaron en este proceso revolucionario. A esos hombre y mujeres que arriesgaron todo para legarnos la posibilidad de hacer de la patria una tierra soberana, gracias, infinitas gracias.
La historia de Yaracuy esta marcada por la tragedia, por la sangre derramada de combatientes irreductibles que hicieron de nuestro estado un territorio para soñar el mundo posible. Ellos abrieron las puertas por donde se dejó venir el futuro que se nos había negado. Y fue así como la vida se hizo nueva, ya no solo de sueños, idealizada, sino de una materialidad colosal.
Quienes nos formamos políticamente en tiempos de la Revolución Bolivariana, los que no vivimos los días de las guerrillas campesinas o urbanas, ni sufrimos la agobiante persecución por los órganos represivos del estado, tuvimos la fortuna materializar esa formación en tiempos dispuestos para la generación de los liderazgos convocados para asumir los espacios de dirección en el futuro inminente. Y puede que en algunos momentos ese futuro pareciera estar ralentizado, especialmente para quien espera con ansias esa oportunidad de poder demostrar que la formación ha dado los frutos necesarios para asumir las riendas políticas en un estado como este. Pero si algo debe ser reivindicado en este proceso revolucionario, es la oportunidad que reciben las nuevas generaciones para dar continuidad a una lucha que se sabe responsable del porvenir de la humanidad toda.
El pasado 25 de mayo, Leonardo Intoci resultó electo como gobernador del Estado Yaracuy, luego de que la Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela, previa consulta a las bases del movimiento revolucionario, le otorgara la responsabilidad titánica de tomar el testigo de Julio Leon para acompañar las luchas de nuestro pueblo yaracuyano. Leonardo es un ejemplo de constancia, disciplina y militancia. Su transitar revolucionario es de una incuestionable notoriedad. Su ascenso no es vertiginoso, sino el reconocimiento de cualidades oportunas para el momento histórico.
En 2017 fue candidato a Asamblea Nacional Constituyente, y aunque no logró ser electo en esa ocasión, bien pudo demostrar los niveles de incidencia que ya alcanzaba en el Municipio Urachiche, donde luego resultaría electo como concejal a finales del año 2018 y luego como alcalde de ese mismo municipio en el 2021, consolidándose como un referente político en el estado.
Quienes hemos tenido la oportunidad de hacerle seguimiento a su andar, podemos dar cuenta de su nobleza, de su desprendimiento y de esa facilidad que tiene para conectar con las personas sin perder la sensibilidad. Su sentido del humor, vivaz pero respetuoso, es sin duda uno de los recursos que mas le favorecen en el establecimiento de vínculos cercanos con el otro. Intoci es uno de esos políticos con aires propios, sin máscaras, con una naturalidad que abruma.
El joven gobernador Lenoardo Intoci, tiene mucho camino por recorrer en esta nueva etapa; una senda que llevará a Yaracuy a sus tiempos mejores. La Revolución Bolivariana en Yaracuy está en buenas manos.