El 13 de marzo merideño, el comienzo

Los jóvenes recorrían las calles de Mérida en la caravana de graduantes, iban en el carro del papa de Juan José, un ingeniero civil también egresado de la facultades merideñas.

Al grupo del trío inseparables se había integrado una joven caraqueña que miraba con ojos de admiración al próximo ingeniero Carlos. Joven siempre dispuesto al jolgorio, estudiante destacado, gran amigo y de clara inteligencia.

Los jóvenes hacen planes para seguir la fiesta todo el fin de semana. ¿No todos los días te gradúas de Ingeniero, o si?

La caravana baja por la Avenida 4 de esa hermosa ciudad, hay una gran cola producida por la concentración de los estudiantes.

Ya Mérida conoce estas manifestaciones y los transeúntes saludan a los eufóricos muchachos y hasta celebran con ellos.

El tráfico es lento y eso permite que muchos se provean de licores en las licorerías que van consiguiendo a medida que avanzan.

La caravana va sin rumbo fijo, solo recorre la ciudad. Se han graduado y hay que celebrarlo.

Los cuatro muchachos lo piensan hacer con toda las ganas que le da la juventud y el ímpetu que son capaces.

El destino les prepara a ellos y a todos los habitantes de la ciudad una amarga sorpresa. La vida de Carlos Ceballos Tenor esta llegando a su fin. Gracias a la bala asesina de un ser violento que sin medir consecuencias arranca la existencia de un joven bueno y que pudo haber dado mucho por su país, por su ciudad, por sus familiares y amigos.

Siempre se ha comentado una leyenda negra sobre los peligros que tiene los estudiantes cercanos a su graduación, muchas veces mueren en vísperas de esa fecha tan importante para ellos.

La ciudad arderá por los cuatro costados, una ciudad se levantara culpa de la injusticia de un país gobernado por gente que solo vigilara sus intereses y no por los intereses del colectivo.

Desde ese momento Venezuela será otra se desencadenaran largos conflictos que la sumergirá en un país en guerra que vivirá de todo, desde rebeliones civiles hasta golpes militares.

Caía la tarde de aquel fatídico 13 de marzo del año de 1987, Mérida preparaba para un viernes en la noche El bullicio de ese día estremecía la ciudad.

La gente salía de sus trabajos rumbo a su casa preparándose para disfrutar de "un viernes de colores", los estudiantes alegres celebraban la llegada del final de la semana.

La ciudad de Mérida siempre joven, siempre alegre era recorrida por la caravana de estudiantes que habían concluido sus clases y ya prontos a graduarse y lo celebraban.

Cometas, música y jolgorio invadía las calles de esa hermosa ciudad, nadie se imaginaba que dentro de unas horas la risa se convertiría en llanto y rabia, Mérida sería sacudida por hechos de violencia que la dejaría marcada por muchos años.

Juan José Barrios, joven estudiante de Ingeniería Civil, celebraba junto a sus compañeros el fin de su carrera y el inicio de una vida; que él esperaba, lleno de triunfos y éxitos.

El ya casi Ingeniero se encontraba eufórico, por fin había terminando la carrera que desde hace seis años cursaba, fueron años de sacrificio y muchas noches de trasnocho estudiando para los exámenes.

Buen estudiante y de una dedicación casi religiosa con su carrera, el joven veía un bello camino que se le abría en la nueva etapa de su vida que se le presentaba.

Que lejano estaba aquel día del año 81 donde por primera vez entra a la facultad de Ingeniería de La Universidad de Los Andes.

Esa mañana conocerá a su amigo Carlos Ceballos Tenor y desde ese momento se hacen grandes e inseparables amigos.

Llegarían días de estudio y dedicación, noches donde los dos muchachos amanecería para prepararse para los difíciles parciales que presentaban cada semestre.

A los dos muchachos se había unido Lucia Andueza; novia de Juan José; estudiante aventajada y nueva integrante de ese simpático grupo. Después del grado de Ingenieros Civiles de La Republica de Venezuela de ellos se perfilaba el pronto matrimonio de la pareja y por supuesto el padrino sería Carlos. ¿Quien Más?

Los jóvenes recorrían las calles de Mérida en la caravana de graduantes, iban en el carro del papá de Juan José; un ingeniero civil también egresado de la facultades merideñas.

Al grupo del trío inseparables se había integrado una joven caraqueña que miraba con ojos de admiración al próximo ingeniero Carlos. Joven siempre dispuesto al jolgorio, estudiante destacado, gran amigo y de clara inteligencia.

Los jóvenes hacen planes para seguir la fiesta todo el fin de semana. ¿No todos los días te gradúas de Ingeniero, o si?

La caravana baja por la Avenida 4 de esa hermosa ciudad, hay una gran cola producida por la concentración de los estudiantes.

Ya Mérida conoce estas manifestaciones y los transeúntes saludan a los eufóricos muchachos y hasta celebran con ellos.

El tráfico es lento y eso permite que muchos se provean de licores en las licorerías que van consiguiendo a medida que avanzan.

La caravana va sin rumbo fijo, solo recorre la ciudad. Se han graduado y hay que celebrarlo.Los cuatro muchachos lo piensan hacer con toda las ganas que le da la juventud y el ímpetu que son capaces.

El destino les prepara a ellos y a todos los habitantes de la ciudad, una amarga sorpresa. La vida de Carlos Ceballos Tenor esta llegando a su fin. Gracias a la bala asesina de un ser violento que sin medir consecuencias arranca la existencia de un joven bueno y que pudo haber dado mucho por su país, por su ciudad, por sus familiares y amigos.

Siempre se ha comentado una leyenda negra sobre los peligros que tiene los estudiantes cercanos a su graduación, muchas veces mueren en vísperas de esa fecha tan importante para ellos.

La ciudad arderá por los cuatro costados, una ciudad se levantara culpa de la injusticia de un país gobernado por gente que solo vigilara sus intereses y no por los intereses del colectivo.

Desde ese momento Venezuela será otra se desencadenaran largos conflictos que la sumergirá en un país en guerra que vivirá de todo, desde rebeliones civiles hasta golpes militares.

Será el comienzo de un parto hacía otra forma de gobernar, pero como todo

parto traerá dolor y sangre. Pasarán años de convulsionados acontecimientos y de futuro incierto para

Venezuela

La caravana se dirige cuadras arriba de el parque "Glorias Patrias", entre las calles 30 y 31 las cornetas de los carros y la música atronadora saluda a la ciudad que ve otra vez a sus hijos egresar de profesionales pero lamentando Mérida no poder darle cobijo a todos pero imposible por ser solo una ciudad estudiantil y no una que provee de labor, por su falta de industrias y de fuentes de trabajo.

Carlos, Juan José, Lucia y la nueva integrante del grupo celebran su triunfo bebiendo cerveza y las damas sin medir consecuencias comentan las gana de orinar que tienen.

Juan José le dice:

- "No se preocupen que conseguiremos donde, yo también estoy que reviento "

-"Apúrate mi amor, que ya no aguanto" Le comenta Lucia con voz de suplica.

La caravana continúa y viendo Juan José un garaje abierto de una casa les dice:

-"Y porque no aprovechan y mean ahí y Carlos los acompaña para que nadie las vea y así yo me estaciono en la esquina."

-"Estas loco mi amor, así Carlos nos acompañe nos da pena" Responde Lucia riéndose.

-"Vayan que Carlos vigila desde afuera, por su puesto no van a miar en su cara"

Los jóvenes se bajan del carro y las muchachas con cierta pena, pero pudiendo más las ganas de satisfacer la necesidad imperiosa, que la pena de orinar en la calle.

Las dos féminas empujan la puerta del estacionamiento y entran, se agachan y proceden a orinar detrás de un jeep que se encuentra estacionado en el garaje. Carlos se queda afuera vigilando que la labor de las dos estudiantes no sea interrumpida por miradas indiscreta.

Juan José busca donde estacionarse y al no encontrar da la vuelta a la manzana para ver si en alguna de esas vueltas encuentra a sus amigo para que así Carlos maneje y pueda hacer lo mismo que sus compañeros.

Mientras las futuras ingenieros orinan son vistas por una muchacha de servicio de la casa y esta avisa al dueño de la casa; abogado de renombre que ha intervenido en muchos casos penales y que no goza de mucha paciencia, hombre violento que porta un arma y siempre está dispuesto a esgrimirla para arreglar cualquier diferencia.

El doctor Bernardo Aponte se dirige a su estudio y saca de la gaveta de una de las mesas un arma calibre 38 mm Y sin medir las consecuencias sale hacia el garaje con una actitud de rabia muy mal contenida.

El profesional del Derecho no ha tenido un buen día y no será para él ni para los muchachos una noche tranquila. Esos momentos marcaran la vida de todos ellos y la ciudad será estremecida en una vorágine de violencia y de odio que al pasar los años se recordara como ‘Aquel trágico 23 de Marzo".

Al oír los pasos de alguien que viene por las escaleras que comunican la casa con el garaje, las muchachas se suben los pantalones, prestas a salir para que nadie las vea.

Desgraciadamente no son suficientemente rápidas y Aponte se les acerca esgrimiendo el arma.

-"Putas de mierda, es que ustedes creen que mi casa es un miadero", les dice apuntándolas con el revolver.

Las muchachas aterradas ven como las amenaza el hombre que por lo que pueden ver se encuentra totalmente fuera de control.

Carlos que espera afuera al oír los gritos de rabia del dueño de la casa entra al garaje.

Al ver al hombre armado y dispuesto a disparar se interpone entre el arma y sus dos amigas gritándole al abogado:

-"Esta bien pero no es para tanto, disculpe ya nos vamos."

-"Cállate la jeta, maricón. ¿Qué se han creído tú y estas perras, que esta vaina es un baño?

Juan José que ya ha podido estacionar el carro una cuadra más abajo piensa aprovechar para comprar más cervezas y cigarros, ya que la caja que carga se le esta acabando.

El joven sube acercándose al garaje y de pronto oye un tiro y corre hasta el sitio de donde procede la detonación, empujando la puerta para ver a su amigo Carlos Ceballos Tenor en el piso tinto en sangre.

Su novia y la nueva amiga están presas de un ataque de nervios por la situación vivida y el susto. Al ver a su amigo herido gravemente se agacha constatando la gravedad de la herida de Carlos, sale a la calle y se atraviesa pidiendo ayuda logrando que paren unos carros de la caravana que se encontraban rezagados del grupo.

La gente se arremolina alrededor de la casa y otros futuros graduantes montan al herido en una camioneta y lo trasladan al hospital universitario tocando cornetas para abrirse paso.

Pero los días de Carlos ya llegan a su fin, muere al llegar al hospital. La vida de una joven promesa ha sido truncada cruelmente, si antes se oían risas y música ahora un manto negro de tristeza y de rabia profunda se abate sobre los presentes y sobre la ciudad entera.

El Hospital Universitario se llena de estudiantes que van llegando de todos los sitios de la ciudad, la noticia de la muerte de Carlos Ceballos Tenor se corre por toda Mérida.

Alrededor de la casa de Bernardo Aponte se va llenado de gente que furiosa quieren prender la casa con todo y los habitantes adentro.

La atribulada esposa del leguleyo llora desconsolada y el hombre comenta:

-Como que quieren que me eche otro

La mujer suplica a su esposo que se calme por su familia y sale tratando de salvar a lo.s niños que aterrados ven en los que se ha transformado su vida en cuestión de segundos.

La gente afuera grita y se van armando de piedra y tubos para linchar al asesino que se oculta en la casa.

Los vecinos han llamado a la policía que se prepara para actuar, de pronto por la avenida pasa un carro de la DISIP bajándose unos efectivos que sacan al asesino de la casa impidiendo el linchamiento.

La muchedumbre se torna a cada momento más salvaje y al salir la esposa de Bernardo Aponte y destruyen la casa de una manera inimaginable.

Arrancan la puerta del garaje y casi a peso sacan el Jeep Toyota y lo queman en la mitad de la avenida, saquean la casa y la queman en parte, tumban paredes, puertas, destruyendo todo a su paso.

La casa de número 30-60 ya se encuentra totalmente destruida y se desencadenara una ola de violencia que durara varios días. La policía no será suficiente para contener la furia de miles de estudiantes que desde esos momentos marcarían a Mérida para toda la eternidad.

Siempre se recordara con temor aquel "13 de marzo", fecha en que la ciudad ardió quedando la casa de Bernardo Aponte como un monumento de lo que se produce cuando el pueblo se arrecha. Faltaran solo unos dos años para que el país vea otra vez la violencia y la muerte rondar por sus hogares.

La gente histérica y agresiva logran en minutos lo que seguro hubiera tomado a obreros varia horas. La rabia y la frustración de los estudiantes al ver que uno de sus compañeros es muerto hace que destruyan la edificación temiendo la total impunidad del crimen.

Por esa avenida transita gente que se acerca para ver lo que ha pasado, las calles del centro de Mérida desde la plaza Bolívar hasta la plaza Gloria. Patria por las avenidas 3 y 4 se van llenando de personas.

La gente sale a la calle, unos para satisfacer su curiosidad y otros para participar en manifestaciones de rechazo al crimen del estudiante. No solamente el centro es escena de concentraciones, las inmediaciones de el hospital universitario es testigo de la rabia y desesperación de la gente y de los estudiantes.

En el hospital se va suscitando situaciones de dolor al ir llegando los familiares y amigos de Carlos Ceballos Tenor, el joven es hijo de un profesor de la universidad de mucha trayectoria y muy conocido en los medios universitarios.

Como era de imaginar la dirigencia estudiantil en pleno de los diferentes grupos que hacen vida en la universidad se presentan. Los más destacados como siempre son los líderes de la izquierda revolucionaria que siempre han estado consecuentes con el movimiento estudiantil.

"El Zombi" líder de la facultad de Ingeniería muy conocido y apreciado, joven combativo y rebelde, Leo Carrasco, líder de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas y una figura de las aulas de Leyes que apenas comienza su carrera política llamado Ramón Hernández. Todos ellos lanzan discursos encendidos a la masa estudiantil.

También hacen presencia las autoridades de la universidad como el Rector y varios Decanos de las diferentes facultades para darle el pésame a su colega y tratar de unir sus voces para que este crimen innecesario no quede impune.

Se presenta igualmente el gobernador del estado y promete hacer justicia, le dice a los estudiantes que si el crimen queda impune que ellos mismos se acerquen a su despacho y lo saquen por inepto quemándolo vivo.

Pero se encuentra en el ambiente un manto de frustración y de venganza, ya el mal esta hecho. Se le practica al cadáver una rigurosa autopsia

Juan José se encuentra desolado, le han matado a su mejor amigo, a su hermano del alma, en un abrir y cerrar de ojos su vida ha cambiado para convertirse una noche de jolgorio y de alegría en una noche de dolor y rabia.

Las muchachas son interrogadas para que testifiquen sobre lo que paso, ya el abogado Bernardo Aponte se encuentra en manos de la PT.J, las autoridades de la universidad ya tienen a su equipo de abogados para acusar al asesino.

En la ciudad reempiezan a levantar barricadas y grupos de estudiantes se enfrentan con la policía. La violencia y la furia más grande es la protagonista de los hechos que se producen después de la muerte del estudiante.

Parece mentira como en minutos la vida de las personas puede cambiar de un extremo al otro.

Todos se preguntan:

¿Será este otro crimen que quedara impune? ¿Esta sociedad corrupta será cómplice otra vez de un asesinato?

En Venezuela existe una gran crisis que es como un barril de pólvora que en cualquier momento podrá explotar y no pasaran muchos años para que el estallido se produzca.

La sociedad venezolana esta harta de ver que la injusticia la rodea y la crisis que va afectando su calidad de vida. La corrupción judicial que nos afecta a todos.

Los estudiantes enardecidos se enfrentan con la policía del estado que ya desde temprano lucen desbordados por la gran cantidad de persona que se encuentran en la calle.

Como siempre empiezan a producirse violaciones de los derechos humanos y eso enardece más a los manifestantes. Desde los edificios les son lanzados a la policía cualquier tipo de objetos por grupos de estudiantes.

"El Zombi" invita sus compañeros a reunirse en la Facultad de Ingeniería para protestar contra el asesinato de su colega.

Después de muchos años que no se veía este fenómeno se producen saqueos a los negocios y comercios que se encuentran en el centro de la ciudad.

En una fría celda de la P.T.J se encuentra Bernardo Aponte decaído, lamenta en el fondo de su ser haberle quitado la vida a un ser humano y se angustia al ver la situación tan difícil que ha creado por ese carácter tan violento que le caracterizo. Muchos de sus allegados se lo había advertido.

Siente un profundo miedo sobre su futuro que no luce nada halagador, solo se vislumbra una gran cantidad de años preso, sin ver la luz del sol ni ver crecer a sus hijos.

Lastima todos tuviéramos tiempo de ver las consecuencias que nos traería a nuestras vidas hechos que cometemos dejándonos llevar por la rabia y la violencia.

En la morgue del hospital seguía reunida la gente esperando que les entregaran el cadáver, a las dos de la madrugada les entregan el cuerpo sin vida de Carlos Ceballos Tenor y la muchedumbre sube al cadáver en los hombros hasta la funeraria donde lo velarán.

Se ve en los estudiantes y en la gente que lo acompaña una expresión en sus rostros de gran dolor y temor de que este caso quede impune como tantos casos en esta sociedad corrupta y podrida.

En toda la ciudad se van formando grupos que protestan por la muerte del

que pudo haber sido un ingeniero triunfador.

Juan José y Lucia marchan con el cortejo fúnebre, en sus almas late un sentimiento de frustración, el dolor ha borrado en ellos los sentimientos bonitos que los caracterizaron.

Los muchachos acompañados por las autoridades de la universidad y la familia de Carlos llegan hasta la funeraria desde donde despiden a los restos de una joven promesa que murió por la rabia y la inconciencia de un hombre que sin medir las consecuencias cambio la vida de toda una ciudad.

Los estudiantes concentrados en la funeraria ven con alarma como fuerzas policiales se van reuniendo a los alrededores de las calles y avenidas cercanas.

Desde la Facultad de Ingeniería siguen llegando gente para expresar el dolor que los embarga, se acercan a la funeraria por esta estar a solo dos cuadras.

Rivalizan los dirigentes estudiantiles para liderizar este movimiento que ha unido al pueblo de Mérida con sus estudiantes.

Lo que se comenta es que desde varios puntos de la ciudad se producen grandes disturbios y saqueos y que la gran cantidad de personas que se encuentran por los alrededores del centro y plaza Bolívar desbordan ya la capacidad de las fuerzas policiales.

La violencia se ha generalizado los cuerpos de seguridad lanzan bombas lacrimógenas contra los estudiantes. Ya Juan José recuperado de la impresión de haber visto morir a su mejor amigo lo embarga una gran arrechera y se dirige a la Faculta de Ingeniería donde junto a los muchachos que protestan se enfrenta con la policía.

El joven en toda su vida de estudiante nunca participó en la lucha revolucionaria que caracteriza esta etapa universitaria, él solo quería graduarse, siempre estuvo aparte de participar en movimientos de rebeldía ya que su carácter alegre y tranquilo se lo había impedido.

Pero ese día era otro, tiraba piedras, partía vidrios de los comercios cercanos, una transformación total se había producido en el muchacho.

Lucia seguía en la funeraria junto con su amiga, testigos del asesinato de Carlos, se encontraban con los familiares del asesinado.

Se sienten culpables ya que si ellos no se detienen para que las muchachas orinen no hubiera pasado esto. Las dos muchachas se encuentran junto a los padres de Carlos.

De pronto Lucia nota que Juan José que supuestamente había salido un momento no regresa, la muchacha se preocupa ya que las detonaciones de las bombas lacrimógenas y de los perdigones se escuchan perfectamente, ya en la funeraria se conoce que en varios sitios de la ciudad se enfrentan los cuerpos de seguridad con los manifestantes.

Lucia sale y al conseguirse con gente conocida le pregunta:

- ¡No han visto a Juan José?

- Si lo vimos saliendo hasta la facultad, pero la vaina allí esta muy arrecha. Le responde alguien.

-Si quieres asómate; si te deja el humo de las bombas; para que veas que la vaina en la facultad esta fuerte. Se rumorea que van a sacar la Guardia Nacional con las tanquetas.

- "Las Marías y las Residencias Albarregas están a punto de ser allanadas" Comenta otro de los del grupo.

La muchacha ahora si es verdad que la angustia la desborda, no solamente su mejor amigo muerto sino su novio buscando el peligro.

Ya la madrugada abraza la ciudad parece que paso años desde que junto a Carlos los tres amigos compartían. Recuerdan su risa sus cantos, sus bromas y ahora ese ser tan "vivo" que es solo una masa inerte muerto por un psicópata asesino.

Desde los edificios cercanos al centro de la ciudad la gente se encuentra ahogada por la cantidad de gases que arroja la policía, una nube de humo rodea el centro de la ciudad.

Los estudiantes siguen alrededor de la casa de Bernardo Aponte, lo que faltaba por demoler es realizado en ese momento, también hay enfrentamientos con las fuerzas del orden publico.

Por la avenida tres de esa ciudad cercano a la Plaza Gloria Patrias se ven las tanquetas de La Guardia Nacional.

La Funeraria donde son velados los restos del estudiante muerto es blanco de las bombas lacrimógenas de la policía.

Desde la facultad de Ingeniería y Medicina que se ha convertido en un foco importante de protesta se han reunido estudiantes de todas las facultades, es un campo de guerra donde se enfrentan con la policía, estos lanzan bombas que son devueltas por los muchachos.

Juan José se encuentra siempre en primera línea, toda la noche y parte de la mañana ha estado de primero en los enfrentamientos. Parece una fiera. El muchacho se ha transformado, él que nunca participó en ningún movimiento de rebeldía.

Le mataron a su amigo y el siente que participando en esos disturbios lo venga. Las horas van pasando y el día se presenta lleno de barricadas desde el Paseo de la Feria, Las Marías, El Campito. El gobierno había dado la orden de allanar a la facultad de avenida Don Tulio Febres Cordero provocando más rabia en los estudiantes.

La gente empieza a construir barricadas en Santa Ana, Santa Anita, en Campo de Oro y salían a la calle dispuestos a pelear, para así aliviar a los compañeros de Ingeniería del acoso de los cuerpos de seguridad.

En toda la ciudad se conocen de casos de gente ahogada por los gases lacrimógenos hay muchos heridos que son trasladados al hospital universitario, los medios de comunicaciones emanan extras a cada rato informando de los acontecimientos en la bella ciudad turística.

Ya por las televisoras nacionales aparecen imágenes de los que ocurre en Mérida. De una vez empiezan a salir personeros del Gobierno a dar sus explicaciones y como siempre los político de turno tratando de figurar sin lograr ningún resultado.

Mucha gente pacifica se encuentra encerrada en sus casas y apartamentos, los habitantes de los sitios donde hay disturbios se hayan sin comida por la imposibilidad de poder salir ya que la represión de los cuerpos de seguridad del Estado es feroz

Los policías disparan bomba hacia los edificios sin importarles que habiten niños o ancianos. Nadie que no este participando en los enfrentamientos sale de su casa pero es demasiada la gente que lo hace. A los estudiantes se les ha unido gente del pueblo que también protesta por la situación económica y por la rabia de ver como la justicia en este país tiene los ojos destapados vendiéndose a mejor postor.

El domingo en la mañana es sacado el cuerpo del ingeniero post- morten

Carlos Ceballos Tenor para ser llevado al sitio donde recibirá sepultura.

Primero es llevado a la Facultad de Ingeniería y Medicina donde han

cesado los enfrentamientos, la Guardia Nacional y Policía del Estado se encuentra apostados en las inmediaciones.

En La Plaza Glorias Patrias se encuentra el comando de operaciones. El cortejo fúnebre toma la avenida Las Américas donde se encuentra situada la PTJ donde se encontraba preso el asesino de la joven promesa venezolana llamado Carlos Ceballos Tenor.

Los estudiantes con su rabia a cuestas empiezan a mover las rejas y mallas para expresar su rabia por la muerte de su compañero. Dirigentes estudiantiles toman la palabra y desde ese momento se vera la figura de un joven de la facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas que se destaca.

La marcha continua hasta el cementerio, como es de imaginar llevando el féretro de su casi hermano Carlos se encuentra Juan José sus allegados le comentan que ceda y que deje que otros lo lleven ya que desde el día de el asesinato el muchacho se encuentra sin dormir ni comer nada.

Cercano a él se encuentran sus padres que desde que murió el joven amigo de su hijo no han salido de la funeraria por la amistad que los unía con la familia Ceballos Tenor.

La familia Barrios indignada acompaña el féretro igual que mucha gente de Mérida. En el cementerio y en medio del dolor y la rabia más profunda es enterrado el ingeniero post-morten Carlos Ceballos Tenor.

Los estudiantes abordan las unidades de la Universidad y se van a la facultad de Ingeniería y Medicina, Juan José Barrios sin mediar palabras con su familia ni su novia se monta en la unidad para seguir peleando en la facultad.

El joven se encuentra borracho de rabia y de violencia, no existe el cansancio para él. Los estudiantes al llegar a las avenidas cercanas al centro de estudios son atacados por La Guardia Nacional, la nube de gases inunda la avenida, pero es asombroso como los combatientes las devuelven como si ni siquiera les afectase.

Otro grupo de estudiantes en la unidades de transporte de la Universidad recorre la ciudad y en las residencias "Las Marías" les comentan que en Ingeniería la cosa esta demasiado grave pudiéndose producir un allanamiento y eso si haría peligrar a los estudiantes que desde allí combatían a los cuerpos de seguridad.

Las autoridades de la Universidad se encuentran reunidas con el Gobierno para ver como hacen para evacuar la facultad de Ingeniería y Medicina y así evitar que los estudiantes que ahí se encuentren sufran más daño de los cuerpos policiales que no cesan el hostigamiento.

Los dirigentes estudiantiles deciden seguir manteniendo los focos de disturbios para que así baje la presión a que se encuentran sometidos sus colegas.

En esa facultad existe un grupo de muchachos que se enfrentan con piedras contra la policía, las fuerzas del orden logran varias veces de rechazarlos hasta las edificaciones pero al rato vuelven a salir, les lanzan una verdadera andanada de gases y perdigones que son contestados con piedras y bombas molotov.

Muchos de los muchachos se encuentran en los altos de la facultad y desde allí lanzan piedras con caucheras.

Los cuerpos policiales son rechazados varias veces por la gran cantidad de manifestantes.

Es tanta la violencia que se produce que en pleno enfrentamiento ocurren casos como estos:

Un corpulento estudiante invita al jefe de las fuerzas policiales que en ese momento se enfrentan con ellos en la Avenida Tulio Febres Cordero a que tengan una pelea entre ellos dos, el muchacho es un aventajado estudiante de kung-fu, arte de combate chino sin armas. El inspector de la policial no le hace caso.

Los cuerpos policiales utilizan motos para rechazar a los manifestantes y los estudiantes atan un cable de acero y cuando las motos pasan halan el cable produciéndose la caída de varias de las motos atacantes.

En los enfrentamientos son detenidos varios de los manifestantes y son golpeados salvajemente. Los estudiantes arrojan a los cuerpos de los policías bombas molotov estando varios a punto de quemarse por el material inflamable que tiene las bombas.

En el intercambio de piedra y bombas molotov una bomba cae en el pino de un edificio que se encuentra enfrente de el estacionamiento de los profesores de la Facultad de Ingeniería y Medicina prendiéndose peligrando la vida de todos ya que el pino se encuentra al lado de la bombona de gas que surte al edificio siendo desalojado por la gente mientras bomberos que están cerca apagan las flamas.

Las ambulancias llegan a cada momento a rescatar gente ahogada por las bombas lacrimógenas, victimas inocentes de los edificios de la zona, se ven la evacuación de niños y personas de edad casi sin poder respirar.

Los cuerpos de seguridad han agotado una gran cantidad de bombas y de perdigones para contener a los estudiantes enfurecidos.

Desde la avenida 4 cerca de la Plaza Glorias Patrias ocurre un hecho chistoso, donde retrata la parte mamadora de galio de los venezolanos, que a pesar de lo grave de la situación no deja de reírse de su suerte.

Muchos de los estudiantes que viven en esa zona en los edificios que abundan cercanos a la facultad de Medicina e Ingeniería se encuentran encerrados en sus apartamentos sin poder salir por los abusos cometidos por los cuerpos de seguridad.

Una gran cantidad de ellos comen en el comedor de la Universidad encontrándose sin comida y con sus neveras llenas de luz y agua. Desde un apartamento se oyen una música con la canción de moda de la época interpretada por la Orquesta de Los Melódicos llamada: "Mi Cocha Pochocha".

Desde ese apartamento cantan al ritmo de la música. "Que bailen los tombos", cosa que irrita a los policías y lanzan una lluvia de bombas lacrimógenas al edificio, quizás de una forma cruel sin pensar que también en ese edificio pueden vivir niños inocentes.

Ya al correr la tarde se encuentra La Guardia Nacional en la calle con tanquetas, los estudiantes han sacado las alcantarillas para evitar el libre movimiento de las tanquetas que disparan bombas lacrimógenas.

Se ve subir una solitaria tanqueta por la avenida Tulio Febres y al pasar por la entrada a la facultad recibe una andanada de bombas molotov que la incendian de inmediato, la tanqueta sigue su recorrido transformada en. una bola de fuego que a las cuadras se apaga sin dañarse siquiera la pintura.

Por los medios de comunicación dan la noticia que han incendiado Los Almacenes de La Guardia Nacional en el C.C. Mamayeya cercano a Las residencias Las Marías. Eso trajo como consecuencia que se desatara una represión más feroz en contra de los residentes de esa zona por parte de La Guardia Nacional.

Se ven escenas de verdadero salvajismo, hay muchos detenidos y son acostados en el suelo mientras los guardias les caminan por encima, los golpean fuertemente con las peinillas.

Entraban a los edificios y lanzaban cinco bombas en los ascensores y pulsaban todos los botones así que cuando el ascensor subía regaba los pisos de gases ahogando a la gente que si salía era detenida y golpeada por los efectivos.

En la avenida el viaducto y Tulio Febres seguían los enfrentamientos, de los barrios cercanos salían la gente a apoyar a los estudiantes.

Mientras esto ocurría en la ciudad la joven Lucia se encontraba en su casa muy angustiada por no saber el paradero de su novio, lo imaginaba en las manifestaciones. La muchacha no se apartaba de la radio para oír los "extras" que irradiaban a cada momento las emisoras de la ciudad.

Sus padres se preocupaban por el papel que había tenido que jugar la muchacha como testigo principal del asesinato de Carlos Ceballos Tenor.

La muchacha había sido citada varias veces a la policía científica como testigo a declarar cosa que se le dificultaba ya que en este momento la ciudad ardía casi en su totalidad.

Lucia a cada momento llamaba a casa de Juan José para ver si la familia del joven tenía razón de su paradero.

El Ingeniero Barrios estaba muy angustiado sin saber que hacer ya que el tráfico por el centro de la ciudad estaba paralizado, desde la Plaza Glorias Patrias hasta Las Residencia Las Marías estaba interrumpida por barricadas y escombros, además por los enfrentamientos que la salida de La Guardia Nacional y de las tanquetas no había disminuido.

El papá de Juan José había utilizado todas sus influencias que tenía en la Universidad para que lograran conseguir a su hijo pero nada había logrado ya que la situación era de caos total.

El joven Barrios se encontraba se en la Facultad de Ingeniería y Medicina con un grupo grande de estudiantes enfrentándose a La Guardia Nacional.

No solamente Juan Carlos es el único amigo de Carlos que se encuentra en los disturbios, entre los manifestantes se encuentran varios de los compañeros de promoción de Carlos Ceballos Tenor.

La presión contra ese reducto es dura y despiadada, los cuerpo de seguridad han lanzado miles de bombas y de perdigones contra esa casa de estudio.

Los medios de comunicaciones son visitados por gente que lanzan denuncias sobre la cruel y salvaje represión que se ha desatado en la ciudad de Mérida.

No se puede salir a la calle ya que se arriesga a ser golpeado y humillado por La Guardia Nacional que ya han traído efectivos de otras partes para que ayudaran a los del estado.

Estos son recogidos en un momento y sacan al ejército a la calle, eso produce en el pueblo merideño un miedo ya que en sus mentes no se borra el recuerdo que hace unos años cuando otro gobierno "democrático" saco a la calle al ejército para contener disturbios y en la Facultad de Ingeniería y Medicina se produjeron una gran cantidad de muertos.

Desde el aeropuerto de la ciudad de Santa Bárbara del Zulia son descargados una gran cantidad de soldados que han traído para que controle 1a ciudad de Mérida.

Según el Comandante del Destacamento de La G.N de la ciudad sus efectivos han sido atacados con armas de fuego.

Los estudiantes de Ingeniería que desde la muerte de Ceballos combate sin tregua son avisados de la pronta presencia de los efectivos del ejército, estos se alarman y entienden que deben evacuarla rápidamente sino van a engrosar la lista de los caídos de ese centro de estudios,

Juan José que es uno de los dirigentes de esos enfrentamientos hablando con sus compañeros empiezan a salir dirigiéndose en momentos de tregua fuera de allí, saben que la llegada del ejercito lo que hará será un allanamiento y seguro se producirá una muertamentazón.

Mientras esto ocurre el juicio contra Bernardo Aponte seguía los Fiscales Especiales del Ministerio Publico, el Jefe de La División contra Homicidios de la PTJ, el Juez Instructor y el Jefe de la PTJ preparaban el expediente contra el asesino del estudiante con la esperanza de lograr un juicio donde se de un veredicto justo.

Los disturbios siguen, las calles están agitadas con todo y que la noticia de la pronta militarización de la ciudad corre de boca en boca,

Ya en Mérida se ha producido otra muerte, es la muerte de un inocente niño recién nacido, sus padres y el pueblo merideño acusan a la gran cantidad de bombas lacrimógena arrojadas contra los manifestantes.

Según las autoridades la muerte del pequeño se debió a una neumonía, pero hay sido por lo que haya sido esa muerte conmovió a la gente.

Juan José ha logrado igual que sus compañeros llegar a su casa evacuando la Facultad, al entrar su madre y su hermana se arrojan a sus brazos y el padre observa a su hijo con mirada severa pero con gran cariño y siente una tranquilidad profunda ya que el miedo de que a su hijo le pasara algo ha sido mucho.

La familia entiende la posición de su hijo ya que conocen la amistad tan grande que unió a Juan José con Carlos Ceballos Tenor, ellos mismos siente esa tristeza en carne propia, ya no verán al muchacho alegre que con chistes y canciones alegraba la casa cuando con su hijo y hermano llegaban a estudiar, ver televisión o simplemente a pasar un rato.

Pasarían muchos años para poder mermar un poco ese dolor tan grande que se produjo en los corazones de la familia Barrios, pasara mucho tiempo para que la ciudad pudiera olvidar aquel marzo sangriento.

El Ingeniero Barrios se acerca a su hijo y le dice:

-"Deberías llamar a Lucia que esa niña esta desesperada por saber de ti, ha llamado muchas veces para ver si sabíamos tu paradero. Menos mal, hijos que ya estas aquí."

El padre abraza el muchacho y Juan José se derrumba llorando en sus brazos como un niño, ya el muchacho no puede más, Han sido muchas horas, días de enfrentamientos contra los cuerpos de seguridad.

-"Llama y vete a bañar hueles a mapurite, cargas las mismas ropas desde el viernes" Le dice con cariño su mamá.

-"Es que la policía y La Guardia no nos dejo mucho tiempo para poder cambiarnos" le responde el muchacho.

Juan José llama a su novia Lucia a su casa y la muchacha llora desconsoladamente desahogando esa angustia que la carcome desde hace varios días.

-"He ido varias veces a la PTJ a declarar en contra de Bernardo Aponte, varias veces me han citado y a ti también te tocara ir, ¿Tus padres no te han dicho que te han citado?" Le cuenta Lucia que ya se encuentra algo más tranquila desde que paso el horrible crimen.

La muchacha continua: "El Bernardo Aponte es toda una joyita fíjate que hay varias denuncias en su contra, el papá de Carlos se presento con una abogada en el Diario Correo de Los Andes y con una gente de la comunidad de Caucaguita donde denuncian a Aponte de varias fechorías."

"Acusan a Aponte de maltrato contra varias persona en diversas comunidades de aquí y lo acusan de maleante y de cometer varios hechos en Monterrey, en San Rafael de Tabay, agresiones en contra de un poeta apodado "el poeta de la libertad" y estaba acostumbrado a amenazar a la gente. Hasta tiene un hermano con un muerto encima."

"Coño el tipo es un santo, ojala pague el perro ese lo que le hizo a Carlos" exclama arrecho Juan José y pregunta: ¿Cómo fue lo que paso?"

"Cuando orinábamos bajo el tipo ese enfurecido nos dio tiempo de subirnos los pantalones nada más cuando empezó a insultarnos y a amenazarnos con un arma. Al oír Carlos que estaba afuera entro y discutió con el hombre, este le metió un tiro así sin haber una agresión de parte de nuestro amigo contra el abogado."

"Fue horrible, mi amor, ver a Carlos lleno de sangre." Concluye Lucia.

"Tienes razón quien iba a pensar cuando salimos en la caravana que Carlos iba a terminar muerto." comenta Juan José. Pasaron unos días que será difíciles que todos olvidemos."

"El gobierno saco al ejercito y ya están tomando las calles de aquí del centro, están armados con ametralladoras y marchan haciendo sonar la botas, desde aquí de mi ventana los veo, Juan José, ¿Qué ira a pasar?

Juan José contesta: "La gente esta muy arrecha pero creo que será estúpido que se enfrenten contra ametralladora, piedras contra bala, es absurdo.

"Deberías irte a esconder en casa de un amigo, no sabemos que podrá pasar con los militares en las calles, seguro que ahora buscaran a todos los que participaron en estos disturbios, se comenta que a los lideres los tienen reseñados. Carrasco. Hernández y "El Zombi" y que se encuentran encochados."

"No te preocupes, yo no soy un líder importante como para que me busquen, yo solo io que hice fue tirar piedras y si me meten preso por eso tendrán que apresar a media Mérida y si no a Mérida entera. Con nosotros tiraron piedras gente que no era de la Universidad, gente del pueblo, estudiantes de liceo y personas que tuvieron que defenderse de los ataques que hacían la policía y La Guardia contra los edificios."

Mientras los jóvenes enamorados hablan ya los militares han tomado toda de Mérida, ya la ciudad empieza a ver la calma, nadie se atreve a protestar ya que saben que cuando el gobierno saca al ejército a la calle lo hace dispuesto a matar corno ya paso hace unos doce o trece años atrás.

La Federación de Centros Universitarios convocan a una marcha el jueves en la capital pero la fuerza publica detiene una caravana de universitarios en Barquisimeto, eran cuatrocientos estudiantes de la ULA-Trujillo que viajaban para participar en la marcha. Los obligan a regresar a Trujillo.

La policía del estado Mérida y el hospital de la ULA informan que en los días de disturbios fueron detenidas doscientas persona y de cien heridos pero en los calabozos del internado judicial no caben más personas. En el patio de la Comandancia policial se encuentran gran cantidad de personas que esperan lo que va a pasar con ellos, se encuentran estudiantes, obreros, transeúntes que son "supuestos sospechosos".

El Gobierno Nacional desde el despacho de relaciones Interiores hace un análisis sobre la situación ocurrida en la ciudad de Mérida y culpa a la subversión denunciando la detención de dos guerrilleros con 600 bombas molotov y recomienda suspender la marcha que vienen planeando los centros universitarios.

El Presidente Lusinchi da declaraciones culpando a la subversión de un plan de desestabilización nacional integrada por sectores de la ultra izquierda nacional apoyada por Fidel Castro y Cuba y por el narcotráfico

La verdad es otra, una verdad que asolará los corazones de todos los venezolanos en los años siguientes, la causa de los disturbios en Mérida serán años después el detonante de una insurrección popular que empezara en Caracas y se regara por todos los rincones de nuestra geografía.

El descenso preocupante de la calidad de vida del venezolano, el desempleo, la marginalidad, la inflación que devora con saña el salario de las personas, la escasez de vivienda, son las verdaderas causas de los disturbios, el pueblo cansado de ser engañado por los políticos de turno que se burlan de sus necesidades formando una elite de ladrones y de negociantes que roban las arcas del Estado.

Además de esas razones existe la falta de credibilidad de las Instituciones que suministran justicia que en ese tiempo son verdaderos clanes donde se negocia al mejor postor la libertad de cualquier detenido. No es posible negar la participación de los partidos políticos en los asuntos legales, comprándose la culpabilidad o inocencia con una buena cantidad e billetes o recomendaciones de políticos de turno.

La gente común se encuentra cansada de que cada cinco años acuda a votar por los mismos cogollitos para que sigan destruyendo su calidad de vida, se siente la ciudadanía frustrada al ver como son engañados.

Eso será el detonante que casi un año después producirá aquellos días de muerte y saqueos que asolaron a Venezuela en el año de 1988 en el mes de febrero.

Los años pasarán pero siempre se mantendrá el recuerdo de aquellos días de marzo y quedara como Monumento a La Vida la casa de Bernardo Aponte casi destruida en su totalidad, cada promoción de egresados de la Universidad pasaran por esa casa cuando transiten en su caravana de celebración y recordaran cuando un estudiante igual que ellos lleno de alegría, sueños y esperanzas fue asesinado truncándole una vida repleta de éxitos y felicidad.

El asesino del joven Carlos Ceballos Tenor fue condenado a largos años de prisión que estoy seguro que tuvo mucho tiempo para reflexionar en lo que hizo, debió arrepentirse de que un hecho cometido en un arrebato de furia cambio la vida de tanta gente.



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José Rosario Araujo


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