Mayo 20 de 2017.-Nos llega la siguiente denuncia, sobre la matanza de nuestros tigres autóctonos en el Estado Cojedes y en el sur del estado Guárico. Manifiestan que el número de ejemplares de nuestro tigre criollo desciende cada vez más, por lo que son más raros de ver y más escasos.
Los pocos que aún quedan, acicateados por el hambre, atacan el ganado vacuno pues sus presas naturales (venados, váquiros, chigüires, dantas) han sido exterminadas por el hombre. Y cuando un tigre mata una res, firma su sentencia de muerte, pues los ganaderos contratan cazadores con perros entrenados especialmente para este tipo de presas y el desenlace de la cacería es el que vemos en la foto que acompaña esta publicación.
Nuestros Tigres criollos hace bastante ya que desaparecieron de los Estados costeros de Venezuela. Los pocos que quedan, sobreviven perseguidos y acorralados en algunos parques nacionales y en las selvas de Guayana y el Amazonas. Triste final para la especie que alguna vez fue el gran depredador de las tierras venezolanas.
También es una realidad que el estado no tiene una política de protección a estos ejemplares de nuestra fauna que son expuestos a la maldad, irresponsabilidad e inconsciencia, cuando ellos solo buscan comida para sobrevivir, pues sus fuentes naturales también desaparecen por la deforestación, la caza indiscriminada y a la carencia de programas de seguimientos y monitoreos de estos animales.