El Congreso Bicentenario de los pueblos y la terapia psiquiátrica en el PSUV. (Caso Anzoátegui)

Tuve la oportunidad de leer, las propuestas que la gente de profesionales y técnicos del municipio Anaco - Anzoátegui-, preparó para el llamado Congreso Bicentenario de los pueblos. Leí las "propuestas" y no llegué a comprender aquello. Para que entienda el sentido de estas propuestas y tomen notas de las intenciones idiotizantes que pueden estar detrás de los múltiples congresos, diría que estas propuestas de Anaco, como que le faltó incluir, una solicitud al Congreso Bicentenario para tapar el huequito 15 que aún está frente a la alcaldía de Anaco y cortar la ramita número 55 de una mata de mango que está detrás de la ramita nro. 55-9 en Campo Sur.

En verdad no entendía el sentido de un congreso para estas cositas, cuando el presidente obrero, ya había oficializado la política de indexación de los créditos bancarios y la política salarial sigue igual a 0 o menos de 0.

Decidí entonces llegar hasta la vivienda donde vive - arrimado- Antonio De La Rosa para encontrar una explicación. Al llegar, vi patéticamente esta situación de Dios los cría y el diablo los junta. El camarada Antonio se encontraba sentado en una poltrona y conversaba amenamente con su mentor y papá político, que en otros tiempos andaba en un jeep rojo. El camarada Luis de las Charas, servía de moderador.

Asomé el tema del Congreso para ir observando las opiniones. No hubo necesidad de esperar mucho. Uno de estos amigos, fue rápido al punto para salir igualmente rápido. Esta guachafita de los congresos - dijo- son muy efectiva en el proceso de idiotización que viene caminando duro. Es una estrategia -terapia- de naturaleza estrictamente psiquiátrica.

Tiene un objetivo muy preciso -continuaba Antonio-, se organiza y realiza con la clara intención de matar muchos pájaros con una piedra. La idea clave hermano -decía Antonio-, es darle a los congresistas, la oportunidad para drenar sus traumas y sus angustias internas. Su drama - continuaba el camarada en su explicación- viene de adentro y al sacarlas en grupo, pueden sentirse aliviados. Esta opción se conecta con la alternativa de permitirle al paciente-militante que se explaye y hable todo lo que se le ocurra, menos del salario, que es tema que no existe. Cualquier huequito en una calle de un pueblito que los pongan a pensar, es muy bueno en esta terapia. Este procedimiento se combina con la modalidad de las preguntas generadoras y la distracción se profundiza. La realidad es la ramita de la mata de mango o el huequito.

Lo grandioso de esto camarada Claudio, es que se olvidan del problema del hambre, del salario igual a 0 y la desaparición del bolívar como moneda nacional. Así, es más fácil explicarle luego, que todo la angustia y el drama interno con los huequitos en alguna calle, es producto de la guerra económica y del imperialismo. ¿Entiendes?

Dos pájaros con una piedra. Lo cumbre de esto, es que la gente drena a sus angustias -deja de sufrir- y sabe que su padecimiento, incluyendo el salario igual 0 y todo lo demás, es por culpa del imperialismo. Ponerlos a pensar sobre los huequitos y las ramas de las matas de mango, los pacientes-militantes se sienten protagónicos y participando.

Los congresos y este congreso bicentenario de los pueblos en particular, es como una terapia masiva.

Hay un montón de gente en los estados y en los municipios que se sienten "discutiendo" sobre las ramitas de las matas de mangos. Luego unos se van a Caracas y en una "plenaria", también "protagónica", vuelven a "discutir". Finalmente, viene alguien con papelito y lee las conclusiones que trajeron de alguna parte, que muy poco tienen que ver con la ramita de la mata de mango.

Si se ven los 6 puntos ¡APROBADOS!, el salario, que está igual o menos 0, no existe. En los seis puntos hay como la sugerencia de volver hacer otra vez los consejos comunales, preparar un congreso mundial bicentenario y en otro sitio; Jorge Rodriguez está acordando con la oligarquía y la nueva burguesía bolivariana, el proyecto de hambre para los trabajadores. Mientras esto está pasando realmente, la gente continúa "debatiendo", sobre las ramitas de la mata de mango o jugando con sus espejitos.

Están bien concentradito tratando de joder al imperialismo. Ya está pasando, el juguetico del plan Carabobo 200, que nadie vio escrito como un plan tal como lo sugieren cualquiera de las metodologías. Hasta la palabra plan, la volvieron polvo. Ya el plan de la patria tampoco existe. Vendran nuevos juguetes para manter a la gente distraída.



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Claudio Dominguez


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