Señor Alcalde de Valencia, los extremos son siempre malos; el centro es el capitalismo

Para todos los ciudadanos en Valencia, el problema del transporte público de pasajero en esta ciudad, se ha convertido en una calamidad total, donde sale perjudicada la gran mayoría de quienes nos vemos involucrados en tan mal servicio: Los usuarios, que debemos que calarnos de los conductores y colectores, los atropellos de toda clase en este inocultable lucroso negocio; los peatones, que sufren la invasión de sus espacio a cada instante; los otros conductores, a que descaradamente se les roba la derecha o la izquierda en la vía, si, con la violencia del arma amenazante con vulgaridades en boca y mente de malentonados e inescrupulosos transportistas; los funcionarios viales, que se desmoralizan al verse prácticamente burlados, o llevados a la tentación de sucumbir ante el soborno; los mismos avances (conductores) y colectores, quienes, al verse atrapados por la voracidad del tiempo y la ganancia súbita de los propietarios,  “matan, o se matan”, a quien se les atraviese en el camino del dinero que los lleva a ser perfectos y buenos consumidores, tal y como lo dispone el capitalismo.

Ahora resulta que, según las autoridades de la Alcaldía de Valencia, renunciando al sentido de la autoridad, asimismo, a toda capacidad de persuasión que debe justificar esta institución, para que los ciudadanos entremos en la armonía y la convivencia que nos ordenan la Constitución, las Leyes y Ordenanzas, les achacan a los colectores, todo el mal en la prestación de este caótico servicio público, cuando le otorgan un rol único y exclusivo en el problema increcento del transporte de pasajeros, pretendiendo, en una posición de extremismo institucional, mediante decreto, abolir esta figura en el transporte, dejando por fuera a los propietarios de buses y camioneticas, quienes, siendo empresa bancaria, aseguradoras, o particular, son los verdaderos responsables de tal situación calamitosa en el transporte, dado que éstos, en el afán de convertirse, o mantenerse, en ricos enmafiados, les imponen unas condiciones de trabajo que a todas luces, lleva a estos avances y sus colectores, a convertirse en los capataces en estos tiempos de capitalismo neoliberal, para mantener a raya, a quien ose en levantarse en la defensa de derecho alguno.

Esta figura de los colectores no es nueva, aparece en los tiempos en que la afluencia de pasajeros y los vehículos en general, aumentaron considerablemente, fundamentalmente en las rutas extraurbanas, cuando, estando solo el chofer al control de la unidad, a éste se le dificultaba el cobro del pasaje y el manejar, a pesar que las paradas, la bajada y subida de pasajeros eran bien distantes unas de otras, no representaban mayores inconvenientes; esto ha de suponer, que siendo Valencia, una ciudad con un innecesario y descontrolado crecimiento poblacional, vehicular y vial, pero con una flota de transporte público insuficiente e ineficaz, con autoridades complacientes o incapaces, el problema se agranda tanto que, antes y ahora, solo se les ha ocurrido mirar el árbol que oculta la montaña, o cortar la mata de mangos cuando los niños les tiran piedras, siendo que en este caso comparativo, la moraleja perfecta nos señala que se trata del sistema económico mas perverso en la historia humana: El Capitalismo presente en el transporte.

Unas preguntas, señor Alcalde, piense antes de responder, si se digna a ello,

a) Si se eliminan los colectores, cómo cree usted, que puede humanamente hacer un chofer en el horario impuesto por el explotador propietario de la unidad, tratando de montar y pendiente de bajar pasajeros, o simplemente cobrar el pasaje en una situación de congestionamiento permanente de transito y volumen en aumento e incontrolado de usuarios, quienes en muchas ocasiones, casi se montan colgando en las ventanas?

b) Desde cuándo usted no se monta en una unidad de transporte de pasajeros en Valencia para que conozca en piel y sudor lo que significa?

Con este escrito no tengo la intención de defender, ni defiendo a ultranza a los colectores, por experiencia ante sus conductas, sé en lo que los han convertido, sin embargo, soy de los que piensan que a pesar de ellos mismos, como ocurre con el delincuente mas cruel, no se les debe aplicar la pena de muerte, sobre todo, tomando en cuenta la referencia del Gobierno Nacional, que consiente de su responsabilidad, insiste y no renuncia, en la persuasión que permita la reinserción social de los hombres y mujeres delincuentes, porque, sin importar el delito, merecen otra oportunidad, ya que de una u otra manera en el fondo del análisis, los colectores también son víctimas.

Si yo fuera el Alcalde de Valencia, llamaría a estos hombres y mujeres, quienes también tienen derechos inalienables, bien sea por líneas o individuales, a una regularización estricta de sus desempeños; por ejemplo, los carnetizaría por la alcaldía previo unos talleres socio-políticos obligatorios en convenio con el INCES, para obtener conocimiento de convivencia explicándoles el cómo ellos son utilizados como los instrumentos que manejan los propietarios capitalistas, en contra del pueblo, para que, cual capataces, garanticen la ganancia y mas ganancia de los capitalistas dueños del transporte; se les enseñaría las herramientas del cooperativismo o de empresas socialistas, para que vayan asumiendo la idea de la municipalización del transporte publico de pasajeros donde ellos podrían intervenir; colocaría a un funcionario policial o vial con autoridad conjuntamente con presencia de integrantes de Consejos Comunales o Comité de Usuarios, en cada parada importante para que pregunte a los pasajeros acerca de la conducta de los choferes y colectores, so pena de sanción inmediata; como debe ser en un municipio serio que no se deja chantajear ni chantajea.

gusclaret@hotmail.com

(*) Abg.

Valencia - Carabobo



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Gustavo C. Vásquez (*)


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